Los sacerdotes extranjeros ordenados en el Seminario de Managua han solicitado marcharse a sus países, lo que “merma” la labor de la Iglesia en Nicaragua, dijo el domingo el cardenal Leopoldo Brenes.
“Los sacerdotes que han salido del Seminario, los catecúmenos ordenados aquí (...), han querido regresar a sus países”, dijo Brenes en su homilía de la misa dominical en la Catedral de Managua, un día después de que ordenara a 11 nuevos religiosos.
“Si se ordenan pero quieren regresar para servir [en sus países], están en libertad y yo les voy a dar la excardinación” (la licencia para ir a otras diócesis), pues “lo importante es servir” y “yo no soy dueño de la vocación” de ellos, agregó el arzobispo de Managua.
El cardenal citó el caso de un sacerdote chileno entre los que se marcharon, pero no mencionó la razón para el éxodo de los nuevos religiosos ordenados en un país donde la Iglesia ha sufrido los embates del régimen de Daniel Ortega por silenciar las voces críticas.
Rechazo desde Honduras
Por su parte, el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, lamentó este domingo que muchos miembros de la Iglesia católica de Nicaragua sean acusados “injustamente” por una “justicia mal administrada y manipulada”.
“Los hermanos de la Iglesia de Nicaragua injustamente llevados a tribunales con acusaciones falsas, cómo pueden ser dichosos esos jueces que saben que están actuando injustamente”, enfatizó Rodríguez en su homilía dominical.
¿Creen que esos jueces tendrán paz interior?, preguntó el cardenal tras referirse al arresto y posterior condena de miembros de la Iglesia católica de Nicaragua.
“Cuando dejen esos cargos van a poder dormir en paz, cuando la conciencia les está diciendo: haces mal, estas haciendo mal”, señaló el religioso, quien dijo que serán “dichosos los perseguidos por causa de la justicia, por una justicia mal administrada y manipulada”.
Rodríguez indicó que son “dichosos los perseguidos por causa de la justicia, aquellos por actuar con justicia responden a las injusticias y las ofensas, ellos nos ayudan a vencer el mal con el bien”.
Según el cardenal hondureño, una sociedad basada en “la ambición del poder, de gloria y de riqueza no tolera la justicia, por eso los que quieren ser fieles al Evangelio encuentran dificultades, pero su recompensa será la experiencia de que Dios vive en ellos, Dios reina y Dios es su rey”.
El año pasado la dictadura sandinista expulsó al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, ilegalizó la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, y cerró varios medios católicos, entre ellos el canal de televisión de la Conferencia Episcopal.
Además, el obispo Rolando Álvarez, un crítico del régimen de Ortega, está bajo arresto domiciliario desde agosto y el 10 de enero un tribunal de Managua decidió que sea juzgado por supuesta conspiración y propagación de noticias falsas.
(Con información de AFP y EFE)
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