La ONG defensora de los derechos humanos Cadal mantuvo este jueves un encuentro virtual que reunió a especialistas en la materia.
La conferencia “La libertad de asociación en América Latina y el Caribe” surgió, en cierto sentido, como respuesta a la cumbre de la Celac -Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños- que se celebrará el próximo 24 de enero en Buenos Aires y reunirá, entre otros, a mandatarios de la región señalados por sus prácticas y manejos políticos en sus países.
Seis expositores compartieron sus ideas en el encuentro -moderado por Gabriel Silva-, que cuestionaron el autoritarismo en la región. La primera en disertar fue Inés Pousadela, quien se refirió a la calidad del espacio cívico, es decir, el espacio en el que se mueve la sociedad. “Es deber del Estado portegerlo”, apuntó Pousadela y remarcó que “existen actores no estatales que restringen este espacio”.
Explicó, además, que según el índice elaborado por Civicus, los países en la región dan cuenta de categorías “alarmantes” por las restricciones que se registran. En el continente americano mencionó que hay 10 países con espacio cívico abierto aunque solo 2 en latinoamérica, 5 represivos y 2 cerrados -Cuba y Nicaragua-. En ese sentido, las principales restricciones en las américas tienen que ver con la intimidación, la detención de periodistas, ataques contra periodistas, disolución de manifestaciones, uso excesivo de la fuerza y acoso.
Según la especialista, tras las grandes manifestaciones ocurridas tanto en Cuba y Nicaragua, estos mecanismos se han vuelto muy evidentes y alertó de un tercer país que va en línea con esto: Venezuela.
A continuación, tuvo la palabra Elisa Trotta quien habló de “Autocracias y Populismos en la región”. Comenzó recalcando los miles de presos políticos en Cuba, Venezuela y Nicaragua, y que la mayoría de ellos son torturados sistemáticamente. “En Venezuela hay grupos que operan con total impunidad”, denunció y agregó que “la Justicia es cómplice”. Además, sumó la emergencia humanitaria “compleja” que se vive allí, destacando que se trata de un “diseño político de los criminales que usurpan el poder”, al igual que en Nicaragua y Cuba.
Asimismo, se refirió a la invitación de los dictadores a la cumbre de la Celac y dijo que en lugar de “tenderles la mano”, estos regímenes deben ser condenados. “Vemos con mucha preocupación las invitaciones de Alberto Fernández”, continuó, que termina siendo “un aval” a los abusos en estos países y una “burla” a las víctimas de estos “crímenes de lesa humanidad”. “Los demócratas tenemos que rechazar este tipo de acciones. O es autocracia o es libertad”, concluyó.
En tercer lugar, disertó María Teresa Blandón, quien trabaja para la primera organización ilegalizada en Nicaragua. “Mientras en la OEA hay voces que piden una postura más beligerante en torno a gobiernos autrotarios en América Latina, este foro de la Celac invita a estos dicatdores que condenan a la sociedad al exilio y al silencio”, reflexionó sobre una región en la que hay “grandes retrocesos y disparidades”.
Sobre Nicaragua comentó que son más de 3.000 las organizaciones civiles clausuradas en el país, lo que fue “el resultado final de un largo proceso de persecución, acoso, vigilancia y represión”. “Esto no fue un proceso improvisado, esto forma parte de una estrategia de aniquilamiento de cualquier forma de organización de la ciudadanía”, sentenció y alertó que el régimen de Ortega-Murillo contó con el apoyo de otros regímenes que ven “en la participación ciudadana un peligro para su status quo”.
“Hay un interés por mantener en los límites más estrechos la democracia”, denunció y advirtió que esta situación se traslada a El Salvador, Guatemala y Honduras, donde ya forma parte de la narrativa oficial. “Latinoamérica, en general, está retrocediendo hacia una política de exterminio, achicamiento y persecución de las formas de participación ciudadana en el afán de establecer regímenes autoritarios sin una respuesta coherente de las instancias regionales que están obligadas a preservar los derechos humanos”, concluyó.
Rigoberto Lobo le siguió y habló sobre la libertad de movimiento en la región. Desde su posición de exiliado político de Venezuela se refirió, primero, al rol de la Celac ya que la mitad de los países que la componen piden visas que limitan la movilidad. A continuación, se refirió a los refugiados de su país, que ya son más de 7 millones, de los cuales casi 5.9 millones están en lationamérica y el Caribe. “Es interesante que de ese numero cerca de 1 millón solicitaron refugio y 211 mil lo recibieron”, agregó sobre la diyuntiva sobre si considerarlos refugiados o simplemente migrantes.
En cuanto a Argentina, mencionó que la curva de venezolanos que solicitaron esta figura de refugiado comenzó a subir desde 2015 y pasó de 1 a 4 personas. Sin embargo, tras alcanzar su récord en 2020, la curva se mantuvo, lo que atribuye al cambio de gobierno en el país, tras la asunción de Alberto Fernández.
Por otro lado, señaló las dificultades que encuentran estas personas para iniciar el trámite en la región, a diferencia de otros países del mundo. “Los países de centroamerica se han convertido en una barrera de movilidad para los países de sud américa”, agregó.
Por último, se remontó al rol de la Celac y se preguntó nuevamente si responde realmente al interés de las personas o al de un grupo selecto, dados todos estos problemas que se observan en la región y para los cuales no se han dado respuestas. “No vemos un real aporte a la población”, concluyó.
Luego, habló Brian Schapira quien se remontó a las palabras de su compañero y comentó que “no tenemos que esperar que la Celac trabaje sobre una normativa sobre estos problemas”. Por el contrario, porpuso que organismos como la OEA deben ser los encargados de ello.
Por otro lado, se refirió a las dificultades de las ONG para operar en la región y comentó que “hay una resolución del consejo permanente que estipula las pautas para que una ONG se pueda inscribir y esa resolución exige que debe estar inscripta en su país de origen”, lo que resulta imposible dada la existencia de las dictaduras en lationamérica.
A su vez se refirió al acurdo de cooperación entre la Unión Euroepa y Cuba sobre cómo se relaciona con la sociedad civil allí y señaló que “el marco norrmativo de la isla impide que cualquier organización que no tenga que ver con el régimen consiga su inscripción”. Es por ello que, explicó, dado el modo de ejecución que establece el documento, estaba siendo incumplido, por lo que la UE debería ejercer más presión sobre el régimen cubano para garantizar la libertad de las personas.
La última expositora fue Iris Ruiz y, retomando las palabras de sus pares, comentó que en Cuba las organizaciones de la sociedad civil solo son consultadas por la Union Europea para dar cuenta de cifras de la crisis pero no se les permite acceder a los fondos de ayuda humanitaria, tal como establecen los items de cooperación económica. “La situación en Cuba es tremenda, es invivible”, mencionó.
“La Celac no nos ayuda en nada pero es una oportunidad para unirnos nosotros y, con nuestras narrativas, hacer estos revertimientos del discurso”, agregó.
En la cumbre del próximo 24 de enero, los asistentes harán frente a los reclamos de entidades como Cadal y el Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER), que constantemente denuncian el poco respeto por los derechos humanos y piden por la liberación de los presos políticos tanto en Cuba como en Venezuela y Nicaragua.
Hasta el momento, ya ha confirmado su presencia a la conferencia en la capital argentina el recientemente electo Luiz Inácio Lula da Silva. A pesar de la crisis política que atravesó el país en los últimos días, el mandatario mantiene una amistosa relación personal con el presidente argentino Alberto Fernández, por lo que ya ratificó su asistencia la semana entrante.
Asimismo, la cancillería ya recibió la confirmación de la presencia del dictador de Cuba Miguel Díaz-Canel, que es el primer mandatario de los regímenes latinoamericanos en anunciar su viaje.
Nicolás Maduro es otro de los nombres que comenzaron a resonar en las últimas horas. Desde el Palacio de Miraflores ya confirmaron la asistencia del jefe del régimen venezolano e incluso enviaron un grupo de avanzada para organizar los detalles de seguridad de la visita. Días atrás, según recogió la agencia de noticias EFE, Maduro había celebrado el regreso de Lula a la Celac y había asegurado que esta reunión en Buenos Aires “va a ser una buena oportunidad para que se escuche la voz de nuestros pueblos”.
Sin embargo, el tercer dictador de la región, Daniel Ortega -de Nicaragua-, no viajará al país sudamericano.
Junto a él, otras figuras de peso han rechazado la invitación a la cumbre de la Celac, lo que ha dejado al descubierto cortocircuitos internos y ha generado tensión diplomática.
Se trata de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y Guillermo Lasso, de Ecuador.
Con el primero, hay cierta tensión con Argentina desde que no se logró un consenso sobre el candidato en América Latina para ocupar la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En representación del país estará el canciller.
En tanto, con Ecuador la relación se vio afectada tras el pedido de asilo político en Argentina de la ex ministra de Correa, María de los Ángeles Duarte Pesantes, quien fue condenada a 8 años de prisión por corrupción. Es por ello que Guillermo Lasso justificó su ausencia por “motivos de agenda” y, en su lugar, será reemplazado por su canciller, Juan Carlos Holguín.
La presidente peruana Dina Boluarte tampoco viajará a Argentina, al tiempo que vive una fuerte crisis política en su país, a poco de haber asumido tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo. Boluarte dispuso, de igual manera, que sea el canciller quien participe de la cumbre.
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