En su primera declaración tras los resultados electorales del domingo, el presidente Jair Bolsonaro, que disputará la segunda vuelta contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que ve una sensación de cambio en el país pero advirtió que “los cambios pueden ser para peor”.
“Tenemos una segunda vuelta por delante” y “podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando” y que el Gobierno “no ha dejado de atender a los más pobres” mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó. ”Entiendo que hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor”, dijo el mandatario, en declaraciones a la prensa frente a su residencia oficial en Brasilia.
Citó como ejemplos los casos de Argentina, Venezuela y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños “no pueden correr el riesgo de perder su libertad”. “Mi preocupación es que Brasil siga el camino de Argentina, Colombia, Venezuela y Nicaragua”, insistió.
Según Bolsonaro, con un posible regreso de Lula al poder, “los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder”. “Si gana resignarán la libertad religiosa y el respeto por la familia y los valores tradicionales”.
El mandatario cree que podrían lograr nuevas alianza para derrotar a Lula el 30 de octubre.”Vamos a hacer un buen trabajo para la segunda vuelta. Vamos a hacer contacto con otros candidatos, conversamos con interlocutores. Las puertas están abiertas al diálogo”, añadió.
Al término de un conteo agónico que empezó dando a Bolsonaro una ventaja de hasta siete puntos pero que luego se fue reduciendo a cuentagotas, los resultados situaron al expresidente Lula con 48% de los votos, frente a 43% para el mandatario, con el 99% de los colegios electorales escrutados.
Las principales encuestadoras habían vaticinado una amplia ventaja para Lula desde hacía meses e incluso habían previsto la posibilidad de que el expresidente ganara ya este domingo sin necesidad de ballotage. Sin embargo, el mandatario resistió y logró un resultado mucho más prometedor de cara a la segunda vuelta. “Vencimos la mentira de los sondeos”, sentenció Bolsonaro.
El bolsonarismo salió además reforzado en las elecciones legislativas y de gobernadores, celebradas en paralelo. En el Congreso, por ejemplo, fue elegido diputado el exministro de Medioambiente Ricardo Salles, que tuvo que dejar el gobierno por sospechas de corrupción.
“Me atrevería incluso a decir que el bolsonarismo ganó la primera vuelta”, dijo Bruna Santos, del Instituto Brasil del Wilson Center, un centro de análisis en Washington. “Salió reforzado en el Congreso y el Senado. Sin mencionar que extendió su base en las gobernaciones”, agregó.
Mientras, Lula, que había previsto celebrar su victoria en primera vuelta por todo lo alto en Sao Paulo, tendrá que pelear ahora por cada voto. “La lucha continúa hasta la victoria final”, dijo el expresidente, de 76 años, en el hotel paulista donde aguardó los resultados.
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