La Coordinadora Arauco Malleco (CAM) se adjudicó este lunes dos nuevos ataques que terminaron con la quema de maquinaria forestal y una torre de vigilancia derribada en la región de La Araucanía, 700 kilómetros al sur de Santiago.
Según reportes preliminares difundidos por Radio Biobío, el primer hecho ocurrió en el fundo la puntilla en Carahue, donde el Órgano de Resistencia Territorial (ORT) Toño Marchant quemó dos máquinas de faena forestal.
El segundo ataque fue en Galvarino y habría sido ejecutado por la ORT Anganamun, derribando una torre de vigiliancia de la empresa forestal Mininco.
En agosto pasado, el vocero y principal líder de la CAM, Héctor Llaitul, fue detenido en medio de un operativo policial en la ciudad de Cañete, en el sur de Chile, y a la fecha se encuentra en prisión preventiva en medio de una huelga de hambre que sostiene junto a dos de sus hijos detenidos y otros presos, solicitando un traslado de recinto penitenciario.
La CAM, fundada en diciembre de 1997, es una de las organizaciones radicales más relevantes del movimiento autonomista mapuche, impulsando una línea política que combina control territorial, recuperación de predios forestales, sabotaje contra empresas del rubro y la “reconstrucción de la nación mapuche” con miras a la “liberación nacional”.
Durante los últimos años, la CAM se ha desagregado en diversas agrupaciones más radicales que operan tanto en la zona costera del Biobío y La Araucanía como hacia la cordillera, con atentados y ataques armados pero sin un acervo político e ideológico como el desarrollado por la organización que representa Llaitul.
En La Araucanía y otras zonas del sur de Chile existe desde hace décadas una disputa territorial entre el Estado, algunas comunidades mapuche y empresas forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por los indígenas.
Desde mayo pasado, en la zona rige un estado de excepción constitucional ratificado por el Congreso, herramienta que permite el despliegue militar en la zona para ayudar a Carabineros (Policía militarizada) a controlar el orden público, incluyendo vigilancia en las principales carreteras y caminos aledaños.
El pueblo mapuche, la etnia indígena más numerosa de Chile, reclama las tierras que habitaron durante siglos, antes de que fueran ocupadas a la fuerza por el Estado chileno a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la “Pacificación de La Araucanía” y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales.
En este contexto, son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios, y el conflicto ha costado la vida a un gran número de policías.
(Con información de EFE)
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