El aún presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha ordenado cancelar la financiación de las enmiendas parlamentarias, conocidas como “presupuestos secretos”, después de que sus antiguos socios del Congreso hayan alcanzando acuerdos con quien será nuevo jefe del Estado a partir de enero de 2023, Luiz Inácio Lula da Silva.
La orden de Bolsonaro deja sin margen de maniobra al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, para financiar los acuerdos a los que había llegado con las diferentes bancadas para confirmar su reelección, y además pone a Lula en una difícil situación ya que criticó este tipo de enmiendas durante la campaña.
Los conocidos como “presupuestos secretos” son un mecanismo aprobado a mediados de 2020 con el que cada año un parlamentario ejerce como “relator” en las partidas presupuestarias para sugerir a los ministerios federales dónde y cómo destinarlo.
Se trata de un recurso muy cuestionado puesto que violaría los principios de transparencia e impersonalidad que requiere cualquier ley de presupuestos y que desde su aprobación ha servido a Bolsonaro para mantener la gobernabilidad dentro de un Congreso repleto de clientelismo.
En los últimos años estos recursos se han repartido sin criterio técnico alguno y han abastecido a entidades locales y regionales aliadas del Gobierno Federal para sufragar sus políticas o bien comprar bienes de manera innecesaria, desde tractores hasta camiones de basura a precios inflados.
La decisión de Bolsonaro de cortar estos fondos se produce un día después de que la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) confirmara a Lira que apostaría por su reelección al frente de la Presidencia de la Cámara, mientras que se espera que hagan lo propio en lo que respecta al jefe del Senado, Rodrigo Pacheco.
Ambos fueron elegidos con el aval de Bolsonaro y se encargan de gestionar la distribución de estos presupuestos. De los 16.500 millones de reales (unos 3.000 millones de euros) reservados para las partidas de este año, 7.800 millones de reales (1.400 millones de euros) han sido bloqueados por el Gobierno, según ha podido saber el diario ‘Estadao’.
Esta última maniobra de Bolsonaro tuvo lugar el, el mismo día que Lula se reunió por separado con Lira y Pacheco, argumentando que esos recursos debían ir a parar para otras áreas debido a los bloqueos que el Gobierno se vio obligado a hacer en el último para cumplir con el techo de la deuda.
(Con información de Europa Press)
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