El ex juez brasileño Sergio Moro, quien en su etapa como magistrado encarceló al ex presidente Lula da Silva y después fue ministro de Justicia en el Gobierno de Jair Bolsonaro, anunció su apoyo al actual mandatario, de cara al ballotage que se realizará a fines de octubre.
“Lula no es una opción electoral, con su gobierno marcado por la corrupción de la democracia”, escribió Moro en Twitter
“Contra el proyecto de poder del PT (Partido de los Trabajadores), declaro, en la segunda vuelta, apoyo a Bolsonaro”, agregó.
En la votación general del domingo, el líder izquierdista alcanzó un 48% de los votos, la cifra más alta de su largo historial de candidaturas, mientras que el actual mandatario superó las expectativas y logró un 43%.
Moro, el otrora símbolo de la lucha anticorrupción en Brasil, quiso presentarse a las presidenciales, pero finalmente su partido, Unión Brasil, le obligó a desistir de ello.
Este domingo logró un escaño en el Senado, al imponerse con un 33,7% de los votos por el estado de Paraná (sur), por delante de Paulo Martins (candidato más próximo a Bolsonaro, 29%); Alvaro Dias (23,9%); y Rosane Ferreira (8%).
Moro juzgó desde Paraná en primera instancia los casos de la Operación Lava Jato, que en 2014 destapó una trama de corrupción en la estatal Petrobras, y encarceló a empresarios y políticos, entre ellos a Lula, quien pasó 580 días en prisión.
La Operación Lava Jato entró en desgracia a partir del momento en que la Corte Suprema anuló muchos de esos procesos por problemas de jurisdicción y, además, declaró que Moro no fue “imparcial” en causas movidas contra Lula, quien previsiblemente disputará una segunda vuelta de las presidenciales ante Bolsonaro.
Moro abandonó la judicatura para convertirse en 2019 en el ministro de Justicia de Bolsonaro, quien había ganado las elecciones del año anterior y este año aspira a renovar su mandato por otros cuatro años.
Sin embargo, renunció al cargo en abril de 2020, enemistado con el jefe de Estado, al que acusó de interferir políticamente en la Policía Federal para favorecer sus propios intereses.
Posteriormente, se lanzó a la carrera presidencial y las encuestas llegaron a situarle como el tercer favorito, por detrás de Lula y Bolsonaro, con alrededor de un 10% de las intenciones de voto, aunque Unión Brasil finalmente descartó su nombre.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: