El pasado 4 de septiembre el presidente chileno Gabriel Boric sufrió un duro golpe tras el contundente rechazo a la nueva Constitución propuesta por la Asamblea Constituyente creada para redactar una nueva Carta Magna. A más de un mes de esa histórica derrota de la izquierda chilena, el Gobierno sigue enfocado en avanzar en un nuevo proceso, mientras desde la oposición le reclaman no perder de vista los problemas sociales que están afectando a los chilenos.
Una delegación de la coalición opositora “Chile Vamos” viajó a Buenos Aires para mantener encuentros con funcionarios argentinos para abordar lo que fue el desarrollo del reciente plebiscito y la actual situación del país. La misma semana en que se cumplieron tres años de los estallidos sociales de 2019.
La comitiva estuvo conformada por Francisco Chahuán (senador y presidente del partido Renovación Nacional); Andrea Ojeda (vicepresidenta de Renovación Nacional y vicepresidenta de Unión de Partidos Latinoamericanos); Catalina del Real (diputada y vicepresidenta de Renovación Nacional); Diego Schalper (diputado y secretario general de Renovación Nacional); Javier Macaya Danús (senador y presidente de partido Unión Demócrata Independiente); Isabel Plá Jufre (ex ministra de la Mujer y vicepresidenta primera de Unión Demócrata Independiente); y María José Hoffman Opazo (secretaria general de la Unión Demócrata Independiente).
En el marco de esta visita, Chahuán y Macaya Danús, los líderes de los partidos que formaron parte de la alianza de gobierno del ex presidente Sebastián Piñera, dialogaron con Infobae sobre la contundente derrota del “Apruebo” en el plebiscito, la gestión de Boric y cómo se está reconfigurando la derecha chilena luego de perder las últimas elecciones.
-Me gustaría empezar hablando del plebiscito. Pasó poco más de un mes desde aquel 4 de septiembre. ¿En qué situación se encuentra el proceso constituyente en este momento?
-Francisco Chahuán: Nosotros logramos primero que el rechazo fuera un rechazo ciudadano, un rechazo transversal políticamente hablando, y donde hubo un diseño de campaña donde “Chile Vamos” fue pieza angular para lograr que con sectores que antes estuvieron al otro lado de la vereda pudiéramos finalmente encontrar una causa común para rechazar un proyecto de Constitución que dividía a los chilenos; logramos construir una visión de conjunto entre la centro izquierda democrática y la centro derecha. Hoy día nosotros creemos que es necesaria una buena y nueva Constitución para Chile, un nuevo pacto social que permita mirar al país colectivamente para los próximos 20, 30 años, y donde los cambios sociales que son necesarios también puedan avanzar.
Macaya Danús: El tema no está dentro de las primeras problemáticas del día a día, los chilenos están preocupados por el alza de precios, en llegar a fin de mes, en la economía, por la delincuencia, lo que está significando la lista de espera del sistema de salud… A pesar de que no está dentro de las primeras prioridades, nosotros sabemos que no solamente por el cumplimiento de este compromiso que hicimos con distintas fuerzas políticas durante la campaña de tener una nueva y buena Constitución, sino que fundamentalmente para que no siga siendo la excusa para no avanzar en las distintas problemáticas sociales, para que no siga siendo el argumento de la izquierda de que la Constitución actual, por el hecho de llevar la firma de Pinochet, impida avanzar en todas estas otras temáticas sociales. Nosotros creemos que si volvemos a fracasar en darle a Chile una nueva Constitución, vamos a seguir con esta excusa permanente y en un limbo constituyente que le hace muy mal a Chile. A pesar de que la Constitución vigente ha sufrido muchas modificaciones, la más importante por parte de Ricardo Lago, la izquierda la sigue utilizando como excusa.
-Cuando a la gente se le preguntó si quería una nueva Constitución, el “Sí” fue abrumador; pero también fue contundente el rechazo al texto propuesto por la Constituyente en el plebiscito. ¿Por qué fue tal la magnitud del rechazo?
Chahuán: Porque era un proyecto constitucional que era refundacional, un proyecto colectivo, de la izquierda radical, que no tenía relación con la Constitución normativa propuesta con la Constitución sociológica del país. Intentaba destruir el concepto de Nación, creando naciones distintas al interior del país, crear sistemas de justicia diferenciados donde los principios de igualdad ante la ley se diluían por la condición de cada uno de los chilenos. Entonces acá se requería entender lo que los chilenos reclaman, que es avanzar en derechos sociales. Pero fundamentalmente que la política se haga cargo de sus demandas y dolores sociales, y eso es colateral al proyecto constitucional. Lo que nosotros sostenemos desde nuestra coalición es la necesidad de trabajar en las demandas sociales de los chilenos, que es la seguridad pública, la salud, la educación de calidad, y por supuesto pensiones dignas; y donde se requiera en paralelo tener un pacto constitucional, no una Constitución maximalista como fue la pretensión de la Convención constitucional, donde se establezcan los límites al poder, donde se establezcan los derechos humanos, y donde esta coalición está propiciando cambios importantes, como por ejemplo avanzar en el Estado social y democrático de Derecho, asegurando siempre el derecho a elegir de los ciudadanos y donde haya una garantía de provisión mixta. Es decir, que los derechos sociales sean provistos, no solamente por el Estado, sino también por la sociedad civil en educación, en salud, y donde tengamos claridad que el Estado tiene que asegurar un piso mínimo para todos y cada uno de los chilenos.
-Gobierno y oposición ya comenzaron a discutir el nuevo proceso constituyente. ¿Cómo están las negociaciones?
-Macaya Danús: Se están dando con bastante más reflexión de la que se dio en el acuerdo anterior, porque teníamos una presión de un quiebre institucional muy profundo propiciado por la oposición al gobierno de Piñera en ese entonces. Hoy día se están dando con una reflexión que nos parece adecuada, que nos permite no repetir los errores que se cometieron en el proceso anterior; en el proceso anterior se configuró un espacio donde los independientes, fuera de los partidos políticos, de alguna manera traicionaron la confianza de los electores porque se presentaron proyectos como independientes que tenían un fuerte componente ideológico con las mismas ventajas que tenían los partidos políticos tradicionales; se sobre representaron los pueblos originarios en Chile que no representan la fuerza que se les dio en el diseño de esa convención, y eso fue un cóctel perfecto para que un proyecto de extrema izquierda tratara construir una Constitución de corte ideológico para la izquierda, que se parecía muchísimo al programa de gobierno del presidente Gabriel Boric. Hoy día lo estamos haciendo con más reflexión, son conversaciones que se dan en el marco de la institucionalidad, y que nosotros esperamos que sean exitosas. Tenemos claro el principio del camino, que es tener una nueva Constitución; tenemos claro el final del camino, que es que la ciudadanía en un plebiscito de salida, ojalá le diga mayoritariamente que sí por más de un 60 o 70 por ciento de los votos a una nueva y buena Constitución. En el intermedio, estamos conversando y esperamos que en el transcurso de la siguiente semana podamos tener novedades en esta materia.
Chahuán: Trabajando sin prisa pero sin pausa, con la capacidad de entender que no podemos cometer los mismos errores de generar una convención constitucional idéntica a lo que fue y que nos entregó un resultado desastroso; pero sí con un plazo final dentro del margen del año 2023 porque creemos sin lugar a dudas que hay que darle estabilidad a Chile.
-¿El Gobierno sí está apurado?
-Chahuán: El Gobierno está muy apurado en términos de sacudirse de la derrota. Lo que fue derrotado fue el proyecto político, el programa de gobierno de Boric.
-¿El rechazo entonces debe ser leído como una derrota del presidente?
-Macaya Danús: Boric fue el jefe de la campaña del Apruebo. La Constitución que se plebiscitó se parecía muchísimo a su propio programa de gobierno. Además, un presidente que hoy en día tiene un 27% de aprobación, es evidente que hay una vinculación a aquello. Yo creo que el apuro del gobierno de sacar adelante una nueva Constitución o que las negociaciones se parezcan lo más posible al proceso anterior demuestra falta de reflexión y falta de asimilación a la peor derrota que ha sufrido la izquierda en Chile de los últimos 100 años. El gobierno trata en ese sentido de sacudirse rápidamente de aquello, propiciando negociaciones que, además, buscan que se parezca muchísimo al proceso que fracasó el 4 de septiembre pasado.
Chahuán: El gobierno de Boric ha tratado de sacudirse rápidamente la derrota, una derrota histórica. Hubo una parálisis de su gobierno desde el 11 de marzo hasta ahora, donde no ha habido iniciativa legislativa. Tenemos un gobierno paralizado, con falta de capacidad técnica, y con falta de capacidad de diálogo. Sobre todo pensando que el Gobierno tiene minoría en la cámara de diputados y en el Senado. Esta es una oposición constructiva, que se diferencia de las derechas populistas que solamente quieren denostar o poner sobre la mesa las diferencias; nosotros queremos construir un mejor país porque ponemos a los chilenos y a Chile por delante. Por tanto estamos dispuestos a llegar a los acuerdos necesarios para hacer la reforma previsional, la reforma de la salud, la reforma que permita justamente dar mayor seguridad a los chilenos. Pero tenemos un gobierno que no sintoniza con esto; el Gobierno sigue pensando que la única pretensión de los chilenos es una nueva Constitución. Nosotros le decimos al Gobierno que las demandas sociales y los dolores sociales se resuelven con la capacidad cierta de tener iniciativa legal o legislativa en el Parlamento, y eso no lo tiene hoy día. Por otra parte, no tiene convicción respecto a los temas de seguridad pública, no tiene convicción para enfrentar temas como el narcotráfico y el terrorismo en la macro zona sur, en la región del Biobío, en la región de Los Ríos… Si el Gobierno no logra re sintonizar con los ciudadanos, la caída histórica que tenían las últimas encuestas con 27 puntos de aprobación, va a seguir disminuyendo en caída libre, porque los ciudadanos percibieron un Gobierno que no es capaz de liderar los cambios sociales que prometió impulsar, y que cree que la única gran preocupación de los chilenos es el proyecto constitucional. Nosotros creemos, por el contrario, que hay que trabajar en paralelo en las demandas sociales, en los dolores sociales, y en resolver el nuevo proceso constitucional para la estabilidad en el largo plazo.
-Esta semana el presidente Boric dio un discurso con motivo de los tres años del estallido social en Chile, y recibió fuertes críticas. ¿Qué les pareció el discurso? ¿Y cómo está hoy el país, a tres años de las protestas sociales?
-Macaya Danús: Las protestas partieron por un alza de 30 pesos en el metro; creo que hoy día el metro está 150 pesos más caro que en aquel entonces. El costo de la vida hoy día en Chile ha aumentado un 30-35%, y el 70% de ese aumento se debe a factores internos de inestabilidad de políticas públicas, como los retiros de los fondos de pensiones que fueron propiciados por las personas que están ahora en el Gobierno. En indicadores objetivos de pobreza, Chile es siete años más pobre hoy día de lo que era en 2019; tenemos más listas de espera en salud de las que teníamos en 2019; nuestros chicos están aprendiendo menos en la escuela de lo que aprendían ese año. O sea, tenemos un problema grande porque las demandas sociales, las urgencias sociales, siguen vigentes con una exacerbación además en términos de lo que significa la inseguridad, la inmigración irregular, con personas que cuando estuvieron en la oposición al gobierno del presidente Piñera propiciaban políticas públicas pro inmigración irregular, con mano blanda contra la delincuencia, con desempoderamiento de la labor de las policías, de Carabineros fundamentalmente. Entonces la situación hoy día es un cóctel malo porque no tenemos nueva Constitución, seguimos con la incertidumbre institucional, y hemos retrocedido en indicadores objetivos con los que se midan a los países. Por eso el desafío hoy día es convencer al Gobierno de que acá hay una agenda en materia económica y en materia de seguridad, que urge de un gran acuerdo nacional. La agenda constitucional, el tema constituyente, hay que cerrarlo a más tardar en diciembre del 2023 para que la clase política de nuestro país y el Gobierno se aboquen a la solución de la urgencias sociales.
-Respecto a la labor de las fuerzas de seguridad que usted mencionaba. Durante el gobierno pasado, Boric fue muy crítico del despliegue de Carabineros que ordenó el ex presidente Piñera para hacer frente a la violencia mapuche. Pero al llegar al Palacio de la Moneda, él aprobó la extensión del estado de excepción, lo que le valió críticas de su propio espacio. ¿Cómo está la situación en este momento, y cómo evalúa la gestión de Boric?
-Macaya Danús: El presidente Boric chocó con la realidad. Él cuando era parlamentario votó en contra de todos los estados de excepción constitucional que permitían darle a las Fuerzas Militares facultades en un lugar que es muy complejo, como es la Región de la Araucanía y la macro zona sur. Se dio cuenta que no podía mantener una posición de condescendencia, cuando la región tiene todos los días atentados terroristas gravísimos que le cuestan la vida a personas, donde hay una situación de narcotráfico que es muy compleja. El Presidente se ha dado cuenta de que las recetas que él proponía, que eran simplemente tener un diálogo cándido, no funcionaron, y no funcionan. Creo que ha entendido un poco más a un presidente como Piñera que le tocaron momentos muy difíciles en esta materia y con una oposición absolutamente intransigente. La buena noticia para Boric es que no tiene el tipo de oposición que él fue. Nosotros no vamos a ser el tipo de oposición que fue esa izquierda, que hace exactamente tres años atrás, en una fecha como hoy, el presidente uno de los principales partidos del gobierno actual, estaba pidiendo la renuncia de Piñera. A nosotros no se nos pasaría por la cabeza ser ese tipo de oposición. Pero para eso hay que dejar los maximalismos de lado y sentarse en una mesa.
-Hoy a ustedes les toca ser oposición, ¿cómo se está reconfigurando la derecha después de lo que fueron dos gobiernos de Piñera y la derrota en las últimas elecciones? ¿Y cómo está la alianza entre la Renovación Nacional y la UDI?
-Chahuán: Tenemos una alianza generosa. Tenemos tres partidos de centro derecha, que consolidan un núcleo de una mirada hacia el centro, donde logramos ganar la elección parlamentaria con el mejor resultado que hemos tenido desde el año 90, porque tuvimos una negociación inteligente, un trabajo de re sintonización con las demandas sociales de los chilenos, y generamos la estrategia que nos permitió justamente ganar el plebiscito de salida en una elección que fue mucho más amplia, y que logramos incorporar a los sectores de centroizquierda a la campaña y ganar un proyecto imposible. Esta misma centroderecha cree que tenemos que trabajar conjuntamente en resolver las demandas sociales y en producir un cambio que nos produzca estabilidad del país en el largo plazo. El nuevo entendimiento también es con la centroizquierda para enfrentar los nuevos desafíos que tiene el país, no solamente en lo constitucional, sino también en las demandas y en resolver los dolores sociales. A mí me preocupa ver que tenemos al gobierno en una doble faz. Mirando las declaraciones del presidente, por ejemplo, respecto a la disposición del gobierno para enfrentar los temas que están relacionados con la delincuencia, el narcotráfico, y el terrorismo en el sur, pero ha tenido falta de coherencia. No le ha puesto urgencia a los proyectos de ley de seguridad pública, no ha ido a visitar La Araucanía, que es una situación compleja y donde el Estado de derecho está debilitado. Entonces el llamado que queremos hacerle al presidente Boric es asumir la tarea de gobernar, que hasta ahora no la ha asumido.
-Para terminar, les pregunto cómo ven la política exterior del actual Gobierno. Durante la campaña se pensaba que Boric se alinearía a regímenes como los de Venezuela y Nicaragua y, sin embargo, se ha mostrado crítico de Maduro y Ortega, por ejemplo. Al mismo tiempo, en los últimos días protagonizó una polémica con el embajador de Israel. ¿Qué análisis hacen de la diplomacia de este Gobierno?
-Macaya Danús: Yo valoro que el presidente haya tenido un compromiso, que yo creo que es real, con el respeto a los derechos fundamentales y la crítica que ha hecho a regímenes como el de Maduro, Ortega, y Cuba. Creo que es real y lo pone en el estándar de la socialdemocracia tradicional de Chile. El problema es que la generación de Gabriel Boric, dicho en palabras de sus propios ministros, se paró en una tesis de reemplazo de la generación de centroizquierda anterior, en una tesis de que los años de gobiernos de la Concertación -Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet- fueron gobiernos de los que había que avergonzarse porque habían promovido políticas neoliberales, que habían hecho más grande la desigualdad. Creo que esa soberbia de una generación joven, que no tenía experiencia previa en cargos de gobierno, y haber tratado de separarse de este mundo de centroizquierda socialdemócrata que fue parte de los mejores 30 años de Chile le está costando caro. Y hoy día están tratando de ver cómo lo ordenan. Tienen dos coaliciones, algo inédito en la historia política chilena, que dentro de un gobierno hayan dos coaliciones. Está la extrema izquierda por un lado, con el Partido Comunista y el Frente Amplio, donde estas personas que admiran a estos regímenes antidemocráticos como los que hemos mencionado; y está el socialismo democrático, que en la práctica es la antigua Concertación. Él tiene que tomar una decisión ahí, son tensiones permanentes. Espero que los acercamientos a líderes como Justin Trudeau (Canadá), Jacinda Ardern (Nueva Zelanda), y otros de corte de centroizquierda, más socialdemócrata, le permitan al presidente darse cuenta cómo funciona el mundo, que no es como lo piensa el Partido Comunista. En eso nosotros lo vamos a ayudar, porque además creemos que las relaciones internacionales son políticas de Estado donde nos tenemos que poner detrás del Presidente si se está haciendo lo correcto..
Chahuán: El problema que tiene el gobierno es que tiene dos almas, representado por dos coaliciones. Cuando tiene dos almas, y una cree efectivamente y pone como modelo al gobierno cubano, o pone como modelo a Nicaragua, choca con otra voluntad del propio presidente, de su otra coalición que cree que debe haber respeto de los derechos fundamentales en cada uno de los regímenes. Nada de eso ocurre en Nicaragua, en Cuba y en Venezuela. Acá tenemos un problema de inconsistencia. La única manera de que la política vuelva a ser creíble es cuando hay consistencia y coherencia.
Seguir leyendo: