Impacto ha causado en Chile la muerte del joven estudiante Pablo Guzmán Palma, quien fue encontrado sin vida en la ciudad de Kansas City, en Estados Unidos, junto a una compañera de nacionalidad argentina.
El joven tenía 25 años y obtuvo un bachiller en ciencias y posgrado en bioquímica en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, era estudiante posgrado predoctorales e investigador del Stowers Institute for Medical Research en la ciudad de Kansas.
Su primera investigación se enfocó en la regeneración de la médula espinal y su esperanza “era continuar sus estudios centrándose en cómo las células interpretan e integran varios tipos de señales y señales durante el desarrollo y posiblemente comenzar su propio laboratorio después de completar su doctorado y trabajo posdoctoral”.
No obstante, el 1 de octubre su vida llegó inesperadamente a su fin cuando un llamado alertó a los equipos de emergencia por un incendio en las calles 41 y Oak en Kansas City, Estados Unidos. Una vez extinguidas las llamas se encontraron los cuerpos del estudiante chileno y de la argentina, Camila Behrensen, de 24 años, con “sufrimiento de trauma aparente”. Según los medios de comunicación locales, la investigación policial apuntaría a un “doble homicidio”.
En el diario vivir, tanto Guzmán como Behrensen se veían como jóvenes normales, sin problemas. Así por lo menos lo dijo Raúl Gonzales, vecino de los estudiantes y que en conversación con KMBC News manifestó que “se sentaban en su terraza y hablaban por teléfono. De vez en cuando recibía su correo en mi buzón, pero además de eso, eran normales”.
El tío del joven chileno, Eugenio Guzmán, habló con el canal CHV Noticias y calificó a su sobrino como “un niño tranquilo e inteligente. Su compañera de cuarto igual. Era un hombre demasiado bueno”, y que tras su inesperado deceso, “estamos desechos. Hasta el momento sé que una tía se comunicó con una amiga de él que también estuvo en la misma universidad y le tienen prohibido hablar. No se explica, es horroroso lo que pasó”.
“Fue una persona brillante”
Dasfne Lee-Liu, profesora del chileno, lamentó su fallecimiento y aclaró en redes sociales que “fue una persona brillante y maravillosa. Qué tragedia” y que “habría tenido un futuro brillante, el mundo necesita más científicos como él. Es una gran pérdida. Mis condolencias a su familia”.
La científica añadió que “fue asesinado junto con Camila Behrensen, científica predoctoral argentina. Tanto Pablo como Camila eran latinoamericanos. No puedo evitar pensar que esto fue un crimen de odio impulsado por la xenofobia”.
En la Universidad Católica de Chile se mostraron consternados por esta situación porque “fue un alumno excepcional, destacado no solo académicamente, sino también por sus cualidades personales que lo hicieron muy querido entre sus compañeros y profesores”.
Desde esta misma casa de estudios aclararon que “fue un excelente estudiante, fue premiado como el ‘Mejor Estudiante de la Carrera de Bioquímica, Generación 2020′ con un promedio sobre 6,5″ y que “sus promedios semestrales siempre fueron sobre 6 y que en su examen de grado fue calificado con nota 7″.
Balas en su cuerpo
Por último, la policía de Kansas City informó que el cuerpo del joven estudiante chileno fue encontrado con heridas de bala, mientras que los investigadores perician un dispositivo electrónico que podría haber grabado conversaciones previas a la muerte de los jóvenes.
Este dispositivo sería un Alexa y se cree que el responsable de estas muertes habría estado durante horas al interior del hogar, según información del medio local The Kansas City Star. Este artefacto electrónico “se activa por voz y responde a la comunicación de voz dentro de los límites de la residencia”, dijo un detective.
Al no haber sospechosos sobre este crimen, la policía hizo un llamado para que la comunidad comparta material audiovisual registrado en ese 1 de octubre, además de una recompensa de USD 25.000 para quienes realicen aportes de información que permitan detener a quien está detrás de estas muertes.
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