Una organización criminal tomó una vecindad en Chile y desde allí organizaban secuestros, homicidios y extorsiones

Operaban en Santiago. A la banda también se le vincula por su presunta participación en la muerte de uno de sus líderes.

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Momento en que Edwin Jara es sacado de un cité tras ser violentado por sus compañeros. Luego sería quemado al interior de su automóvil. (Foto: T13)
Momento en que Edwin Jara es sacado de un cité tras ser violentado por sus compañeros. Luego sería quemado al interior de su automóvil. (Foto: T13)

Una banda de delincuentes se tomó un cité (vecindad) en Santiago de Chile para organizar desde allí secuestros, homicidios y extorsiones.

Según T13, la organización se dedicaba a “seis líneas de negocio”: asaltos, robos a las salida de los bancos, secuestros, tráfico, y cobraban por piezas de cités que se tomaban en la capital de Chile. Se cree que siete inmuebles de este tipo estaban bajo el poder de esta banda.

Cada cité podría albergar entre 15 piezas que eran arrendadas, lo que significaba ganancias por alrededor de $30.000.000 (USD 32.092). Estos lugares también eran utilizados para la planificación y ejecución de crímenes.

Las autoridades chilenas también investigaban si esta banda estaba incursionando en extorsiones. Según T13, el grupo amenazaba a sus víctimas con granadas o cobraban por protección mensual. En caso que no les pagaran, los delincuentes quemaban sus propiedades o disparaban en contra.

Sin embargo, la banda no solamente era indagada por este crimen sino que por un homicidio que afectó a uno de sus líderes, quien fue ajusticiado y quemado por sus propios compañeros.

Matar al líder

El 29 de diciembre del año pasado ocurrió una balacera en pleno centro de Santiago. Hubo tres heridos y tres detenidos.

Entre quienes cayeron presos estaba Fran Toledo, líder de esta banda, quien desde la cárcel designó a Edwin Jara como su reemplazante. Este último poseía dos condenas de la justicia chilena por robo con intimidación, y en ambas ocasiones fue expulsado del país. Sin importar esto, Jara volvió por tercera vez a Chile.

En su tercera aventura delictual su misión era proseguir con los múltiples negocios de la banda y mantener contento a su jefe que estaba tras las rejas. Le fue bien, exponía el dinero que ganaba, se compraba de todo, y eso no le gustó a Toledo ni a su entorno.

El 28 de septiembre pasado apareció un auto quemado en la comuna de San Joaquín, en Santiago. El hecho conmocionó al país y al interior del vehículo se encontraron los restos de Edwin Jara, líder designado de esta banda delictual, que estaba tapado con una alfombra y con tres impactos de bala en su cuerpo. Su muerte habría sido auspiciada por integrantes de su propia banda.

Un mes después la policía fue detrás de quienes habrían participado en tal macabro crimen. Tres personas fueron detenidas, entre ellos, el sospechoso de ser el autor material de los disparos.

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