En medio de una sesión del Congreso en Chile, la policía fue consultada sobre si existe en Chile presencia de organizaciones criminales provenientes de El Salvador y se solicitó una sesión especial para dar a conocer los antecedentes en carácter de alta confidencialidad.
La teoría esgrimida en la conversación previa da cuenta de la transformación de Chile en un país “pretendido” por pandillas internacionales. Así se ha informado, inclusive, desde fuentes formales del gobierno de Chile y la policía. Organizaciones criminales como el Cartel de Sinaloa, Jalisco, Nueva Generación de México, el cártel del Golfo de Colombia y la banda venezolana el Tren de Aragua fueron informadas en su momento. Y ahora, ante la pregunta de un senador a la policía, se generó la alerta sobre la presencia de las maras salvadoreñas.
Según el medio de comunicación EMOL, todo comenzó en medio de la discusión sobre el grave problema de seguridad que atraviesa Chile. Con un notable aumento de crímenes violentos atribuibles a crimen organizado. En este contexto, el senador Jaime Araya le consultó al subdirector de inteligencia, Crimen Organizado y Seguridad Migratoria de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), prefecto Luis Silva Barrera, si podía confirmar la información sobre la llegada de las maras salvadoreñas a Chile.
La pregunta tardó unos minutos en ser respondida. La autoridad policial finalmente señaló: “Para ser fiel a esa respuesta, se lo pediría hacer en una sesión reservada, por favor”, dijo.
La denominada Mara Salvatrucha, también es conocida como MS13, es una de las organizaciones criminales más conocidas de Centroamérica, opera en Honduras y Guatemala. Su data se origina en década de los ochenta en los barrios de refugiados de Los Ángeles, Estados Unidos.
Sus integrantes son reconocidos por utilizar tatuajes en su cuerpo que simbolizan historias de vida, el tiempo que han estado en presión a causa de sus crímenes. Sus actividades principales son la extorsión, el narcotráfico, contrabando de armas, secuestro, robo y asesinatos por encargo, entre otros.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se propuso como principal bandera de lucha enfrentar a las pandillas salvadoreñas y fue así como, en marzo del año pasado, tras registrarse el asesinato de 87 personas, instaló un régimen de excepción en el país donde se suspendieron derechos constitucionales como la libre asociación y reunión, lo que a su vez permitió el despliegue de la fuerza policial y militar.
La ofensiva en las cárceles también ha dejado muertos. Razón que ha llevado a que su gobierno sea denunciado, por la comunidad internacional, en materia de derechos humanos. “No me importa lo que digan. Que vengan acá y protejan a nuestra gente. Pueden llevarse a los pandilleros si quieren, se los damos todos”, dice Bukele.
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Por lo anterior y la represión del gobierno de El Salvador contra la organización criminal, ha incidido según expertos en Chile en que sus líderes busquen nuevos destinos y Chile aparece como una muy buena oportunidad.
La llegada de la pandilla a territorio chileno se debería a varios factores. Uno de ellos precisamente la presión que ejercen en El Salvador y otra causa, la crisis migratoria en varios países de América Latina y que tiene a Chile como un destino frecuente.
Así lo reconoce el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, responsable de la seguridad interior, quien se refirió al drama migratorio. “Los 7 millones de venezolanos que han salido de manera forzada de su país, están en la frontera de distintos países latinoamericanos y, por lo tanto, para las organizaciones transnacionales uno de los negocios más rentables que tienen además del narcotráfico es el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas”, dijo.
La autoridad también agrega: “que haya organizaciones criminales de otros países dedicándose al tráfico ilícito de migrantes para ingresar de manera irregular a ciudadanos extranjeros a Chile hace que estas organizaciones se hayan acercado al país”, cerró.
En conversación con el mismo medio que publicó la información sobre la presencia de las Maras en Chile, Emol, la investigadora de AthenaLab, Pilar Lizana analizó cómo podría ser posible combatir el crimen organizado. “El desafío está es como combatir a la propia organización. Podemos sacar a las personas, pero dependiendo que el rol que el grupo juegue en la organización, se podrán rearmar más o menos rápido” Otro factor importante que atacan estas organizaciones son la corrupción. “Estos grupos van a crecer en función de cuánto puedan corromper el Estado, y mientras más vayan llegando al país, hay un relato sobre las oportunidades que les estamos ofreciendo y las debilidades que existen como Estado. Claramente, hay un peligro asociado de avanzar en niveles de corrupción”, sostuvo.
La presencia de las Maras en Chile es, hasta ahora, una alerta. Sin embargo, existen antecedentes que aún no son revelados y con los que se cuentan, a juicio de las autoridades, las presencia de bandas criminales de estas características en Chile es un hecho.
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