El gobierno de Biden ha recibido una rara petición del gobierno de Cuba para proporcionar ayuda de emergencia tras el devastador impacto del huracán Ian, según reveló The Wall Street Journal.
El medio detalló que la dictadura cubana no solicitó una suma específica pero que Estados Unidos comenzó un proceso para intentar determinar el alcance de los daños a la espera de que el régimen complete su solicitud con más información.
El huracán Ian de categoría tres arrasó el extremo oeste de la isla y dejó tres muertos y cuantiosos daños materiales. La mayor parte de los 11,1 millones de habitantes no tiene electricidad -a lo sumo algunas horas al día-, la mayoría de tiendas y gasolineras permanecen cerradas y el bombeo de agua corriente está detenido.
Según detalló el WSJ, los correos electrónicos a los que tuvo acceso sugerían que Estados Unidos está dialogando con La Habana para determinar cuánta asistencia era necesaria, y que Estados Unidos ha evaluado que las autoridades cubanas darían prioridad a los hospitales, las instalaciones de bombeo de agua, el saneamiento y otras infraestructuras críticas si Washington tuviera que proporcionar ayuda.
Una portavoz del Departamento de Estado confirmó al WSJ que Estados Unidos sigue comunicándose con el régimen cubano por cuestiones humanitarias y medioambientales tanto del huracán Ian como del incendio del 5 de agosto en Matanzas. “Estamos evaluando las formas en que podemos seguir apoyando al pueblo cubano, en consonancia con las leyes y regulaciones de Estados Unidos”, dijo la portavoz.
La extraña solicitud se produce en un momento en que Rusia, aliado de la dictadura castrista, pasa por su peor momento desde que lanzó la invasión a Ucrania, y mientras La Habana se enfrenta a su peor crisis económica en tres décadas.
“Si Cuba pide ayuda humanitaria y Estados Unidos se la da, eso sería un verdadero avance”, evaluó para el Wall Street Journal William LeoGrande, experto en Cuba de la American University en Washington.
En otras ocasiones en las que Cuba ha sufrido huracanes, Estados Unidos ha ofrecido ayuda humanitaria, pero Cuba la ha rechazado. “La posición de Fidel era que Cuba no aceptaría caridad de un país que tenía un bloqueo económico contra ella”, apuntó LeoGrande, refiriéndose al difunto dictador Fidel Castro
La petición cubana sugiere que Rusia, que ha apoyado a la dictadura en Cuba en catástrofes pasadas, no está en condiciones de hacerlo debido a la guerra en Ucrania, analizó LeoGrande.
Cuba atraviesa una grave crisis desde hace dos años por la conjunción de la pandemia y los errores en la política económica y monetaria. En este tiempo se ha cronificado la escasez de alimentos y medicinas, se han multiplicado las colas, se ha hundido el valor del peso -de 24 por un dólar hasta rozar los 200 en el mercado informal- y se ha disparado la inflación.
Los cortes eléctricos se han hecho frecuentes. Entre julio y septiembre solo hubo dos días sin cortes en algún punto del país. En ciertas localidades alcanzan las doce horas diarias consecutivas.
El sistema energético cubano estaba en crisis antes de Ian. Siete de las ocho plantas termoeléctricas terrestres (hay rentadas otras seis flotantes) tienen más de 40 años, cuando su vida estimada es de 30. Las centrales y la red sufren además un prolongado déficit de inversiones y mantenimiento.
Las protestas han crecido de forma paralela a los apagones. En los últimos tres meses se han registrado varias decenas, también Santiago de Cuba (este) y La Habana, según un recuento del medio independiente proyecto Inventario. Entre ellas destacaron los dos días de manifestaciones en Nuevitas (este).
“Todo el mundo está enfadado”, dijo Camilo Condis, un electricista autónomo de La Habana. “Lo peor es la comida, que es muy difícil de conseguir y se pudre cuando no hay electricidad”. Condis dijo que no tenía energía eléctrica ni presión de agua en su casa.
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