Los cocaleros peruano-bolivianos se movilizan tras la caída de Castillo

La destitución del presidente en Perú después de su intento de golpe de Estado activó un mecanismo de coordinación de grupos armados del narcotráfico con sus similares bolivianos

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Pedro Castillo
Pedro Castillo

La destitución del presidente Pedro Castillo en Perú después de su intento de golpe de Estado activó un mecanismo de coordinación de grupos armados del narcotráfico con sus similares bolivianos.

La marcha hacia Lima de caravanas de vehículos con gente armada desde la zona cocalera del VRAEM, dominada por la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, muestra la relación con Evo Morales, el ex presidente boliviano que alentó a Castillo a legalizar los cocales ilegales de esa región, que ahora se moviliza para defenderlo.

La furia de Morales por la destitución de Castillo, expresada en declaraciones y en tuits, es una prueba, dice el opositor José Carlos Sánchez, de la conexión de los grupos narcos bolivianos con sus similares del Perú, que no sólo se da en el intercambio de droga, sino también de grupos de choque. Este podría ser el germen de un futuro ejército del narcotráfico que abarque a cinco países.

Los narcos del VRAEM producen “pasta base” de coca (sulfato de cocaína) que envían a Bolivia en avionetas para que aquí se transforme en clorhidrato y parta hacia Argentina, Brasil o Paraguay, con destino a Europa.

El Ministerio de Defensa de Bolivia admitió este jueves que no puede controlar al tráfico de avionetas del narcotráfico. Los trece radares comprados hace seis años en 225 millones de dólares no han sido activados todavía, y no lo serán, porque la Fuerza Aérea Boliviana no tiene aviones para interceptar a las avionetas de la droga que pudieran ser avistadas. No tendría sentido poner en funcionamiento esos radares. Una de las más grandes flotillas de avionetas de las Américas tiene libertad de acción en Bolivia.

Morales actúa como el vocero de todos los gobiernos del socialismo del siglo XXI de la región. Después de enterarse de la destitución de Castillo en Perú, la relacionó con el fallo de la justicia argentina contra Cristina de Kirchner: “La derecha internacional ha perpetrado dos golpes contra gobiernos del pueblo”.

Los grupos de seguidores de Morales esperaban que los peronistas que militan en la tendencia K produjeran protestas que provoquen grandes convulsiones en Argentina, y contaban los días para que ello ocurriera, pero luego se resignaron a que la vicepresidenta resigne todas sus esperanzas de seguir en la política.

Luis Arce y Evo Morales
Luis Arce y Evo Morales (REUTERS/Manuel Claure/Archivo)

El presidente Luis Arce volvió ahora sobre el tema: ”Quiero referirme al injusto dictamen que busca proscribir a la hermana Cristina Fernández a través de una feroz persecución judicial y mediática. Con esta decisión hemos asistido a otro lamentable capítulo de instrumentalización de la justicia para acabar con líderes y gobiernos de izquierda de América Latina y el Caribe”. (Su gobierno tiene presa durante año y medio a la ex presidente Jeanine Áñez (2020), sin proceso judicial alguno).

Y el vicepresidente de los cocaleros de Chapare, Leonardo Loza, dijo: “Es hora de defender a los gobiernos de izquierda de los golpistas y traidores”.

Luego de las protestas de Evo se dio la coincidencia de Argentina, Colombia y México en respaldo de Castillo.

En respuesta a esos gestos de solidaridad con Castillo, el diputado opositor Edwin Bazán dijo que lo ocurrido en Argentina y Perú fue el mejor ejemplo de la independencia de poderes que existe en esos países, pero que no existe en Bolivia.

Mientras los grupos de narcos del VRAEM avanzaban hacia Lima, Morales dijo en el Chapare: “La solución a la crisis política de Perú, país hermano, no es con más represión, sino con pacificación, investigación de las muertes y liberación del hermano Pedro Castillo”.

La caravana de narcos del VRAEM que se dirige a Lima probablemente imite lo que hicieron los cocaleros del MAS en Bolivia contra la ciudad de Santa Cruz. Pagaron a los grupos de choque con droga, que luego era comprada por rápidos agentes, en una operación pensada para convertir a los mercenarios en cómplices.

Los opositores de Castillo habían denunciado que los cocaleros bolivianos de Morales estaban haciendo política en el sur peruano y ahora, casualmente, las mayores protestas se dan en esa región, incluso con la toma del campo petrolero de Camisea y los incendios en varias ciudades, como Arequipa.

Las denuncias de que los cocaleros bolivianos estaban enviando armas a Perú no fueron desmentidas por las federaciones de cocaleros de Chapare, pero quizá se las descarte ahora que se ha visto al ejército de narcos del VRAEM, armado hasta los dientes, con destino la ciudad de Lima.

Esto perjudica al comercio exterior boliviano que usa puertos peruanos y en este momento hay 3.000 camiones con carga de Santa Cruz que no pueden llegar al puerto de Ilo. Miles de turistas están varados en Machu Pichu.

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