El presidente del Senado de Brasil, Rodrigo Pacheco, fue reelegido este miércoles para un nuevo mandato de dos años en una votación en la que contó con el apoyo del jefe de Estado, Luis Inácio Lula da Silva, y en la que derrotó al candidato apoyado por el ex mandatario Jair Bolsonaro.
Pacheco, senador por el conservador Partido Social Democrático (PSD), fue reelegido con 49 votos de entre los 81 miembros del Senado, contra los 32 votos obtenidos por Rogério Marinho, legislador del ultraderechista Partido Liberal (PL) y recibió el apoyo público de Bolsonaro.
Lula decidió respaldar a Pacheco para evitar la victoria de un bolsonarista y, para garantizar su victoria, incluso pidió a sus ministros con mandato de senadores que retomaran las curules para la votación.
Según el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, el líder progresista también abrió negociaciones con partidos de centroderecha, a los que les ofreció cargos en el segundo escalafón del Gobierno, para reforzar las aspiraciones de Pacheco y el apoyo a las iniciativas del Ejecutivo en el Parlamento.
En el discurso que pronunció en el pleno del Senado antes de la votación, Pacheco recordó que durante el Gobierno de Bolsonaro tuvo una relación de colaboración con el Gobierno y defendió las medidas de interés del Ejecutivo.
Afirmó que apoyó medidas que le interesaban al líder ultraderechista en su campaña para la reelección, como el aumento de los subsidios a los pobres y la eliminación de los impuestos sobre los combustibles.
Pacheco fue elegido presidente del Senado en enero de 2021 con el apoyo de Bolsonaro, y, pese a su apoyo a las iniciativas del Gobierno, a lo largo de su mandato se fue alejando del líder de la ultraderecha.
El presidente del Senado fue uno de los primeros en reconocer la victoria de Lula en las presidenciales de octubre y en condenar el asalto a las sedes de los tres poderes del 8 de enero con que miles de bolsonaristas intentaron forzar un golpe de Estado contra el líder progresista.
En su campaña a la reelección llegó a presentarse como garantía de defensa de la democracia frente al bolsonarismo, con lo que se convirtió en blanco de críticas de antiguos aliados, como el senador Flávio Bolsonaro, hijo del ex presidente.
Pacheco, de 46 años y nacido en el estado amazónico de Rondonia, es senador por el estado de Minas Gerais, en donde vive desde su infancia y en donde se formó como abogado criminalista.
Tras ocupar cargos en el Colegio de Abogados de Brasil, inició su carrera política en 2014, cuando fue elegido diputado federal, y fue uno de los parlamentarios que votó por la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, la sucesora de Lula en la Presidencia.
Como presidente del Senado es responsable por colocar en votación o dejar en la fila de espera los diferentes proyectos de ley, incluso los de interés del Gobierno.
La Cámara de Diputados
El diputado Arthur Lira, que llegó a ser un importante aliado de Jair Bolsonaro durante el Gobierno del líder ultraderechista, fue reelegido para un nuevo mandato de dos años como presidente de la Cámara Baja de Brasil, con votación récord y el apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Lira, diputado por el derechista Partido Progresistas (PP), una de las formaciones que daba apoyo al Gobierno de Bolsonaro, fue reelegido con 464 votos de los 513 miembros de la Cámara de Diputados tras haber conseguido el apoyo de 21 de los 23 partidos con representación parlamentaria, desde los de izquierda hasta los de extrema derecha.
El jefe de la Cámara Baja se impuso con facilidad a los otros dos candidatos: el izquierdista Chico Alencar, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y que obtuvo 21 votos; y el liberal Marcel Van Hattem, del partido Novo y que recibió 19 sufragios.
Pese a que fue un importante aliado de Bolsonaro y se negó a poner en votación las cerca de 140 peticiones de juicio político contra el líder ultraderechista recibidas por el Parlamento, Lira contó con el respaldo explícito de Lula en la elección de los dirigentes del Congreso.
El líder progresista no solo pidió a los partidos de su alianza oficialista respaldo a la reelección del legislador conservador sino que determinó que sus ministros con mandato parlamentario reasumieran provisionalmente las curules para reforzar la campaña de Lira.
El diputado por el empobrecido estado de Alagoas se alejó de Bolsonaro en los últimos meses y no solo fue uno de los primeros en reconocer la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de octubre como en condenar el asalto a las sedes de los tres poderes del 8 de enero con el que miles de bolsonaristas intentaron forzar un golpe de Estado contra el líder progresista.
Además, tuvo un papel importante en las negociaciones que permitieron que la Cámara de Diputados aprobara el año pasado proyectos de ley de interés del entonces presidente electo, como el que garantizó recursos para los subsidios a los más pobres y el que elevó el salario mínimo.
El reelegido presidente de los Diputados, además, ya anunció que dará prioridad a la votación de los proyectos de interés del Gobierno en el año legislativo que comenzó este martes, como la reforma tributaria y la creación de un nuevo mecanismo para garantizar el control del déficit fiscal.
Pese al acercamiento entre el jefe de Estado y el presidente de la Cámara baja, el partido de Lira se mantiene entre los de la oposición al actual Gobierno.
La izquierda más radical no confía en el apoyo prometido por Lira al Gobierno, ya que el diputado de 53 años nacido en la ciudad de Maceió se ha caracterizado por respaldar a los gobiernos independiente de su ideología desde que, denuncian, lo recompensen con partidas presupuestarias para sus proyectos de interés.
Durante el Gobierno de Bolsonaro, Lira tuvo un amplio control de las partidas presupuestarias destinadas a los parlamentarios amparado por un mecanismo de baja transparencia que fue abolido por la Corte Suprema el año pasado.
(Con información de EFE)
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