El general de brigada Luiz Eduardo Rocha Paiva, uno de los mayores expertos en geopolítca brasileños, advirtió ayer que el país está “en el umbral de una convulsión social”, tras la victoria de Lula da Silva y la protesta en las calles de grupos bolsonaristas que se niegan a reconocer la legitimidad del resultado electoral.
“Nuestros dirigentes, en todas las instituciones, políticas militares, tienen que valorar a esta gente que está en la calle. No pueden salir de allí frustrados, como lo estaban cuando el lava jato se atomizó, cuando el lava jato fue torpedeado. Eso fue una gran decepción”, aseguró en una entrevista para el podcast Fala Glauber.
“La otra frustración es ver que una de las formas que se utilizó para atomizar el lava jato fue liberar a un líder político, que en este caso fue el ex presidente Lula, quien fue procesado, juzgado y condenado por unanimidad en tres instancias. Fue puesto en libertad, no fue absuelto y sus demandas fueron anuladas para que pudiera ser candidato. Entonces ahí fue un error de la sociedad no reaccionar, la sociedad tenía que haber reaccionado. La propia sociedad civil, que ahora está en las calles, no reaccionó en ese momento”.
“Y las demás instituciones nacionales, incluidas las nacionales permanentes, guardaron silencio. No ejercieron presión, presión legal, que no tiene por qué ser pública, se puede velar. Para que él (Lula) no recuperara sus derechos políticos. Así recuperó sus derechos políticos, incluso se postuló, en un proceso electoral que, para bien o para mal, no inspiró confianza en la sociedad. Y esta sociedad que anda por la calle, esta gente que anda por la calle, no aceptan un presidente con el perfil del que tiene, pero luego lo dejan correr, y entonces no tiene confianza en el proceso electoral Por lo tanto, una forma de resolver esta situación, de pacificar al país, que está en el umbral de una convulsión social. Una forma es abrir el código fuente para despejar dudas sobre el proceso electoral, si fue seguro o no. No estoy hablando de fraude. Puede ser un proceso con graves anomalías que hayan influido en el resultado (de las elecciones). Y eso es lo que la sociedad quiere saber y tiene derecho a saber”.