Crisis total existe en el partido político Democracia Cristiana (DC) de Chile tras una fuga masiva de militantes y emblemáticas personalidades.
La DC se fundó en 1957 y se caracteriza por tener una posición centro democrática, generando alianzas con la centro izquierda. En la década del 90 llegó a la presidencia con los mandatarios Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y tuvo una activa participación en los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Aunque a ojos de los expertos la crisis de la DC se arrastra desde hace años debido al desprestigio general de la política chilena, en los últimos meses todo recrudeció tras la posición del bloque en el plebiscito que rechazó la propuesta de la Convención Constitucional.
En julio del 2022 la Junta Nacional de la Democracia Cristiana resolvió apoyar la opción de aprobar el texto de la Convención. Esto se logró tras 216 votos positivos y 124 en contra.
La decisión no cayó bien en el bloque del rechazo de la DC. El entonces presidente del partido, Felipe Delpin, sintiendo las críticas que se venían, dijo que “todos los que se manifestaron por el rechazo (…) los llamamos a ser muy respetuosos y demócratas con respecto a lo que ha acordado esta Junta Nacional, ser demócrata hasta que duela”.
La victoria del rechazo constitucional, y los desacuerdos entre militantes y la directiva, provocaron un golpe mortal en la DC que terminó con la salida de Delpin y de importantes militantes.
Renuncias y fugas
El 10 de octubre pasado renunció Claudio Orrego, actual Gobernador de la Región Metropolitana y un histórico de la DC con 33 años de militancia. Las razones de su salida apuntan al clima del partido, y que habría una “convivencia interna (que) se fue destruyendo, hasta que nuestra ‘comunidad’ partidaria simplemente pasó a ser irreconocible y hasta diría inexistente”.
Orrego apuntó que desde el “debate de ideas pasamos a la descalificación personal, de las diferencias ideológicas legítimas a grupos rivales irreconciliables, de la competencia necesaria a una guerra fraticida, de la lealtad a toda prueba a la deslealtad y la abierta traición”.
Pocos días después de la victoria del Rechazo renunció René Cortázar, otro histórico de la DC. El ex militante fue ministro en los gobiernos de Patricio Aylwin y Michelle Bachelet, y su salida se interpretó por el ambiente al interior del partido y su falta de unidad.
En las últimas horas también renunció a la DC el Gobernador de la Región de los Lagos, Patricio Vallespín, tras 40 años de militancia. “Sentí que había una lucha interna para ver el que se queda y el que se va, una especie de Highlander, aquí se corta la cabeza y el que queda, queda y el otro adiós. Esa actitud tan cerrada de decir que algunos sobran me pareció inadecuada”.
Estas “luchas internas” para Vallespín provocaron “que se pierda el foco de lo importante y no dejan construir nuevas miradas, se generó más bien búsqueda de espacios de poder que búsqueda de trascendencia y sentido para Chile”.
Por último, a todo esto se sumaron las renuncias de los senadores Ximena Rincón y Matías Walker, quienes comunicaron su decisión en un punto de prensa.
“Un partido que mira al siglo XXI no puede ser un rebaño que sigue dócilmente a una directiva que no quiere escuchar el mensaje de sus militantes, ni de la ciudadanía, y cuya máxima expresión de desconexión con el país se expresó el 4 de septiembre pasado”.
Tras su salida, ambos están sondeando la posibilidad de crear un nuevo partido político. “Chile necesita un nuevo espacio que convoque al centro y, no me cabe duda que vamos a converger con otros movimientos que estuvieron por el Rechazo, pero que también estuvieron por el Apruebo”. Rincón llevaba 40 años de militancia y Walker 29.
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