El ex teniente de Policía, Germán Cáceres, confesó haber asesinado a su esposa, María Belén Bernal, dentro de la Escuela de Policía de Quito, el pasado 11 de septiembre. Cáceres rindió una versión ampliada desde La Roca, la cárcel de máxima seguridad en donde permanece desde el 3 de enero luego de ser expulsado de Colombia, país en el que fue capturado.
En su declaración frente a sus abogados y los de la familia de María Belén Bernal, Cáceres aseguró que mató a su esposa, ocultó el cuerpo por un día en su habitación en el recinto policial y que luego trasladó el cadáver hasta el cerro Casitagua, a 10 minutos de la Escuela, en donde cavó un hoyo y lo escondió. Insistió en haber actuado solo, según contó el abogado Jesús López, representante legal de Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal.
Luego de rendir su versión sobre lo sucedido esa madrugada, Cáceres se acogió al derecho al silencio y evitó responder las preguntas de los abogados.
“Dijo que él, en medio de la acalorada discusión con su esposa, la estranguló luego de haberla golpeado”, contó López a la prensa, luego de la declaración. Cáceres golpeó a Bernal y le aplicó una llave para matarla. Cuando comprobó que no tenía signos vitales, escondió el cuerpo en la habitación para luego enterrarlo.
Cáceres confesó que actuó bajo los efectos del alcohol.
Las declaraciones del ex teniente sucedieron a pocos días del 15 de enero, cuando terminará la instrucción fiscal del caso y se convocará a la audiencia para la presentación de indicios. Hasta esa fecha, dijo López, no podía revelar más detalles de la confesión de Cáceres, pero aseguró que en algunos detalles “faltó a la verdad”.
Por su parte, Elizabeth Otavalo, aguardó fuera de la cárcel junto a grupos de mujeres que apoyan su causa. Al enterarse de las declaraciones de Cáceres, Otavalo dijo que no es posible que el exteniente haya actuado solo y explicó que ella presenció cuando la Policía desenterró el cuerpo de su hija. La madre aseguró que tocó a Bernal y que, aunque el hallazgo sucedió 10 días después del asesinato, el cuerpo no estaba en descomposición ni tenía mal olor, por lo que cree que fue enterrado en el Casitagua poco antes del hallazgo, según recogió El Universo.
María Belén Bernal, abogada y madre de un niño de 13 años, estaba casada con Cáceres desde el 2017. El 11 de septiembre de 2022 ingresó a la Escuela de Policía, en el norte de Quito y nunca más se la vio con vida.
Luego de su ingreso, Bernal fue declarada como desaparecida y Cáceres huyó luego de presentar una primera declaración en la que aseguró que ambos discutieron en el auto camino a su domicilio y que Bernal se bajó del vehículo y tomó un taxi. Incluso, según contó Otavalo, Cáceres le habría dicho “no vaya a creer que yo la desaparecí”. Desde entonces el ex teniente estuvo prófugo y tenía una alerta roja de la Interpol.
Diez días después de la desaparición, el cadáver de Bernal fue encontrado en el cerro Casitagua. Los exámenes médico legales demostraron que fue estrangulada.
Desde la desaparición y tras confirmarse el asesinato de María Belén Bernal, su madre, Elizabeth Otavalo, junto a colectivos feministas, no ha parado de reclamar justicia e incluso ha calificado al femicidio como un “crimen de Estado” considerando que sucedió dentro de una instalación policial y que fue perpetrado por un miembro activo de la institución que estaba en funciones.
Por el momento, además de Cáceres, la cadete Joselyn Sánchez está detenida como presunta cómplice. Sánchez era la única en prisión hasta la captura de Cáceres. Según se ha hecho público, el exteniente cortejaba a la cadete. Luego de las declaraciones de Cáceres, la Fiscalía anunció que pedirá la libertad para Sánchez.
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