Histriónico, elocuente, fanático y conservador, Luis Fernando Camacho fue el líder de la rebelión boliviana que logró destronar a Evo Morales en 2019, alzando una biblia en una mano y una carta de renuncia del presidente en la otra. Tres años después, el gobernador de Santa Cruz fue arrestado por la policía tras una orden de arresto que dictó el Gobierno de Luis Arce.
Tras la dimisión de Morales en noviembre de 2019, Camacho apuntaló al gobierno transitorio de Jeanine Áñez, pero al poco tiempo ambos rompieron.
Abogado de 41 años con maestría en derecho tributario en la Universitat de Barcelona, Camacho ganó notoriedad como presidente del Comité Pro-Santa Cruz (este), un conglomerado de entidades empresariales, vecinales y laborales de derecha de la región más rica de Bolivia.
Tras las elecciones del 20 de octubre de 2019, convocó a las primeras protestas para denunciar un fraude en las urnas. Las manifestaciones comenzaron en Santa Cruz, pero se extendieron a otras ciudades, incluida La Paz.
La noche del 4 de noviembre, mientras las protestas iban en aumento, Camacho voló de Santa Cruz a La Paz para forzar a Morales a firmar una carta de renuncia que él mismo había redactado. Sin embargo, tuvo que regresar a la mañana siguiente a su bastión, impedido de salir del aeropuerto por la presencia de enardecidos manifestantes oficialistas.
Algunos en Bolivia hicieron entonces una analogía entre Camacho y el líder parlamentario opositor venezolano Juan Guaidó, quien puso en un interminable jaque al dictador chavista Nicolás Maduro, al ser reconocido como presidente encargado por más de medio centenar de países.
A diferencia de Guaidó, Camacho no consiguió apoyo internacional explícito, pero una semana después Morales renunció al perder apoyo de las fuerzas armadas. Los cuestionados comicios fueron entonces anulados.
Líder juvenil
De familia oriunda de Cochabamba, región central caracterizada por gente combativa, Camacho es además parte de una empresa familiar inmobiliaria y otra avícola.
Se convirtió en el rostro más visible de la oposición a Morales tras los comicios de 2019, aunque no había sido candidato a la presidencia. Incluso opacó al ex mandatario centrista Carlos Mesa (2003-2005), segundo en la votación.
Camacho formó su liderazgo en el comité cívico juvenil de Santa Cruz, una organización de derecha radical, y en las “fraternidades”; comparsas carnavaleras consideradas elitistas.
Al comienzo, aliados de Camacho integraron el gabinete de Áñez, entre ellos Jerjes Justiniano, en el influyente cargo de ministro de la Presidencia, pero la presidenta lo defenestró tres semanas después.
Justiniano había sido clave para alcanzar acuerdos de pacificación con sindicatos de campesinos y obreros leales a Morales y para concertar una ley con los parlamentarios de izquierda que controlaban el Congreso para convocar a nuevas elecciones generales en 2020.
Al poco tiempo, la ruptura entre Camacho y Áñez quedó sellada cuando ambos lanzaron sus respectivas candidaturas a la presidencia. Ella la retiró, por carecer de opciones de ganar. En los comicios presidenciales el candidatos del MAS Luis Arce se alzó con la victoria.
En esa campaña, Camacho dirigió sus dardos contra Arce,afirmando que éste realmente no era un candidato, sino un “títere” de Evo Morales.
Fogoso y apasionado, Camacho opacó en esos álgidos días a los demás líderes opositores a Morales, incluidos caudillos regionales y candidatos a la presidencia como Arce.
Con información de AFP
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