Este martes se llevó a cabo el foro Cuba en la invasión de Rusia a Ucrania, organizado por el Interamerican Institute of Democracy, con la participación de destacados ponentes como Mariano Caucino, Orlando Gutiérrez, Juan Antonio Blanco, Ricardo Israel, Iliana Lavastida y Carlos Sánchez Berzaín, entre otros.
La actividad tuvo lugar en la sede del Interamerican Institute for Democracy, en la ciudad de Miami en Estados Unidos, y se centró en evaluar y ofrecer un panorama de cómo la dictadura castrista lidera el apoyo en la región a la guerra iniciada por Vladimir Putin.
Tomás Regalado, presidente del Instituto, estuvo a cargo de la introducción en la que señaló que aunque una de las constituciones cubanas dicen que la isla “ha vivido con la ayuda desinteresada de la Unión Soviética” cuenta con pruebas contundentes de “cómo el régimen de La Habana ha hecho de las guerras de la Unión Soviética y de Rusia sus guerras y cómo ese régimen es hoy uno de los pocos íntimos aliados que tiene en todos los aspectos el régimen de Vladimir Putin”.
A continuación, como primer orador, obtuvo la palabra Mariano Caucino, quien comenzó recordando que “para Rusia -y en su momento para el Imperio Ruso- Ucrania no es un territorio más. Con Ucrania, Rusia es un imperio; sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio”. Sobre ello, destacó la importancia de la invasión comenzada el pasado 24 de febrero, que no sólo constituye “un conflicto que es casi una guerra civil y un conflicto entre la OTAN y Rusia” sino que es, también, “un conflicto que -eventualmente- puede involucrar un inicdente nuclear” en el marco de los 60 años de la crisis de los misiles.
El mismo día que inició la guerra, Cuba ofreció su respaldo a Rusia, al señalar que Moscú tiene “derecho a defenderse” y la OTAN debe atender su demanda de “garantías de seguridad”, en medio del conflicto con Ucrania, durante una visita oficial del presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, a La Habana.
El dictador de la isla, Miguel Díaz-Canel, expresó “su solidaridad con Rusia, ante la imposición de sanciones y la expansión de la OTAN hacia sus fronteras”, informó el noticiero de la televisión estatal, que difundió imágenes del encuentro en el Palacio de la Revolución. En la reunión al final de la jornada, el dictador agradeció el apoyo de la Duma (cámara baja de Rusia), ante el “bloqueo de Estados Unidos a la isla”.
Orlando Gutiérrez fue el segundo en disertar y comenzó su alocusión remontándose a la historia entre ambos países. En ese sentido, destacó el acuerdo de cooperación firmado en 2014 entre los Consejos de Seguridad de Rusia y Cuba, el cual señala como “muy importante” y asegura que “ha marcado la relación” entre ambas naciones. También, aseguró que el acercamiento entre Raúl Castro, Alejandro Castro y Rusia tuvo otro momento de gran integración, que fue la guerra en Siria, “que ha sido clave para el pensamiento de Putin, en la geopolítica rusa y un lugar en el que se consolidó la alianza entre los nuevos gobernantes rusos -bajo Putin- y el régimen castrista”.
En ese sentido, la periodista cubana Iliana Lavastida remontó la relación entre Cuba y Rusia tan atrás como la década de los años 80 cuando “la presencia de soviéticos se hacía cada vez más notable en la isla” y que, para entender este acercamiento, es necesario retrotraerse a la década de los 60. En ese entonces, “Fidel Castro ofreció a la entonces Unión Soviética el suelo cubano como base para emplazar misiles nucleares y puso al mundo al borde de una conflagración” lo que, junto a otras medidas tomadas por el régimen, hacían que la isla se convirtiera “en una necolonia en pleno siglo XX condicionada a cambio de recibir susbsidios que permitían, a su vez, expandir el laboratorio ideológico que se gestaba en Cuba a otros países de Latinoamérica y hasta a otros continentes”.
Juan Antonio Blanco volvió nuevamente a los tiempos que corren y denunció el pequeño lugar que se le da en los medios de comunicación al “papel que tiene Cuba en la agresión a Ucrania” ya que “normalmente se habla de la agresión de Rusia cuando, en realidad, Ucrania está siendo agredida por una alianza de estados variopintos asociados a la Federación Rusa”. Así, describió a Rusia como “mafioso pero con una sociedad abierta al mercado”, a China como “un país comunista donde el partido controla el mercado” mientras que “en el caso de Cuba, es un modelo mafioso de Estado pero todavía totalitario” donde “no hay relaciones privadas de mercado”. Pero que, al fin, todos estos países están “en contra de la democracia liberal, de los estados de derecho”, lo que explica que Putin busque, con su agresión, contener la creciente influencia de los estados y las democracias liberales sobre su propio país.
En este contexto, Ricardo Israel dijo que “Cuba está colaborando en la invasión rusa a Ucrania a través de un esquema diseñado por los servicios de inteligencia de ambos y que le está dando los resultados esperados para perjuicio de los Estados Unidos y de Ucrania”, aunque reconoció diferencias con los tiempos en los que se desarrolló la Guerra Fría. Señaló, por otro lado, que lo que está ocurriendo “no es algo súbito” ya que, antes de la invsión, “Rusia había perdonado gran parte de la abultada deuda externa de La Habana con Moscú y redestinaron compromisos a inversiones, incluyendo nuevas”.
A modo de conclusión sobre todo lo expuesto, Carlos Sánchez Berzaín -director ejecutivo del Instituto-, remarcó que “nos encontramos en un momento histórico”, en el que “ni Cuba ni Rusia son democracias” y que tienen un “hilo común que es que Cuba es la dictadura más antigua de las Américas y la Rusia de Putin es un proyecto de gobierno totalitario que, hoy día, es una dictadura, que tiene presos políticos, no tiene libertad de prensa ni estado de derecho”. Es por ello que los calificó de “socios naturales” ya que tienen los mismos “enemigos” y que el aliado fundamental de Rusia en las Américas para su agresión es Cuba.
Desde que comenzó la agresión en Ucrania, la cancillería cubana ha pedido en repetidos comunicados a Estados Unidos y a la OTAN responder de manera “seria y realista” a las demandas de garantías de seguridad de Rusia, estimando que Moscú tiene “derecho a defenderse”.
El respaldo cubano a la invasión del Kremlin se apalanca en los intereses que tiene Moscú en seguir abogando por el fin del “embargo” estadounidense a Cuba, poco después de que la respectiva resolución fuera aprobada en la ONU.
“La posición de Rusia sobre la resolución se mantiene intacta. Junto con el pueblo amigo cubano y la abrumadora mayoría de los miembros de la comunidad internacional, continuaremos luchando por el levantamiento rápido, completo e incondicional del bloqueo a la Isla de la Libertad”, señala el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
Según Moscú, Washington “trata sin éxito de dar una envergadura global a la llamada doctrina Monroe” y a sus “sanciones unilaterales ilegales.
Ya en julio, el Consejo de la Federación o Senado ruso aplazó el pago de los créditos concedidos a Cuba, que para que pague su deuda entre este año y 2027.
Los senadores aprobaron una serie de enmiendas que modifican los acuerdos para un crédito estatal otorgado a la nación caribeña en 2002 y de tres créditos de exportación para la financiación de petróleo y derivados de 2017 y 2019, según la agencia Interfax.
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