La organización Human Right Watch (HRW) le pidió este viernes al presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que se comprometa con medidas concretas frente al medioambiente y la Amazonía, en vísperas de la Cumbre del Clima COP27 de Egipto.
Metas cuantificables para la deforestación, medidas para garantizar los derechos de los pueblos indígenas y un plan nacional de protección a defensores ambientales, son algunos de los compromisos que plantea la ONG.
“Con el inicio de la COP27, una semana después de las elecciones, Lula debería especificar cómo pretende garantizar el Estado de derecho en la Amazonía y proteger tanto a la selva como a sus defensores”, señaló Maria Laura Canineu, directora de HRW en Brasil.
Entre las medidas que propone HRW figura un compromiso con el fortalecimiento de las agencias ambientales e indigenistas.
El líder progresista ha manifestado su intención de impulsar metas climáticas más ambiciosas y reforzar la cooperación internacional para proteger la Amazonía, que ha alcanzado niveles récord de deforestación e incendios bajo la administración presidida por el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Tras vencer las presidenciales, el domingo pasado, Lula anunció que acabará con la deforestación en la selva tropical más extensa del planeta, retomará la protección de los biomas, defenderá los derechos de los indígenas y volverá a hacer del gigante suramericano el protagonista en la lucha contra la crisis climática.
Un primer paso en este sentido será su asistencia a la Cumbre del Clima COP27, a la que irá dos meses antes de tomar posesión del cargo, invitado por el Consorcio Interregional de la Amazonía, órgano formado por los Gobiernos de los nueve estados brasileños amazónicos.
Lula, que asumirá por tercera vez la jefatura de Estado en el país, tras gobernar a Brasil entre 2003 y 2010, logró reducir la deforestación en casi un 70 % al término de su segunda gestión.
Pero en sus mandatos, también se impulsaron proyectos como hidroeléctricas que han sido criticados por las comunidades locales por su impacto ambiental en la selva.
Doce años después, el ex sindicalista tendrá que enfrentar el mismo reto pues durante el gobierno de Bolsonaro la destrucción de la Amazonía brasileña aumentó de forma considerable.
Bajo el mandato del ultraderechista, la deforestación en la Amazonía aumentó un 73 % entre 2018 y 2021, alcanzando su nivel más alto en 15 años, con cerca de 34.000 kilómetros cuadrados de selva devastados entre 2019 y 2021.
Los incendios no se quedan atrás y crecieron casi que al mismo ritmo que la deforestación. Solo los 101.215 focos registrados en los primeros 10 meses del año ya superan todos los de 2021 y son el más alto número reportado para el período desde 2010.
La devastación de la selva amazónica en Brasil ha sido atribuida por los ecologistas a la falta de controles del gobierno de Bolsonaro para frenar la minería ilegal, el comercio ilícito de madera y la pesca irregular.
(Con información de EFE)
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