Simpatizantes bolsonaristas que no aceptan los resultados de las elecciones presidenciales en Brasil, continúan bloqueando el tránsito en al menos 150 carreteras federales durante la madrugada de este miércoles según publicó en medio local O´Globo.
La información fue dada a conocer en el último balance de la Policía Federal de Caminos. Este martes se habían registrado cerca de 270 bloqueos. Las protestas son realizadas por adeptos del presidente Jair Bolsonaro quienes siguen descontentos con la victoria en las urnas de Luiz Inácio Lula da Silva, a pesar del discurso ofrecido por el mandatario, en el que repudia la interrupción del libre tránsito al catalogarlo como una ación similar a las que hace la izquierda.
Para el momento, las autoridades han logrado desarticulas más de 600 manifestaciones publicas y han ubicado al menos 1992 puestos de control para preservar la libertad de tránsito.
Bolsonaro dijo que “las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas”, pero reforzó que sus métodos “no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como la invasión de propiedades, la destrucción de patrimonio” y no permitir “el derecho de ir y venir”.
El presidente habló por primera vez desde los resultados de las elecciones el domingo. El mandatario brasileño se reivindicó como líder de la derecha y no se refirió a la derrota. Tampoco habló de su rival Lula da Silva, quien ganó los comicios y es el presidente electo de Brasil.
“Quiero comenzar agradeciendo a los 50 millones de brasileños que votaron por mí”, dijo el mandatario brasileño desde el Palacio de la Alvorada.
“La derecha ha surgido realmente en nuestro país. Nuestra sólida representación en el Congreso demuestra la fuerza de nuestros valores: Dios, patria, familia y libertad.”, agregó Bolsonaro.
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Bolsonaro señaló que siempre fue rotulado de manera equivocada como antidemocrático y aseguró que “seguirá cumpliendo todos los mandatos de la Constitución”.
El mandatario brasileño dijo que seguirá siendo el líder de millones de brasileños que, como él, defienden la libertad económica, la libertad religiosa, la libertad de opinión, la honestidad y los colores verde y amarillo de la bandera de Brasil.
Además, afirmó que los bloqueos de camioneros en varias carreteras del país son fruto de la “indignación” y “el sentimiento de injusticia” por su derrota en las elecciones presidenciales.
“Los movimientos populares son fruto de indignación y sentimiento de injusticia por cómo se dio el proceso electoral”, afirmó el líder ultraderechista.
Luego del breve discurso de dos minutos del presidente, Ciro Nogueira, ministro de la Casa Civil, confirmó que el gobierno cumplirá con la ley de transición.
“Cuando se convoque con base en la ley, vamos a iniciar el proceso y la transición”, dijo Nogueira. “Esperaremos a que esto se formalice para cumplir con la ley en nuestro país”, agregó.
Tras permanecer casi 48 horas en silencio, el líder de la ultraderecha se había recluido en su residencia oficial, en Brasilia, que solo había dejado para dirigirse al Palacio presidencial, pero sin hablar y con sus redes sociales, siempre febriles, totalmente mudas durante los últimos tres días.
Por otra parte, Estados Unidos instó este martes a “escuchar y respetar” la voz del pueblo brasileño, que dio la victoria a Luiz Inácio Lula da Silva.
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