Al menos seis esquemas de sobornos implicarían a Nilsen Arias, un exfuncionario del correísmo en Ecuador que es investigado por la justicia estadounidense por lavado de activos.
Nilsen Arias, ex gerente de Comercio Internacional de la estatal petrolera ecuatoriana Petroecuador, ocupó ese cargo durante siete de los diez años que duró el gobierno de Rafael Correa. Aunque el proceso judicial contra Arias lleva más de un año vigente, la última semana de octubre los documentos del proceso se desclasificaron. Arias habría recibido sobornos de alrededor de USD 18 millones en cuentas propias y de sus familiares.
Este es otro funcionario del correísmo investigado por lavado de activos. La justicia estadounidense también ha procesado al ex contralor Carlos Pólit, por delitos relacionados con el blanqueo de capitales.
Según reveló un reportaje de Mónica Almeida y Paúl Mena, de diario El Universo, los fiscales estadounidenses sostienen que Arias se habría beneficiado de dos entramados liderados por las empresas Gunvor y Vitol, y de otro liderado por la compañía estadounidense de asfalto Sargeant Marine Inc. A estos se suman esquemas que revelarían las preventas petroleras del caso Petrochina, relacionado con el pago de la deuda de Ecuador con China a través de la entrega de barriles petróleo; pagos irregulares en la compra de diésel y gas y de entrega de información a intermediarios para otorgar contratos de forma irregular.
Según la teoría del caso planteada por los fiscales estadounidenses, en los seis esquemas de sobornos relacionados con Nilsen Arias participaron 33 actores, incluyendo compañías públicas y privadas, intermediarios y funcionarios gubernamentales de Ecuador.
Arias habría recibido USD 17.7 millones en sobornos y habría distribuido el dinero con otros tres funcionarios del gobierno.
Las personas que trabajaban con Arias en estas tramas de corrupción han sido identificados como funcionario 1, que ocupó cargos públicos entre 1997 y 2019; funcionario 2, con un cargo de alto nivel en la petrolera estatal Petroecuador y funcionario 3, que tuvo puestos importantes entre 2013 y 2016 en el Ministerio de Hidrocarburos.
Los tres nuevos esquemas
La primera información sobre el caso indicó que, de acuerdo con los agentes estadounidenses, Arias, apodado como “El Gordo”, era el vínculo con las intermediarias petroleras que trabajaban con Petroecuador y les ofrecía condiciones beneficiosas aprovechando su cargo dentro de la petrolera estatal. Dentro de la investigación del caso, hubo al menos tres testigos, dos de ellos pertenecientes a las empresas Vitol Inc. y Gunvor S.A.
Los primeros tres esquemas de corrupción que se conocieron en el caso de Arias involucraron a ocho traders de petróleo y combustibles. Las empresas petroleras con las que Arias lucraba estaban en Asia, Medio Oriente y Latinoamérica.
La trama de corrupción de Arias permitía que las empresas petroleras, sobre todo asiáticas –Petrochina, PetroTailandia y Unipec–, tengan beneficiosos contratos de preventas. Estas compañías tenían contratos de intermediación en los que comisionaban por cada barril. Este esquema de corrupción habría manejado alrededor de USD 70 millones.
De esos USD 70 millones, al menos USD 22 millones se destinaron a sobornos. Esta información ya consta en el caso en contra del canadiense Raymond Kohut, que trabajó para Gunvor S. A. Arias habría recibido cerca de USD 15 millones, de los cuales una parte sirvió para sobornar a otros funcionarios. Los contratos con las petroleras involucradas se manejaron sin concursos. Supuestamente los fondos eran para el Estado ecuatoriano.
Sin embargo, otros tres nuevos esquemas fueron revelados. El primero coincide con las preventas petroleras entregadas a Petrochina. De acuerdo con la investigación estadounidense tres empresas privadas se beneficiaron de esas ventas. Estas tres compañías habrían sobornado a Arias para que conserve los contratos con Petrochina. Los pagos al exfuncionarios se realizaron, a través de un intermediario, mediante transferencias bancarias y pagos en efectivo.
Según reveló la publicación de diario El Universo, los investigadores indicaron que en una de las transacciones, el intermediario depositó USD 818.000 a Arias, entre febrero y junio de 2012. A su vez, Arias dio parte del dinero al funcionario 1.
El segundo nuevo esquema revelado sucedió en 2012 e involucra a una empresa pública latinoamericana que fue contratista de Petroecuador. Mediante esta adjudicación, una empresa comercializadora privada fue la mayor beneficiaria. Esta compañía había promocionado, vendido y transportado el petróleo.
Arias habría conocido el acuerdo entre esa empresa comercializadora y la empresa pública latinoamericana, por lo que interfirió a favor de esta en la concesión del contrato y entregó información confidencial.
Finalmente, el sexto esquema de toda la trama se refiere a los contratos que Petroecuador realizó para la compra de diésel y gas licuado de petróleo. Esta trama habría ocurrido en el 2014. Según los fiscales, Arias otorgó ventajas inapropiadas a dos compañías para que ganaran los contratos con Petroecuador. A cambio, el exfuncionario recibió USD 700.000 en sobornos.
Aunque Arias fue gerente de comercio internacional de Petroecuador durante siete de los diez años en los que Correa gobernó; el expresidente, prófugo de la justicia ecuatoriano y asilado en Bélgica, escribió un tuit en tono irónico y aseguró que Arias no fue “puesto” por él sino por otros actores: “Ahora Nilsen Arias, gerente de comercio internacional de Petroecuador puesto por los marinos, ha sido «correísta» y «hombre de confianza» ¡Sinvergüenzas! Ojalá diga «todo lo que sabe». Lo lindo de no tener rabo de paja P.D. ¡Qué bien por una VERDADERA investigación de sobornos!” (sic).
SEGUIR LEYENDO: