Cientos de seguidores del ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro invadieron el domingo pasado el predio del Congreso Nacional en una manifestación que pidió una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El grupo, que defiende tesis golpistas, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos de los manifestantes ingresaron a la sede legislativa. Después, avanzaron hasta la Praça dos Três Poderes, donde se produjo un enfrentamiento con agentes de seguridad, se dirigieron al Palacio de Planalto y forzaron el acceso a una parte del complejo en una de cuyas ventanas colgaron una bandera brasileña. Luego se dirigieron al Supremo Tribunal Federal, llegando hasta una zona de seguridad.
El periódico O Globo dio a conocer imágenes tomadas por una cámara de seguridad del momento en que seguidores de Bolsonaro invaden el Congreso. Se observa cómo utilizaron barras de metal, escudos, petardos, palos, extintores y hasta mangueras de agua para ingresar al Legislativo y avanzar sobre la reducida dotación de policías que se encontraban en su habitual custodia del edificio.
En las imágenes, se ven explícitas escenas de vandalismo y depredación de bienes públicos; mientras los agentes intentan, sin éxito, contener un terrorismo sin precedentes en la historia del país, recalca el diario citado.
Luego detalla que los seguidores del ex mandatario ingresaron en el Salón Negro, un espacio donde se realizan ceremonias y que también sirve como entrada al Senado. Tres guardias de seguridad observan a los manifestantes subir la rampa del Congreso. Cuando las primeras ventanas comienzan a romperse, corren para protegerse de la violencia de los invasores.
Otro dato que se conoció en las últimas horas es que la Policía del Senado tenía 20 efectivos en servicio ese día y que otros, que se encontraban fuera de servicio, fueron citados luego de constatada la gravedad de los hechos. Llegaron a ser un total de 60 policías los que actuaron para dispersar a los manifestantes.
Los seguidores de Bolsonaro después se dirigieron hacia el Salón Azul. Una fila de nueve policías legislativos con escudos y cascos formó una barrera para contener a los terroristas y, ante el avance de ellos, la policía lanzó gases lacrimimógenos y gas pimienta, pero terminó siendo obligada a retirarse en ese momento hasta luego de unas horas poder tomar el control de la situación.
El juez del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes autorizó a la Fiscalía Nacional a investigar a Jair Bolsonaro como autor intelectual del asalto a las instituciones brasileñas.
“El pronunciamiento del ex presidente Jair Messias Bolsonaro resultó ser una ocasión más en la que el entonces mandatario se posicionó de una manera, en teoría, criminal y ofensiva para las instituciones, en particular el Supremo Tribunal Federal”, resolvió De Moraes.
“Es importante señalar que (...) Bolsonaro incurre reiteradamente en las mismas conductas que ahora son materia de investigación en varias pesquisas de este Tribunal”, ha agregado el magistrado.
La Fiscalía General de Brasil solicitó horas antes al Supremo brasileño que incluyera a Bolsonaro en la investigación sobre el asalto a las instituciones brasileñas por parte de simpatizantes bolsonaristas. La petición, firmada por el fiscal general adjunto, Carlos Frederico Santos, se ha presentado después de que al menos 80 miembros del Ministerio Público solicitaran al fiscal general, Augusto Arias, investigar a Bolsonaro.
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