El presidente de China, Xi Jinping, y el dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, mantuvieron una reunión en Pekín en la que el mandatario chino declaró que su país “hará lo posible para proporcionar apoyo” a los cubanos, quienes “se enfrentan a grandes desafíos”, recogió la prensa local.
Xi aseguró que, “independientemente de la situación internacional”, el país asiático “no cambiará” su política de “amistad” con Cuba ni su “voluntad de trabajar” con la nación caribeña para “proteger la justicia internacional y oponerse a la hegemonía”.
Por su parte, el dictador de Cuba, que llegó de madrugada a China para una visita oficial de dos días, mencionó la crisis económica de la nación e indicó que cuenta “con el apoyo de países amigos como China”, informó la Presidencia cubana en la red social Twitter.
Díaz-Canel transmitió a Xi “los saludos cordiales de su amigo el General de Ejército Raúl Castro” y recordó que Fidel Castro destacó “la capacidad y firmeza” del actual mandatario de China, justo en un día en el que se cumplen seis años del fallecimiento del antiguo líder cubano.
El gobernante caribeño aseguró además que valora “de forma muy positiva” los “aportes teóricos y prácticos a la construcción del socialismo” por parte de Xi Jinping al frente del Partido Comunista Chino (gobernante), recogió la Presidencia isleña.
El líder chino expresó la disposición de Pekín a “profundizar la confianza política mutua y ensanchar la cooperación práctica” con La Habana y señaló que las relaciones bilaterales son “un caso ejemplar de la solidaridad y cooperación entre países socialistas y de sincero apoyo entre países en desarrollo”.
Tras la reunión, se firmaron doce documentos, entre los cuales figuraban un plan de consultas entre las cancillerías de los dos países, un memorando de entendimiento para la promoción de las Nuevas Rutas de la Seda, el plan del gigante asiático que busca construir infraestructuras en más de 60 países, y un memorando para el “fortalecimiento de la cooperación económica y comercial” entre ambas naciones.
Asimismo, se organizó una ceremonia de entrega y recepción de materias primas, uniformes escolares, donaciones en efectivo, insumos médicos y medicamentos para Cuba, que atraviesa uno de los peores momentos económicos en décadas, marcado por una grave crisis energética.
Díaz-Canel llegó a Pekín, invitado por Xi Jinping, tras visitar en los últimos días Moscú y Ankara, donde se reunió tanto con su homólogo ruso, Vladimir Putin, como con su par turco, Recep Tayyip Erdogan.
La visita previa a China del gobernante cubano, primera como presidente, tuvo lugar en noviembre de 2018, duró tres días y en ella se reunió con Xi, con quien acordó impulsar los lazos “de amistad” entre los dos países y se firmaron varios acuerdos bilaterales.
La actual estancia del dictador cubano se desarrolla en una “burbuja anticovid”, una modalidad de circuito cerrado en el que los visitantes no tienen contacto con el exterior, en cumplimiento de las estrictas restricciones que mantiene China desde el principio de la pandemia.
El viaje de Díaz-Canel a China marca el primero de un mandatario latinoamericano al país asiático desde la finalización del XX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en octubre y en el que Xi Jinping fue reelegido para un tercer mandato como secretario general inédito entre sus predecesores inmediatos.
Cuba fue, en 1960, el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, que se había creado en 1949.
(Con información de EFE)
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