El presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, tendrá un cargo como asesor en su partido político cuando el próximo 1 de enero deje la Presidencia.
Después de llegar a un acuerdo con el presidente de la formación Valdemar Costa, Bolsonaro se refirió a su futuro una vez deje de ocupar un cargo público, debido a que desde 1988 siempre ha ganado las elecciones a las que se ha presentado, informó la cadena G1.
En el Partido Liberal, el todavía mandatario de Brasil actuará como consultor, desde el cual espera organizar una oposición al vencedor de la segunda vuelta de los comicios del pasado 30 de octubre, Lula da Silva.
Hasta el momento, Valdemar estaría considerando alquilar una habitación en un grupo de edificios en el centro de Brasilia para que sirva como oficina para el presidente.
El avance de las negociaciones con el Partido Liberal en torno a esta posición habría contribuido a que Bolsonaro realizara el martes, dos días después de la elección, el pronunciamiento en el que señaló el inicio de la transición de Gobierno y en el que garantizó el cumplimiento de la Constitución, según la citada cadena.
Aunque Bolsonaro se ha negado a felicitar a Lula, en general las instituciones de Brasil parecen haber resistido.
Bolsonaro emitió un mensaje por video el miércoles en el que pidió el fin de las protestas de sus simpatizantes. “Sé que están molestos. Estoy tan triste y molesto como ustedes. Pero tenemos que mantener la cabeza fría”, señaló. “El cierre de carreteras en Brasil pone en peligro el derecho de las personas a ir y venir”.
De muchas formas, el movimiento conservador que Bolsonaro ayudó a encender ha salido fortalecido tras los comicios. Sus aliados fueron elegidos gobernadores en varios estados clave, y el Partido Liberal, al que pertenece, consiguió la mayoría en el Congreso, lo que reduce la capacidad de Lula para impulsar su agenda después de un bache económico de una década que ha dejado a millones de brasileños más hambrientos que cuando Lula dejó el cargo en 2010.
Además, la demografía de Brasil parece favorecer la agresiva política de identidad de Bolsonaro, la cual incluye una agenda contra la comunidad LGBTQ y hostilidad hacia los ambientalistas, con la que se ha ganado el apodo de “Trump del trópico”.
El propio instituto de estadísticas del país prevé que el número de brasileños que se identifican como cristianos evangélicos —que según las encuestas preelectorales favorecen mayoritariamente a Bolsonaro y se inclinan hacia la derecha— superará a los católicos en una década.
(Con información de Europa Press y Associated Press)
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