El presidente de Chile, Gabriel Boric, llamó este sábado a los partidos de la oposición a reincorporarse a la mesa de negociaciones de seguridad de las que salieron a finales del año. La medida se dio tras conocerse los polémicos indultos que el Presidente otorgó a doce condenados por los estallidos sociales ocurridos en 2019 y al ex guerrillero Jorge Mauricio Mateluna Rojas, que ya había recibido este perdón en el pasado.
“Quiero hacer un llamado para que nos volvamos a sentar a la mesa para combatir la delincuencia todos juntos”, dijo Boric en un acto en el Centro Cultural Estación Mapocho en Santiago de Chile.
Horas más tarde, en otra actividad del Partido Comunista, reiteró su pedido e insistió en un nuevo llamado a “todas las fuerzas políticas a que se sienten de nuevo a la mesa”.
En ese sentido, remarcó la importancia de restituir este espacio de diálogo y negociaciones ya que el debate político hoy “está muy centrado en la élite respecto de si la derecha se sube o se baja de la agenda de seguridad”.
Agregó que, entonces, bajo esta lógica en el debate “se pierde de vista que lo que importa son los chilenos y las chilenas que están viviendo con miedo en sus barrios” y hasta “pareciera que a la política se le olvidó el pueblo”.
La coalición de derecha “Chile Vamos” fue una de las que decidió retirarse de forma indefinida de las negociaciones de esta mesa, que está encabezada por la ministra del Interior, Carolina Tohá.
La Unión Demócrata Independiente (UDI) también se retiró de la mesa, tal como había amenazado en los días previos al anuncio de los indultos.
Estos debates sobre la seguridad fueron presentados como uno de sus grandes objetivos desde que asumió en su cargo el pasado septiembre y cuyo cierre anhelaba concretar el 3 de enero, algo que se vio imposibilitado por los sucesos intermedios.
El temario de estas conversaciones rondaba en torno al narcotráfico, la delincuencia y el crimen organizado, entre otros.
Sin embargo, esta no fue la única polémica que le medida tomada por Boric suscitó desde entonces. Además de bloquear estas negociaciones, la coalición conservadora impulsó un juicio político contra la titular de la cartera de Justicia, Marcela Ríos.
De todas formas, la mujer anunció su renuncia al cargo hace una semana debido a que “hubo desprolijidades en la ejecución” de la decisión, según explicó Boric.
Con esto, el Presidente se refería a que, en un primer momento, se había anunciado a diez personas en la lista de los perdonados más el ex guerrillero aunque, más tarde, se corrigió el escrito para comunicar el número correcto, de trece personas en total.
“Cuando en política suceden situaciones de estas características, debemos asumir las responsabilidades”, comentó Boric tras aceptar la renuncia de Ríos y remarcar su compromiso por “fortalecer la gestión política del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos”.
Por su parte, la ministra portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, agregó que el resultado hubiera sido “distinto” si el Presidente “hubiese tenido todos los elementos a la vista”.
No obstante, estos hechos no han logrado revertir la imagen negativa que pesa sobre Boric, quien se encuentra en su momento más bajo de popularidad, con el 70% de los chilenos desaprobando su gestión.
(Con información de EFE)
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