El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reúne este lunes con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO, como se conoce al presidente anfitrión por sus iniciales), un día antes de celebrar la Cumbre de América del Norte junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
La primera reunión de “Los Tres Amigos” desde noviembre de 2021 sucederá en medio de la polémica por el arresto de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del “Chapo” más buscados por Estados Unidos, y cuya detención derivó en actos violentos que dejaron 29 muertos en Sinaloa, en el noroeste de México.
AMLO ha negado que el operativo tenga que ver con la cumbre, pero Estados Unidos y Canadá han intensificado las alertas por el narcotráfico, en particular del fentanilo, droga sintética elaborada en México con precursores químicos traídos de China.
Según la internacionalista Jessica de Alba-Ulloa “a la luz de lo acontecido”, el tema de seguridad “será crucial” en la cumbre.
“Curioso que hay detenciones antes de las visitas. Pero el tráfico, creciendo, y la estrategia general, ausente”, dijo a EFE la profesora investigadora de la Universidad Anáhuac.
La droga más mortífera de EEUU
Casi dos tercios de las 108.000 muertes por sobredosis registradas en Estados Unidos en 2021 involucraron opioides sintéticos. Y solo en 2022 se incautó más fentanilo del que se necesitaría para matar a toda la población de Estados Unidos, según la agencia antidrogas estadounidense (DEA).
La DEA declaró que había decomisado 50,6 millones de comprimidos falsos con receta que contenían fentanilo, además de 4,5 toneladas de fentanilo en polvo a lo largo del año. Esto equivale a “más de 379 millones de dosis potencialmente letales”, estimó.
Según la agencia, el fentanilo, que hace una década sólo representaba una pequeña parte de las muertes por sobredosis, es ahora “la droga más mortífera del país”. Sólo durante la última década, las muertes relacionadas con el fentanilo en los estadounidenses aumentaron un 4.860%, alcanzando sus niveles más altos (más de 80.000) en 2021.
“Se trata de un opiáceo artificial altamente adictivo que es 50 veces más potente que la heroína. Sólo dos miligramos de fentanilo, la pequeña cantidad que cabe en la punta de un lápiz, se considera una dosis potencialmente letal”, afirmó la DEA.
Barato y relativamente fácil de fabricar, el fentanilo ha suplantado a los opiáceos de venta con receta y a la heroína en el mercado de las drogas ilegales.
Según la DEA, los principales proveedores de fentanilo a Estados Unidos son los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco.
Esta droga se fabrica en México con productos químicos “procedentes en gran parte de China”, según la información facilitada.
Parte de ella se distribuye como medicamentos de venta con receta falsificados, como Percocet, OxyContin y Xanax, según la fuente. Alrededor del 60% de los medicamentos falsificados que contenían fentanilo analizados por la DEA contenían dosis potencialmente letales de fentanilo.
Fracaso de la estrategia mexicana
En 2021, ambos países anunciaron un giro a su política antidrogas, lanzando un Acuerdo Bicentenario para redefinir la estrategia de seguridad conjunta tras 15 años de una estrategia predominantemente militar. Desde su lanzamiento en 2006, México acumula unos 340.000 asesinatos y miles de desaparecidos, sin que los cárteles se hayan debilitado.
Ahora, AMLO impulsa una política de “abrazos, no balazos” que plantea aumentar la inversión social en zonas donde operan los cárteles para atacar las causas del narcotráfico.
Esta estrategia se está revelando ineficaz para reducir el poder de los narcos. La impunidad crece, con apenas el 1,3% de los casos resueltos en México. Las muertes de periodistas están a la par con las naciones devastadas por la guerra de Siria y Afganistán.
Por otro lado, el gobierno mantiene operaciones como la que llevó a la captura de Ovidio Guzmán. “Actuamos con autonomía, con independencia. Sí hay cooperación, y la va a seguir habiendo, pero las decisiones las tomamos como gobierno soberano, independiente”, afirmó el viernes López Obrador, quien ha limitado la presencia de agencias estadounidenses como la DEA.
México también está ampliando cada vez más el alcance de las actividades del Ejército Mexicano, desplegándolos para supervisar programas sociales, militarizando las fuerzas policiales.
A la vez, experimenta un repunte en la adicción y muerte relacionadas con el fentanilo, mientras que la violencia de los cárteles amenaza los procesos democráticos y resulta en el asesinato de funcionarios de alto rango.
“Crisis de seguridad nacional”
“Los cárteles mexicanos están involucrados en una campaña intencional contra los ciudadanos estadounidenses, una campaña que, en un solo año, ha asesinado a más estadounidenses que los que murieron en el 11 de septiembre, Pearl Harbor y las bajas estadounidenses en todas las guerras durante los últimos 30 años combinados”, escribió en una nota para Fox News Carrie Filipetti, ex subsecretaria en la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado norteamericano. “Estados Unidos debe desplegar todos los recursos a su disposición para detener esto. Cientos de miles de vidas estadounidenses dependen de ello”.
“No se trata de una mera epidemia de drogas. Esta es una crisis de seguridad nacional: una guerra silenciosa que se libra contra las poblaciones más vulnerables de Estados Unidos, utilizando veneno como arma preferida”, agregó la ex funcionaria. “Los cárteles, en colaboración con China, están apuntando deliberadamente a los estadounidenses vulnerables, combinando medicamentos adicionales con fentanilo para aumentar las tasas de adicción y ocultando el fentanilo en medicamentos falsificados para el dolor, la ansiedad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad”.
Para responder a esta crisis, Biden busca “ampliar el intercambio de información” con México sobre precursores y “fortalecer la prevención”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
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