El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, se pronunció sobre cuáles deberían ser las condiciones que necesitaría para retornar al país andino, pues se encuentra en calidad de prófugo de la justicia nacional y se encuentra asilado en Bélgica. En una entrevista con Europa Press, el ex mandatario aseguró que es víctima de una “brutal persecución” y que necesita inmunidad para regresar al país.
“Si regreso a Ecuador, me meten preso”, aseguró el ex presidente que fue condenado por corrupción en el caso Sobornos 2012-2016. La sentencia, que fue ratificada en los más altos tribunales de justicia del país, señala a Correa como autor mediato en una trama de sobornos que permitió financiar a su extinto movimiento Alianza PAIS.
El ex vicepresidente, Jorge Glas, que también fue condenado en el mismo caso, está preso en Ecuador, mientras Rafael Correa tiene asilo otorgado por el Reino de Bélgica y puede viajar por el mundo, aunque no regresar a Ecuador, pues la sentencia en su contra le obliga a permanecer ocho años en prisión.
Es por ese escenario que Correa dijo al medio europeo “que no volverá a Ecuador mientras no goce de la inmunidad que, por ejemplo, le concedería una candidatura electoral oficial, ya que de lo contrario “sería suicida””.
Además, el ex mandatario ha sostenido que la ratificación de su sentencia en última instancia se dio para que no pueda participar en las últimas elecciones presidenciales en las que Guillermo Lasso, actual presidente de Ecuador, ganó: “Si yo era candidato y estaba en Ecuador, les ganábamos las elecciones”, dijo a a Europa Press. Para el líder de la revolución ciudadana en Ecuador, “si triunfó un candidato “malo” como Lasso fue por la ausencia de un rival de envergadura”.
Correa aseguró: “Si fuera candidato a presidente les gano, modestia aparte, en primera vuelta” y cree que “más temprano que tarde, la revolución ciudadana recuperará la patria”.
No obstante, la Constitución del Ecuador prohíbe la reelección indefinida, limitando a que los representantes a cualquier cargo público solo puedan permanecer por dos periodos, es decir reelegirse una sola vez. Rafael Correa ya agotó esas posibilidades. Incluso, según señalan expertos constitucionalistas, Correa no podría siquiera candidatizarse a la Vicepresidencia, pues la única función de este es el reemplazo del Presidente, cargo que Correa no podría ejercer. A esto se suma que la sentencia del ex mandatario lo inhabilita para ocupar cargos públicos.
Correa también ha reiterado que él y su entorno son víctimas del lawfare. Según dijo en la entrevista con el medio internacional, “el “partido judicial” y el “partido mediático” han servido de brazos ejecutores al servicio del Gobierno de turno, primero de Moreno y ahora de Lasso”. Para el ex mandatario, el caso Sobornos, por el que fue sentenciado, es el paradigma de la persecución política.
A pesar de sus cuestionamientos hacia la justicia ecuatoriana que lo condenó, Rafael Correa celebró la anulación de la sentencia del Caso Singue, por la que Jorge Glas tenía una sentencia ratificada en segunda instancia. Sin embargo, como el tribunal declaró como nulo todo lo actuado en ese caso porque no se siguió el debido proceso, Glas podría acceder al beneficio penitenciario de la pre libertad y salir de la prisión.
Sobre esto, Correa indicó que “se está evidenciando el “inevitable” apoyo social a la “revolución ciudadana”, hay “jueces que hacen lo que siempre debieron hacer”, según indicó el medio.
La razón por la que Correa se siente seguro en Bélgica es justamente por la persecución política que el ex mandatario asegura que hay en su contra. Sobre los riesgos a la seguridad de los políticos de izquierda, Correa se refirió al atentado que sufrió la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández: “Inoculan tanto odio que cualquier orate cree que dispararle a un dirigente progresista lo convierta en héroe”, dijo.
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