En el marco de su viaje a Buenos Aires, donde participó del encuentro conjunto de ministros de Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión Europea, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, brindó una conferencia en la sede del bloque comunitario en la capital argentina. Durante casi una hora, habló de diversos temas: el estancado acuerdo con el Mercosur, las relaciones bilaterales con los países de la región, y su visión de la actualidad latinoamericana.
En el encuentro, del que participó Infobae, una de las preguntas más recurrentes fue sobre el acuerdo Mercosur-Unión Europea. El propio diplomático español reconoció que no paró de hablar de esto durante las reuniones que mantuvo en suelo argentino. Recordó que en 2019 se alcanzó un acuerdo político, que luego no se desarrolló “por distintas circunstancias electorales de aquí y allí”. Sin embargo, uno de los principales temas que dividen a europeos y sudamericanos es el referido a la protección del medioambiente.
“Nosotros sacamos nuestra agenda verde, que con razón la parte latinoamericana dice que no existía cuando se llegó a un acuerdo de principio. A fin de año deberíamos poner sobre la mesa lo que la parte europea entiende por las mejoras, los añadidos, de carácter medioambiental”, comentó Borrell.
Estimó, en tanto, que, en el segundo semestre del próximo año, cuando finalice la presidencia española de la Unión Europea, y Brasil tenga la presidencia pro tempore del Mercosur, sería un buen momento para determinar si las partes concluyen “que hay una ventaja mutua” y se avanza en un acuerdo que, según opinó el canciller de la UE, “sería bueno para las dos partes”.
El jefe de la diplomacia europea consideró importante avanzar en los acuerdos económicos y comerciales, pese a que “el Mercosur es la región probablemente menos integrada de todos los conglomerados supraestatales”: “Solo un 15% de su comercio es entre ellos mismos; y también de las más trabadas: no tiene acuerdos comerciales con nadie, son economías muy cerradas, donde las industrias están altamente protegidas, y la dimensión agropecuaria tiene una enorme protección. Podemos hablar también de la energética, de los nuevos minerales, que van a entrar en el campo de la importancia geopolítica a medida que avancemos en la transformación digital. El litio es uno de ellos”.
Una fuente oficial de la Unión Europea reveló, bajo condición de anonimato, que desdoblar el acuerdo es algo que está sobre la mesa. Sin embargo, reconoció que no sería razonable, por lo que consideró que lo primordial es llegar a un pacto y luego determinar cómo presentarlo.
Además del acuerdo con el Mercosur, Borrell también reconoció que la Unión Europea espera firmar antes de fin de año “la actualización” del acuerdo alcanzado con Chile hace 20 años; lo propio con el pacto con México: “Quedó listo para ser firmado en 2019 y por distintas circunstancias todavía no lo ha sido. Se puede hacer en las próximas semanas”.
Borrell sostuvo que también “hay que desempolvar” el acuerdo de cooperación alcanzado con Argentina en 1990. Reveló, asimismo, que la UE y Buenos Aires están avanzando “en un memorándum de entendimiento para las cuestiones energéticas”: “Hemos hecho algunos con Qatar, Israel, Egipto. Hay que hacerlo con Argentina porque es una potencia energética en ciernes, tiene yacimientos de gas enormes, pero no tiene forma de exportarlo a Europa. Desde el punto de vista de energías renovables, Argentina también puede jugar un papel; es una potencia gasista muy grande potencialmente hablando. No para mañana ni para pasado mañana porque hay que hacer muchas inversiones. Inversiones que requieren financiación y tecnología”.
Aclaró que toda inversión que pueda venir del continente europeo “necesita estabilidad política y económica”. En ese sentido elogió a Uruguay, un país que, según el diplomático español, sí ofrece esas garantías, lo que lo llevó a lograr “un despegue económico impresionante”: “He animado a todos con los que he hablado a que ofrezcan lo mismo. Que se ofrezca estabilidad”.
Entre las inversiones a futuro también se refirió a las relacionadas a la alianza digital entre la Celac y la UE, que forma parte de la tercera dimensión de la hoja de ruta -llamada Ruta 23- que confeccionaron las partes durante la cumbre en Buenos Aires. El jefe de la diplomacia europea remarcó que la región necesita extender sus redes, ya que “solo un tercio de los latinoamericanos tienen acceso a internet”.
La “cuarta dimensión” que mencionó Borrell refiere a la alianza regional para promover “la paz, la democracia, y los derechos humanos”. Si bien afirmó que América Latina es un continente “en paz, donde los vecinos no se pelean” entre sí, también advirtió que hay naciones con las que es difícil entablar una relación a partir de estos parámetros. Puntualmente se refirió al caso de Nicaragua.
Con respecto a Venezuela, instó una vez más al régimen de Nicolás Maduro y a la oposición a retomar las negociaciones que se iniciaron -y luego se suspendieron- en México: “Están empezando siempre y no empiezan nunca. Todos los días decimos que van a empezar, pero todavía no sucedió. Habrá que hacer toda la presión política que ya venimos haciendo para que estas negociaciones empiecen”.
La fuente que habló bajo condición de anonimato dijo que ve posible una salida a la crisis venezolana, pero aclaró que la única salida es a través de una negociación. Para eso, aseveró que se necesita la voluntad de las dos partes.
Al margen de algunos casos puntuales, para Borrell la región “atraviesa una bonanza democrática”: “Hay que esperar que siga así, que las instituciones, en particular en Brasil con el proceso electoral en marcha, se proceda dentro del orden, que no se cuestione el buen funcionamiento de las instituciones”.
Consultada por las elecciones del próximo domingo en el gigante sudamericano, la fuente de la UE pidió que el proceso electoral funcione con normalidad cualquiera sea el resultado, y adelantó que para el bloque no modifica quién sea elegido en lo que respecta a futuras negociaciones.
Borrell también mencionó la guerra en Ucrania, y agradeció el “aporte” de América Latina para condenar a Rusia en la Unión Europea.
Al respecto, la fuente oficial del bloque reconoció que desde el primer día la mayor preocupación entre los Veintisiete es que el conflicto escale. Y puntualizó en dos tipos de escaladas: la horizontal, que afectaría a otras naciones; y la vertical, a través de la cual se apelaría al uso de armas más destructivas, como las químicas o nucleares. Hechos de los que ya ha venido amenazando Vladimir Putin.
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