El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este viernes los nombres de los ministros de Hacienda, Defensa, Relaciones Exteriores, Justicia y Presidencia, los primeros confirmados por el líder progresista para su futuro Gobierno.
Fernando Haddad será el titular de la cartera de Hacienda, la principal del área económica; José Múcio Monteiro dirigirá el ministerio de Defensa; Mauro Vieira será el canciller; Flávio Dino estará frente a la cartera de Justicia y Rui Costa en la Presidencia.
Pragmático y de talante conciliador, Haddad es el fiel escudero de Lula que tomará las riendas de la economía brasileña a partir de enero, en medio de los recelos del mercado financiero.
Apuntado como el posible sucesor político del líder del PT, Haddad asumirá el Ministerio de Hacienda, el principal de los tres ministerios que se ocupará de la economía, con la misión de intentar relanzar el crecimiento de la mayor potencia de Latinoamérica con el libro de estilo del Partido de los Trabajadores.
Su llegada supondrá un giro importante con respecto a su predecesor en el cargo, el economista Paulo Guedes, un liberal ortodoxo de la Escuela de Chicago que apostó por la austeridad fiscal y las privatizaciones.
Un intelectual muy cercano a Lula
Abogado, político y profesor de universidad, Haddad es un académico de la izquierda que bebió en el marxismo durante su juventud y que hoy, a sus 59 años, se acerca más al socialismo europeo.
Con una maestría en Economía y un doctorado en Filosofía, siempre ha sido un hombre de la máxima confianza de Lula, quien será investido presidente el 1 de enero por tercera vez.
Fue ministro de Educación entre 2005 y 2012, durante buena parte de los Gobiernos del PT, primero con Lula (2003-2010) y luego con Dilma Rousseff (2011-2016).
Ahora se pondrá al frente de una de las carteras más poderosas del Gobierno, después de haber perdido tres elecciones consecutivas.
Perdió la reelección a alcalde de San Pablo en 2016, las presidenciales de 2018 ante Jair Bolsonaro, en las que sustituyó a un Lula impedido de presentarse desde la cárcel, y este año no pudo contra un ex ministro del líder ultraderechista en la carrera por la Gobernación de San Pablo.
Carente del estilo aguerrido y apasionado de Lula, su discurso moderado siempre ha sido bien visto por el ahora mandatario electo como una forma de atraer al siempre volátil electorado de centro.
De su autoría es el giro al centro que dio Lula en la pasada campaña al convencerle de que sumara a su fórmula a un antiguo adversario, el hoy vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, un histórico político liberal y católico.
Lula recuperó al canciller de Dilma Rousseff
El embajador Mauro Vieira volverá a dirigir la diplomacia de Brasil en el futuro Gobierno de Lula da Silva, un cargo que ya ejerció entre 2015 y 2016, en los dos últimos años de Dilma Rousseff.
Diplomático de carrera y con una amplia experiencia en comercio exterior, Vieira ha ocupado los cargos más importantes en las legaciones de Brasil en el exterior: fue embajador en Estados Unidos (2010-2015), en Argentina (2004-2010) y representante permanente de Brasil ante la ONU (2016-2019).
También fue jefe de la misión brasileña ante la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), con sede en Montevideo, y, entre otras embajadas, ocupó cargos en la de México, con lo que acumula un profundo conocimiento de la región.
Desde que dejó su cargo de representante de Brasil ante la ONU, fue destinado como embajador en Croacia, cargo que ocupa hasta la actualidad.
Asumió la embajada en Estados Unidos a comienzos de 2010, poco más de un año después del inicio del segundo mandato de Obama, lo que le ha servido para construir puentes personales directos tanto con el Departamento de Estado como con la Casa Blanca.
En Argentina estuvo al frente de la embajada brasileña coincidiendo con el entonces presidente Néstor Kirchner y después, con su esposa y sucesora Cristina Fernández.
En su segunda etapa como ministro de Relaciones Exteriores, tendrá el cometido de cumplir los planes de Lula de recuperar el papel de protagonismo de Brasil en la escena internacional, un rol que Bolsonaro abandonó.
Lula ha defendido retomar el proyecto de la integración de América Latina y el Caribe, así como fortalecer el Mercosur y otros mecanismos regionales.
También propone recomponer los puentes con la Unión Europea, pero ha adelantado que pretende revisar los términos del acuerdo con el Mercosur, firmado durante la gestión de Bolsonaro, pero que todavía no ha entrado en vigor.
(Con información de EFE)
Seguir leyendo: