El Consejo Supremo electoral (CSE) de Nicaragua convocó para este domingo a 3.7 millones de nicaragüenses a votar en unas elecciones municipales que organismos de observación han definido como “sin competencia” y la oposición ha calificado de “farsa electoral”.
El partido gobernante, Frente Sandinista (FSLN), en teoría, compite contra otros cinco partidos por la elección de 6,088 cargos públicos, entre concejales y alcaldes de 153 municipios del país.
“No se les puede llamar elecciones porque son asignaciones de cargos públicos, en este caso municipales”, dice el analista político Eliseo Núñez, para quien este es un proceso “sin garantía, sin posibilidad de ser auditado, y sin capacidad de la ciudadanía para expresarse” que “solo busca cumplir un requisito”.
Estas elecciones municipales se producen exactamente un año después de las elecciones presidenciales en las que Daniel Ortega se reeligió por tercera vez y que fueron calificadas como “una farsa” por la oposición y desconocidas por al menos 40 países de América y Europa.
Para las elecciones de noviembre 2021, el régimen de Ortega encarceló a los siete posibles candidatos presidenciales de la oposición, canceló a tres partidos opositores que mostraron alguna independencia a su control y eligió a un tribunal electoral integrado solo por personas afines a su liderazgo.
Ortega se impuso, oficialmente, con el 75 por ciento de los votos. El CSE estableció en 65 por ciento la participación electoral. Sin embargo, el organismo independiente de observación electotal, Urnas Abiertas, determinó, a través de una red de 1,450 observadores clandestinos, que hubo un abstención del 81.5 por ciento de la población votante, lo cual resultó congruente con la desolación que mostraron los centros de votación en esa ocasión.
Para Núñez, una de las pocas incógnitas de las elecciones de este domingo es “ver qué mecanismo va a utilizar el régimen para obligar al votante a asistir”.
Dice que hay muchos rumores, como el que no se renovará la cédula de identidad a quienes no voten, pero afirma que estos rumores aparecen en cada elección sin que produzcan los castigos mencionados.
Para estimular la participación, la Asamblea Nacional aprobó la Ley Especial que pone en vigencia las cédulas de identidad vencidas exclusivamente para 6 de noviembre, día de las votaciones.
Para las últimas elecciones municipales, en 2017, el gobernante Frente Sandinista se hizo de 135 de las 153 alcaldías en disputa, a través del control total del aparato electoral y la eliminación del principal partido opositor de ese tiempo, el Partido Liberal Independiente (PLI), cuyos sellos fueron entregados legalmente a otro grupo político en una oscura maniobra judicial.
Aun con la mayoría de las alcaldías en su mano, en julio pasado, el régimen de Ortega se tomó militarmente las cinco alcaldías donde se eligieron alcaldes del partido opositor Ciudadanos por la Libertad (CxL), aduciendo que la agrupación política ya no tenía personería jurídica. Las cinco alcaldías pertenecen a bastiones tradicionalmente opositores de los municipios de Murra, Pantasma, San Sebastián de Yalí, El Cuá y El Almendro.
Para Eliseo Núñez, Ortega decidió “competir” sin oposición desde las elecciones presidenciales de 2016, cuando sacó de la contienda al PLI, el principal partido opositor. “La oposición fue vedada desde el 2016 con subterfugios primero y luego ya con mano de hierro en el 2021. Ahora, básicamente, no existe oposición desde el año pasado. Los partidos que están ahí pareciera que están compitiendo para rey feo del colegio y no para un cargo público”.
Los cinco partidos que participan en esta elecciones con el Frente Sandinista son los mismos que lo acompañaron en las elecciones del año pasado, y que la población llama “colaboracionistas” o “zancudos”: Alianza por la República (Apre), Partido Liberal Independiente (PLI), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y el partido regional Yatama.
El organismo Urnas Abiertas denunció entre las irregularidades de este proceso, que el tribunal electoral limitó a 20 días la campaña electoral de los partidos políticos y el “notorio silencio” de las propuestas políticas para convencer a la ciudadanía.
“Durante todo el período de campaña hubo un notorio silencio, el ambiente en los municipios no apunta a la aproximación de una fiesta cívica como deberían ser las elecciones, las calles carecen de publicidad política notoria a excepción de unos pocos afiches, los mítines o caravanas en las calles son inexistentes y los pocos actos políticos registrados durante los dos últimos fines de semana no fueron masivos, la participación se limitó a actividades que no superaron a algunas decenas de personas”, apunta Urnas Abiertas en un informe.
También informó que cuatro partidos políticos considerados “colaboracionistas” o “zancudos” han sido denunciados por ciudadanos a quienes incluyeron en sus listas de funcionarios o candidatos sin haber sido consultados. Hasta septiembre pasado, el organismo había recibido 1,158 denuncias ciudadanas por usurpación de identidad, apropiación ilegítima de nombre y de violación a la Ley de protección de datos personales.
Eliseo Núñez dice que los partidos que juegan como opositores en estas elecciones no tienen capacidad de criticar al Estado por temor a las represalias del régimen.
“Redujeron la campaña, no hay libertad de expresión, vos no podés criticar al gobierno, no hay capacidad de controlar cómo se cuentan los votos, no hay independencia de poderes, no hay estado de derecho mediante el cual se pueda comenzar un proceso que te lleve a repetir o revertir un proceso electoral”, enumera Eliseo Núñez entre las “anormalidades” de estos comicios.
La opositora Unidad Azul y Blanco (UNAB) afirmó en un comunicado que “la credibilidad de las llamadas elecciones municipales es nula” porque “todas las libertades ciudadanas están conculcadas y el régimen mantiene el control absoluto del aparato electoral”.
Considera que estos comicios son “una farsa electoral” y ha iniciado una campaña para pedir a los ciudadanos que “se queden en casa” este domingo tal como sucedió hace en un año en las elecciones presidenciales. “Con presos políticos no puede haber elecciones libres”, es el lema que promueven en redes sociales, recordando que en las cárceles del régimen de Ortega hay más de 219 personas presas por pensar diferente.
Desde el régimen se proclama una realidad diferente que ignora los reclamos de los opositores. “Este 6 de noviembre nos reunimos a seguir construyendo el porvenir de todos, la Nicaragua que queremos, la Nicaragua que soñamos, nuestra Nicaragua de familia, de comunidad, bendita y siempre libre. Y es unidos que seguimos venciendo, y es unidos que estamos conscientes que todas las victorias, todos los triunfos son del pueblo. Unida Nicaragua triunfa. Y vamos adelante, compañeros, compañeras, caminando siempre como pueblo de Dios”, expresó Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega.
El Estado ha dispuesto una partida de 450 millones de córdobas (unos 12.7 millones de dólares) para costear los gastos de campaña que tengan los partidos políticos, a pesar del casi nulo ambiente electoral que se vive en Nicaragua.
“En un contexto donde no existe la competencia electoral, esta campaña solamente sirve para justificar el reembolso millonario de más de 450 millones de córdobas que reclamarán los partidos al finalizar su participación en un proceso sin condiciones ni garantías democráticas”, señala Urnas Abiertas.
El analista Eliseo Núñez avizora al Frente Sandinista avanzando en el control de las alcaldías sin atreverse a adjudicarse el cien por ciento. “Si en las elecciones pasadas dejó 18 alcaldías para los partidos satélites, esta vez considero que les va a dejar menos, tal vez la mitad de lo que les dejó en las elecciones pasadas”, dice.
“El sistema democrático está colapsado, el estado de derecho no existe y si otro partido llega a una alcaldía y ellos (Frente Sandinista) deciden quitársela, se la quitan como ocurrió con CxL”, concluye. “Cualquier resultado, incluso uno adverso al Frente Sandinista en algún municipio, solo se puede producir porque fue decidido desde antes por el partido de gobierno”.
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