El Senado de Brasil aprobó, por una amplia mayoría, el incremento del gasto social planteado por el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva en un proyecto que ahora será analizado por la Cámara de Diputados.
El aval del pleno del Senado es una primera e importante victoria para Lula, que asumirá la Presidencia de Brasil el 1 de enero, tras ganar las elecciones de octubre al actual gobernante, Jair Bolsonaro.
La Cámara alta respaldó, en dos votaciones, el texto que aumenta el techo de gasto del presupuesto de 2023 y 2024 para financiar un vasto programa de subsidios a los más pobres y mantener su valor en 600 reales (115 dólares) mensuales a partir de enero, una de las principales promesas de campaña de Lula.
En la primera votación la propuesta recibió 64 votos a favor y 16 en contra, un resultado similar al obtenido en la segunda (64-13).
Para costear el plan, los senadores apoyaron elevar el techo de gasto, cuyo aumento está limitado por ley a la inflación, en 145.000 millones de reales (unos 28.000 millones de dólares) para así abrir espacio en el presupuesto y garantizar el costeo de los subsidios.
El impacto fiscal de la medida ha despertado temores en el mercado financiero ante el riesgo de un deterioro aún mayor de las maltrechas cuentas públicas de Brasil.
En la votación, el senador Randolfe Rodrigues, fiel escudero de Lula, defendió ese “margen fiscal” para acabar con el hambre, recomponer otros programas sociales, y, en definitiva, “para reconstruir el país que fue destruido en estos últimos cuatro años”.
Por su parte, el senador Flávio Bolsonaro, hijo del presidente Bolsonaro, advirtió que el texto “genera incertidumbre” y provocará “una fuga de inversores” y más inflación, lo que derivará en un aumento “abrupto” de los tipos de interés, hoy en el 13,75% anual.
No obstante, el plan aprobado en el pleno del Senado es inferior a lo que pretendía inicialmente el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
El texto original fue rebajado el martes por la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara alta, que lo recortó en 30.000 millones de reales (5.770 millones de dólares), un 17% menos de lo planteado por los aliados de Lula.
También limitó su vigencia a dos años, 2023 y 2024, frente a los cuatro que demandaba el equipo de transición del mandatario electo.
La base parlamentaria del Gobierno de Bolsonaro intentó este miércoles sin éxito reducir nuevamente el alcance de la propuesta.
Al tramitar como una enmienda constitucional, el proyecto requiere el respaldo, en dos votaciones, de tres quintos de los senadores (49 de 81) y los diputados (308 de 513) para su aprobación.
Superado con holgura el trámite en la Cámara alta, el texto avanza ahora a la Cámara de Diputados, donde también podrá ser modificado.
Unos 20 millones de familias reciben actualmente ese subsidio de 600 reales (115 dólares), que se iba a reducir un 33% a partir de enero. Además de mantener ese valor, Lula quiere añadir un extra de 150 reales (29 dólares) por cada hijo de hasta 6 años.
Según datos oficiales divulgados esta semana, 62,5 de los 213 millones de brasileños viven en condiciones de pobreza, el mayor nivel en los últimos diez años.
(Con información de EFE)
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