Diez reclusos murieron el viernes en una cárcel de la capital de Ecuador en medio de un enfrentamiento que estalló luego del traslado de reclusos a una penitenciaría de máxima seguridad, informó el organismo a cargo de las prisiones (SNAI).
Tras una inspección, los uniformados hallaron otros dos cuerpos, “por lo que son diez fallecidos confirmados” en el penal Pichincha 1, señaló el SNAI en su canal de comunicación de WhatsApp.
En principio, la entidad había reportado ocho fallecidos, mientras que la Fiscalía dio cuenta de nueve muertos en la prisión, también conocida como cárcel de El Inca.
“Ninguno presenta heridas de fuego o armas blancas, sino que aparentemente la causa de muerte sería el estrangulamiento”, declaró a la prensa el general de la policía Víctor Herrera.
Custodiada por militares, a la prisión ingresaron carros de Medicina Legal para retirar los cuerpos de los reclusos fallecidos en la segunda matanza reportada en Quito, una ciudad que hasta hace poco había escapado de la violencia dentro de las cárceles.
Desde febrero de 2021 se han producido una decena de masacres carcelarias con saldo de cerca de 400 presos muertos en el otrora pacífico Ecuador. Las peores masacres, con cuerpos decapitados, desmembrados e incinerados, se han registrado en los complejos penitenciarios de Guayaquil.
La última matanza ocurrió en la cárcel de Quito el 8 de noviembre, cuando cinco reclusos fueron asesinados.
Herrera, a cargo de la seguridad en Quito, señaló que el episodio de violencia de este viernes fue “controlado”.
El traslado a una cárcel de máxima seguridad de Jonathan Bermúdez, cabecilla de la banda de Los Lobos y supuesto responsable de la matanza en la cárcel Pichincha 1, fue la chispa que detonó el choque de este viernes.
“Miembros de esta organización delictiva tomaron represalias violentas” por la reubicación de Bermúdez en el penal La Roca, ubicado en el puerto de Guayaquil (suroeste), explicó el SNAI en un comunicado.
Alias “Sargento”, “Junior” y “Hormiga”, considerados por el SNAI como los “presuntos responsables intelectuales” de los ataques de esta tarde, también fueron reubicados en La Roca.
“Advertimos que no nos dejaremos intimidar por mafias narcotraficantes, ahora tendrán que enfrentar todo el rigor de la ley”, escribió el presidente Guillermo Lasso en Twitter tras la matanza.
El gobernante compartió una foto de los reclusos junto al mensaje “intervención exitosa”.
Traslados previos de presos atizaron las matanzas, como la ocurrida en mayo último en la prisión de Santo Domingo de los Tsáchilas. En esa ocasión la reubicación de un cabecilla de una banda rival de Los Lobos desató una masacre que dejó 44 muertos.
A inicios de noviembre, el gobierno ordenó mover a 2.400 reclusos a otras prisiones u otras celdas, lo que desató la ira de bandas criminales vinculadas al narcotráfico que hicieron estallar coches bomba en gasolineras y estaciones de policía y propiciaron balaceras.
Ocho personas, incluidos cinco uniformados, murieron durante los ataques ocurridos en Guayaquil. Este puerto, lugar estratégico para la salida de droga hacia Estados Unidos y Europa, es el más castigado por la mafia del narco.
El viernes también fue trasladado a La Roca un reo identificado como Anchundia, cabecilla de la banda R7, a quien las autoridades acusan de ser el responsable de disturbios en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas (centro).
“Bermúdez y Anchuncdia están aislados e incomunicados en La Roca, igual que hicimos con los cabecillas de los Chone Killers”, dijo en cadena nacional el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, refiriéndose a la reubicación de otros líderes de bandas.
Jiménez aprovechó su intervención para reclamar que el Congreso ecuatoriano tiene “represados más de 30 proyectos de ley vinculados a la seguridad de los ecuatorianos”.
Ecuador, ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína, encara un aumento de la violencia vinculada a bandas del narcotráfico, así como del decomiso de droga.
En 2021, el país decomisó el récord de 210 toneladas y en lo corrido de este año las incautaciones alcanzan las 170 toneladas.
Para contener el impacto de la violencia del narcotráfico, Lasso declaró el estado de excepción y un toque de queda en las provincias costeras de Guayas (cuya capital es Guayaquil), Esmeraldas (fronteriza con Colombia) y Santo Domingo de los Tsáchilas.
(Con información de AFP)
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