Ecuador es uno de los países con más hambre y con mayor prevalencia de retraso en el crecimiento de niños

Un informe de la FAO demostró que entre 2019 y 2021 tuvo el segundo mayor porcentaje de población subalimentada de Sudamérica

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La desnutrición crónica infantil es un problema en Ecuador (Foto: EFE/Juan Diego Montenegro/Archivo)
La desnutrición crónica infantil es un problema en Ecuador (Foto: EFE/Juan Diego Montenegro/Archivo)

Venezuela, Ecuador y Bolivia son los tres países sudamericanos con mayor número de personas subalimentadas, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Hasta 2021, en América Latina hay más de 49,4 millones de personas que no consumen los alimentos suficientes para llevar una vida sana.

De acuerdo con la FAO el indicador de subalimentación sirve para medir el hambre. El consumo habitual de alimentos de las personas en esta categoría es insuficiente para proporcionar la cantidad de energía alimentaria necesaria a fin de llevar una vida normal, activa y sana.

Los datos de Sudamérica, entre 2019 y 2021, demuestran que Ecuador fue el segundo país que mayor porcentaje de población experimentó hambre. Según el estudio, en ese periodo, 2,7 millones de ecuatorianos estuvieron subalimentados, lo que equivale al 15,4% de la población.

En el mismo periodo, el 22% de venezolanos sufrieron hambre. Además, 1,6 millones de bolivianos estuvieron subalimentados, esto representa el 13,7% del país. En el caso de Colombia, entre 2019 y 2021, el hambre afectó a 4,2 millones de colombianos lo que equivale al 8,2% de su población.

Uruguay (2,5%), Chile (2,6%) y Argentina (3,7%) fueron los países de la región con menor porcentaje de población subalimentada según el informe de la FAO.

Cuando se trata de la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores a cinco años, Ecuador encabeza la lista de países con mayor prevalencia: 23%. Le sigue Bolivia con el 12%y Colombia con el 11 por ciento,

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la desnutrición infantil es uno de los principales problemas de Ecuador. La desnutrición crónica infantil afecta al 27,2% de los niños menores de 2 años en ese país. Entre las causas que detalla la Unicef sobre la desnutrición infantil están la alimentación inadecuada o insuficiente y las enfermedades continuas durante los primeros dos años de vida, además de otras carencias como: escasez de agua potable, saneamiento e higiene, y dificultades de acceso a los servicios de salud.

Actualmente, Ecuador busca erradicar la desnutrición crónica a través de la realización de mesas técnicas de análisis, brigadas médico-universitarias para mujeres embarazadas y niños de dos años, y campañas de educomunicación sobre la importancia de una buena alimentación para las mujeres en estado de gestación y para los niños.

En el mundo, hasta 828 millones de personas han padecido hambre en el año 2021: 46 millones de personas más que el año anterior y 150 millones más que en 2019, de acuerdo con la FAO. Además, en 2020, casi 3.100 millones de personas no accedieron a una dieta saludable, es decir, 112 millones más que en 2019. Este incremento, explica la FAO, “refleja los efectos de la inflación de los precios de los alimentos al consumidor derivada de las repercusiones económicas de la pandemia de la COVID-19 y las medidas adoptadas para contenerla”.

El informe de la FAO se produjo mientras se libra una guerra entre Rusia y Ucrania. El conflicto bélico ha generado problemas graves en las cadenas de suministros internacionales de dos de los mayores productores mundiales de cereales básicos, semillas oleaginosas y fertilizantes, está perturbando las cadenas de suministro internacionales. Esto ha generado que se encarezcan los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía, así como de los alimentos terapéuticos listos para el consumo destinados al tratamiento de la malnutrición grave infantil.

Gilbert F. Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola comentó que los resultados del informe “son cifras deprimentes para la humanidad”, pues el objetivo de acabar con el hambre en el 2030 se vuelve más difícil: “Lo más probable es que los efectos de la crisis alimentaria mundial vuelvan a empeorar el resultado el próximo año”, aseguró según recoge la web de la FAO.

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