La dictadura de Nicaragua que preside el sandinista Daniel Ortega negó el reingreso al país al sacerdote nicaragüense Guillermo Blandón, denunció este martes la parroquia Santa Lucía, de la Diócesis de Granada (sur).
“Por este medio, la parroquia Santa Lucía-Boaco comunica a su feligresía que el Gobierno de Nicaragua le negó el reingreso a su país a nuestro párroco, el padre Guillermo Blandón”, informó esa parroquia en sus redes sociales.
La iglesia Santa Lucía de la ciudad de Boaco (centro) pidió “sus oraciones para que Dios proteja a nuestros obispos, sacerdotes, a su Iglesia”, y agradeció a los que ya han orado.
Por su lado, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, explicó en un tuit que Blandón venía de Israel y en el aeropuerto internacional de Miami “le comunicaron que no podía viajar” a Nicaragua.
El obispo, quien se encuentra fuera del país desde hace 41 meses por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad, dijo que la dictadura de Ortega negó la entrada al país centroamericano “a otro sacerdote nicaragüense”, sin especificar el número de curas a los que se le ha impedido su retorno a Nicaragua.
Hasta ahora, el régimen sandinista no ha explicado los motivos por los cuales negó el ingreso al párroco de la iglesia Santa Lucía.
El impedimento de ingresar a Nicaragua a ese sacerdote es el capítulo más reciente de un último año especialmente convulso para la Iglesia Católica de Nicaragua con el régimen de Ortega, quien ha tildado de “golpistas” y “terroristas” a los religiosos.
Este año, la dictadura expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
También mantiene bajo arresto a ocho sacerdotes, incluyendo al obispo Rolando José Álvarez Lagos, quien fue sustraído por agentes policiales la madrugada del viernes 19 de agosto, junto a otros cuatro presbíteros, dos seminaristas y un camarógrafo del palacio episcopal de la Diócesis de Matagalpa, después de haber estado 15 días confinados.
Además, el Ejecutivo cerró nueve estaciones de radio católicas y sacó de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del dictador Ortega, además ingresó por la fuerza y allanó una parroquia, impidiendo a los feligreses recibir la eucaristía dentro del templo y sitiando a otros sacerdotes en sus iglesias, prohibido procesiones con imágenes de los santos, entre otros.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia Católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años. La comunidad católica representa un 58,5 % de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.
(Con información de EFE)
SEGUIR LEYENDO: