Los resultados de la primera vuelta en Brasil sorprendieron a más de uno, incluido el Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva, que llegaba con la confianza de ganar las elecciones en el primer turno luego de que muchas encuestadoras le atribuyeran una intención de voto superior al 50%. Confirmado el ballotage del próximo 30 de octubre, surgen muchos interrogantes sobre cómo harán Lula y Bolsonaro para atraer los votos de otros candidatos, y cómo encarará estas cuatro semanas un país que está profundamente polarizado entre dos expresiones políticas bien distintas.
Sobre estos y otros temas disertaron este lunes las periodistas brasileñas Janaína Figueiredo, reportera senior del diario O´Globo, y Marcia Carmo, periodistas de la cadena BBC Brasil y del Grupo Bandeirantes, durante una conferencia virtual organizada por el analista político argentino Sergio Berensztein, y que contó con los comentarios del consultor senior argentino Fabián Calle.
El encuentro virtual, titulado “Elecciones presidenciales en Brasil: el día después”, fue transmitido a través del canal de Berensztein.
“Lo que vivimos anoche fue una gran sorpresa. Nadie lo predijo, salvo los propios bolsonaristas, que incluso hoy hablaban de fraude. Pero la gran mayoría de los brasileños, las encuestas, los medios... la sensación generalizada no era esa. En los últimos días hubo una ola de información de que Lula podría ganar en primera vuelta, alentado sobre todo por las últimas encuestas de los grandes institutos, que hablaban de Lula con un 51% de los votos válidos. Eso generó una sensación de que tenía posibilidades no menores de ganar en primera vuelta. Por otro lado, todas las encuestas daban a Bolsonaro por debajo del 40% de las intenciones de voto. Cuando arrancó el conteo del Tribunal Superior Electoral, y Bolsonaro arrancó en la delantera, todos pensamos que rápidamente se daba vuelta. pero no fue así. Recién con el 66% de los votos escrutados Lula tomó la delantera”, comentó Figueiredo, quien, además, reconoció que “hasta las 8 de la noche” desde el PT “estaban convencidos de que ganaban en primera vuelta”.
Para la periodista de O´Globo, la gran sorpresa de la noche fue la “ola bolsonarista que nadie vio venir”. “Muchos tienen que hacer autocrítica de por qué esta ola no la vio venir nadie. Es una ola muy impactante, que muestra que la derecha representa a casi la mitad del país; está muy polarizado”.
Calle sostuvo que sectores más “pragmáticos, no ideologizados, tenían una percepción mucho más acertada que quizás la prensa y los institutos de encuestas”. Consideró, además, que otro cliché que se cayó “es el de las fuerzas armadas después de que se dijo que si ganaba Lula habría un golpe de estado”: “Lula ganó, las fuerzas estuvieron en silencio, y sea cual sea el resultado, en segunda vuelta ocurrirá lo mismo”.
El especialista argentino aseguró que, salvo las fuerzas bolivarianas -como las venezolanas-, las del resto de la región, como en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, “tienen un apego a la Constitución mucho mayor que muchos políticos incluso”.
Carmo, por su parte, opinó que en Brasil “el bolsonarismo ya existía antes que Bolsonaro”: “Un gran sector de la sociedad no tenía un líder que los representara, entonces apareció Bolsonaro en las elecciones de 2018, que aparece justo cuando la justicia determina que Lula está impedido de participar; el adversario de Bolsonaro fue Haddad. Es representante de un sector muy amplio de la sociedad brasileña”.
La periodista de la BBC Brasil subrayó que en el país “el anti-petismo sigue muy vigente”. “Eso las encuestas tampoco lo detectaron. Al mismo tiempo hubo otro movimiento que fue el voto a Lula porque no querían a Bolsonaro por la pandemia. El electorado femenino es donde está el mayor rechazo a Bolsonaro por su defensa al uso de armas -Brasil tiene índices de criminalidad muy altos-, y al mismo tiempo sus actitudes en redes sociales, como cuando hizo una imitación de que no tenía oxígeno”.
Las reporteras brasileñas coincidieron en que los resultados del domingo demostraron que Bolsonaro “tiene mucho poder político”. En ese sentido, recordaron que el partido del presidente aumentó su presencia en el Congreso, al tiempo que muchos de sus candidatos a gobernadores se impusieron en los comicios. “Si Lula es elegido, va a tener que tener mucha cintura para gobernar con un Congreso bolsonarista y muchos gobernadores bolsonaristas”, apuntó Carmo.
Señaló, además, que a diferencia de lo que viene sucediendo con Bolsonaro, el Partido de los Trabajadores “no supo renovar a sus líderes”, al recordar que en las elecciones de 1989 el candidato del movimiento popular fue el mismo Lula.
“El fenómeno Bolsonaro es un fenómeno estructural, no fue una accidente histórico del 2018. Durante la campaña las calles fueron en su mayoría de Bolsonaro, y tuvo una militancia muy fuerte en redes sociales. Llegó masivamente a la población a través de radios evangelistas, de blogueros... Esta idea de que los grandes medios voltean candidatos, anulan candidatos, en el mundo creo que ya mucho no existe”, agregó Calle, quien cuestionó el “doble estándar” de quienes critican el autoritarismo de Bolsonaro: “No les gusta Bolsonaro, pero defienden a los Castro, Xi Jinping, Maduro y Putin. Parece que esta gente tiene más sensibilidad ante el autoritarismo de Bolsonaro que ante Putin, por ejemplo”.
De cara al ballotage, Carmo opinó: “En Brasil se suele decir que la segunda vuelta es una nueva elección. Son apenas dos candidatos. Lula si o si va a tener que explicar mejor su plan de gobierno, y Bolsonaro hoy ya prometió más ayudas sociales. O sea, aumento de gasto público, e intento de ganar los votos que le faltan para ganarle a Lula, alrededor de seis millones de votos”.
“Lula ha llegado prácticamente sin hacer propuestas. Lo que ha hecho es hablar de su legado, de cómo se vivía en sus gobiernos. La gente va a querer escuchar… Hay una percepción de mejoras económicas, los números hablan por sí solos. En una región con grandes problemas económicos (...) Yo no creo que Bolsonaro haga grandes cambios, porque está en gobierno, y está mostrando algunos resultados, sobre todo económicos. Lo que tiene que hacer es mostrarse un poco más moderado, dejar de atacara a las instituciones, como al Tribunal Supremo”, añadió Figueiredo.
En una reñida definición, Lula se impuso en la primera vuelta de las elecciones presidenciales por 5 puntos al actual jefe de Estado, pero no alcanzó el 50% requerido por la ley, por lo que habrá ballotage el próximo 30 de octubre.
Los resultados sorprendieron ya que prácticamente todas los sondeos daban cuenta de una diferencia mucho más holgada en favor del líder del Partido de los Trabajadores. Varias encuestadoras, incluso, arrojaban una contundente victoria en primera vuelta.
Sin embargo, al término de un conteo agónico que empezó dando a Bolsonaro una ventaja de hasta siete puntos pero que luego se fue reduciendo a cuentagotas, los resultados situaron al ex presidente Lula con 48,25% de los votos, frente a 43,10% para el mandatario, con el 99% de los colegios electorales escrutados.
En su primera declaración tras los resultados electorales del domingo, Bolsonaro dijo que ve una sensación de cambio en el país pero advirtió que “los cambios pueden ser para peor”.
“Tenemos una segunda vuelta por delante” y “podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando” y que el Gobierno “no ha dejado de atender a los más pobres” mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó. “Entiendo que hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor”, dijo el mandatario, en declaraciones a la prensa frente a su residencia oficial en Brasilia.
Este lunes, en tanto, animó a sus seguidores a “mantener el foco” para la votación definitiva del 30 de octubre. “¡Mantengan el foco! Uno de los principales objetivos fue alcanzado”, escribió en sus redes sociales.
Lula, por su parte, indicó que los resultados de esta primera vuelta representan una oportunidad para el debate cara a cara con Bolsonaro y sostuvo que “la lucha continúa hasta la victoria final”.
Pese a no haber logrado el ansiado triunfo en primera vuelta, el ex mandatario adelantó que ganará las elecciones: “Siempre consideré que íbamos a ganar las elecciones y les garantizo que vamos a ganar estas elecciones. Para nosotros esto es aplazar un poco”, dijo frente a sus seguidores apostados a pocos metros de su búnker de campaña.
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