El ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, anunció el jueves un paquete de medidas para aumentar los ingresos y recortar los gastos con el fin de reducir un déficit primario estimado en 232.000 millones de reales (46.000 millones de dólares) en el presupuesto de este año.
“Tenemos la meta de cerrar 2023 con un déficit primario entre 0,5% y 1% del Producto Interno Bruto”, dijo en conferencia de prensa.
Haddad presentó una amplia lista de medidas cuyo impacto se estimó en 243.000 millones de reales (47.000 millones de dólares), lo que llevaría la balanza fiscal a un superávit. Sin embargo, dijo que podría haber complicaciones en cuanto a los ingresos, así como gastos inesperados.
Entre las medidas se encuentran cambios en las normas sobre cómo las empresas pueden generar créditos fiscales con el impuesto estatal ICMS, lo que se espera que aumente los ingresos federales en 30.000 millones de reales este año.
La iniciativa incluye acciones que aún no ha aprobado el nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El plan considera poner fin a la exención de impuestos sobre los combustibles, un tema que solo estará en la agenda después de que la nueva junta directiva de la estatal Petrobras asuma el cargo y que podría aumentar las arcas públicas en 29.000 millones de reales este año, dijo el ministro.
Haddad también anunció un programa de renegociación de la deuda tributaria, que prevé multas e intereses descontados en las cuotas, lo que podría aumentar los ingresos del Gobierno en 50.000 millones de reales en 2023.
Además, el plan incluye una revisión al alza de los ingresos que ya estaban previstos, recortes de gastos en los contratos y programas revisados y la no ejecución de parte de los gastos autorizados.
Los inversores esperaban que las medidas fueran un contrapunto al incremento previsto de los gastos este año.
Incluso antes de asumir el cargo el 1 de enero, Lula aseguró el apoyo del Congreso para un paquete de gastos de 168.000 millones de reales que pasa por alto el límite constitucional de gastos, a fin de cumplir sus promesas de campaña.
Los mercados habían resentido la falta de un mayor compromiso con el equilibrio fiscal, en medio de las declaraciones de Lula poniendo la responsabilidad social en primer lugar para erradicar el hambre y la miseria en la economía más grande de América Latina.
(Con información de Reuters)
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