El sociólogo nicaragüense Oscar René Vargas fue detenido este martes por la mañana por agentes del régimen de Daniel Ortega cuando se hallaba en la vivienda de su hermana Patricia en Managua, Nicaragua.
Vargas, de 76 años y autor de 35 libros, fue asesor de la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la década de 1960 pero se volvió crítico del régimen de Ortega con la rebelión civil de abril de 2018 que fue duramente reprimida por las fuerzas sandinistas. Ese año fue amenazado y escapó al exilio en Costa Rica por temor a que lo encarcelaran.
Según el medio nicaragüense Confidencial, fuentes cercanas a la familia denunciaron que Vargas fue secuestrado en un fuerte despliegue policial y su actual paradero es desconocido.
Vargas había ido a visitar a su hermana Patricia, que se encuentra en un estado delicado de salud. “Salió de donde estaba escondido a visitarla por su estado de salud y, a los diez minutos de haber llegado apareció la Policía. Se tiraron los muros, entraron con armas para llevárselo. Al momento de la llegada de la Policía, él salió sereno”, explicó la fuente del Confidencial, y señaló que los agentes no presentaron una orden judicial.
Rescató a Daniel Ortega hace 55 años
El 4 de noviembre de 1967, hace 55 años, Daniel Ortega dormía la siesta después del almuerzo en una casa del popular barrio Monseñor Lezcano, de Managua, sin saber que estaba a punto de ser capturado, y posiblemente ejecutado, por un operativo que la Guardia de Somoza realizaba contra guerrilleros sandinistas en esa zona. Se salvó “por un pelo”. Vargas lo rescató pocos minutos antes de que los militares llegaran a la casa donde se escondía.
El sábado 4 de noviembre de 1967, aproximadamente a la una de la tarde, el entonces joven de 21 años Oscar René Vargas escuchó en un noticiero de radio que la guardia somocista estaba atacando una casa en Managua donde se refugiaba un grupo de guerrilleros sandinistas. Su hermano, Gustavo Adolfo, justamente iba hacia el lugar a almorzar con uno de los guerrilleros que se escondía en la casa. Oscar René tomó un vehículo de su familia, alcanzó y advirtió a su hermano del peligro. Cuando llegaron al sector, ya era demasiado tarde. La Guardia había capturado vivos y posteriormente ejecutado a los guerrilleros Casimiro Sotelo, Roberto Amaya, Hugo Medina y Edmundo Pérez.
En esos días la Guardia andaba particularmente agresiva porque el 23 de octubre anterior, un comando sandinista había ejecutado en la calle a un connotado sargento de la Guardia Nacional. Buscaban a los asesinos. Uno de ellos era Daniel Ortega Saavedra, quien se escondía unas cuadras mas allá, ajeno a la suerte de sus compañeros de guerrilla.
Los hermanos Vargas deciden ir a buscar a Ortega y otro compañero antes que llegara hasta ellos la guardia, que iba registrando casa por casa el sector. “Al llegar a la casa donde se encontraba Daniel Ortega e Iván Turcios, nos dimos cuenta que estaban descansando después del almuerzo. No sabían nada de lo que estaba pasando a pocas cuadras, en la otra casa de los compañeros”, recordó desde el exilio Osca René Vargas en un artículo de 2019. Los dos guerrilleros sandinistas salieron del lugar en los carros de los hermanos Vargas cuando ya la Guardia estaba en la calle.
Daniel Ortega fue capturado poco después, el 18 de noviembre de 1967. Pero no lo acusaron por el asesinato en el que participó, pues, como el mismo Ortega declararía después, la guardia ya se había dado por vengada con los cuatro muertos de Monseñor Lezcano, a quienes atribuyó el asesinato del sargento, a pesar que solo uno de los ejecutados había participado.
Vargas dijo que no se arrepiente de haberle salvado la vida a quien 52 años más tarde es su perseguidor. “Uno no puede arrepentirse de algo que era su filosofía de vida. Tampoco somos responsables de la evolución de las personas. En esa época compartíamos objetivos comunes”, afirmó Vargas, quien ahora piensa que Ortega es la expresión del mismo somocismo que antes combatían. “No pudo transcender la vieja cultura política dominante en los políticos tradicionales. Se quedó atrapado en los vicios del pasado. Se transformó y se volvió un alumno aventajado del somocismo. Eso explicaría que viejos somocistas ahora apoyen a Ortega y viceversa. Lo único que le interesa es permanecer en el poder”.
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