La dictadura de Nicaragua declaró este miércoles personan no grata a Bettina Muscheidt, embajadora de la Unión Europea, y ordenó su expulsión del país centroamericano.
Muscheidt, de nacionalidad alemana, fue nombrada en su cargo en septiembre de 2021, en sustitución del español Pelayo Castro Zuzuárregui.
Antes de desempañarse como embajadora en el país centroamericano, la alemana fue Jefe de la Delegación de la UE en Yemen y Libia.
Muscheidt posee maestrías en Arte y en Agricultura y Desarrollo Económico y “tiene una larga experiencia en instituciones de la UE, ocupando distintos cargos en el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE)”, destacó en su momento la UE.
La semana pasada en la Asamblea de las Naciones Unidas, la delegación de la Unión Europea le exigió a la dictadura de Daniel Ortega que liberara todos los presos políticos.
“Las autoridades de Nicaragua deben poner fin a la represión, incluida la represión contra los opositores políticos, el clero, los medios de comunicación independientes, la sociedad civil y los defensores de derechos humanos”, dijo la UE en su discurso en la Naciones Unidas.
Por otra parte, el régimen sandinista negó el reingreso al país al sacerdote nicaragüense Guillermo Blandón, denunció este martes la parroquia Santa Lucía, de la Diócesis de Granada (sur).
“Por este medio, la parroquia Santa Lucía-Boaco comunica a su feligresía que el Gobierno de Nicaragua le negó el reingreso a su país a nuestro párroco, el padre Guillermo Blandón”, informó esa parroquia en sus redes sociales.
La semana pasada, familiares de 23 opositores presos solicitaron al régimen de Ortega que decrete una amnistía para sus parientes detenidos, entre los que figuran un ex canciller, dos ex vicecancilleres, dos líderes campesinos, tres empresarios y dos de los hijos de la ex presidenta Violeta Chamorro (1990-1997).
En una rueda de prensa virtual, la esposa del periodista y ex diputado Pedro Joaquín Chamorro Barrios, Martha Lucía Urcuyo, leyó un comunicado a nombre de los familiares de los opositores, varios de ellos arrestados a mediados del año pasado, durante la campaña electoral que llevó a Daniel Ortega a su tercera reelección presidencial consecutiva.
“La liberación de nuestros presos políticos a través de una amnistía viene a ser de suma importancia para crear un ambiente general de mayor sosiego”, ya que “las amnistías han brindado espacios de quietud, comprensión y reencuentro a los nicaragüenses durante momentos altamente críticos”, señala el texto.
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