Cuba recibió este miércoles una nueva central eléctrica flotante turca para hacer frente a su crisis energética. La instalación arribó a la bahía de La Habana y es la octava que el régimen de Miguel Díaz-Canel contrata a la empresa Karandeniz Holding desde 2019.
La plataforma, con bandera de Turquía y República Dominicana, cuenta con una capacidad de 240 megavatios (MW) y su función principal será la de “apoyar la generación” de electricidad, según informó el Ministerio de Energía y Minas, que cuenta también con generadores electrógenos y unas pocas unidades de energía solar y eólica.
Así, funcionan como complemento de las termoeléctricas (CTE) que son responsables de la producción de más de la mitad de energía que se consume en Cuba.
Sin embargo, la mayoría de las ocho CTE en la isla tienen más de 40 años de antigüedad, cuando la edad media es de 30 años.
En noviembre, Cuba ya había recibido otra de estas plataformas. En aquella oportunidad se trató de una central con capacidad de 110MW que llegó en el buque MV Karadeniz Poweship Irem Sultan. El arribo se dio días antes de que Díaz-Canel viajara a Estambul como parte de una gira internacional que lo llevó también por Argelia, Rusia y China. Durante el viaje buscó fortalecer el sector energético del país al abordar “temas esenciales” de la materia.
El anuncio de la cartera de Energía de este miércoles se dio en un contexto sensible para los habitantes de la isla que, desde hace meses, sufren apagones a diario, lo que dificulta la vida allí. En ese sentido, el ministro Vicente de la O Levy reconoció en diciembre que Cuba registró durante el 2022 una baja de la producción eléctrica “a niveles nunca antes vistos”.
Estos apagones, que se dieron con gran frecuencia durante el último año y -en algunos casos- llegaron a durar más de 10 horas, se deben a la obsolencia de sus termoeléctricas, la falta de combustible, roturas y mantenimientos programados. Esto, a su vez, se vio agravado ante la fuerte demanada por el caluroso verano aunque la situación más crítica tuvo lugar en octubre tras el apagón generalizado de la noche del 27 de septiembre.
A finales de ese mes, Cuba se vio azotada por el paso del huracán Ian, que causó destrozos en las provincias del occidente de la isla, entre ellas, La Habana. Esto provocó gran indignación en los ciudadanos, que salieron a las calles a protestar por una solución y a reclamar, como en ocasiones anteriores, por mejores condiciones de vida.
Sin embargo, luego de esos episodios, las autoridades se han mostrado positivas al asegurar que desde diciembre la situación mejoró.
Si bien el régimen ha reconocido que aún se esperan apagones para los primeros meses de este 2023, sostuvo que éstos serán de menor duración.
En ese sentido, en las últimas semanas, la empresa Unión Eléctrica de Cuba (UNE) ha alertado de apagones en sólo 2% de la isla durante la tarde-noche, el horario de mayor consumo. A su vez, no han dado cuenta de cortes “programados” a diferencia del año anterior.
(Con información de EFE y AFP)
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