Avanzan los diálogos para alcanzar un acuerdo constitucional en Chile después de que las conversaciones se detuvieran en esta semana por diferencias políticas. Se espera que para los próximas días se reanuden las negociaciones.
Sin embargo, a pesar que en Chile se abrió la temporada de fiestas patrias, lo que permitió una ventana de paz y reflexión entre los diversos actores políticos, las cartas de los partidos chilenos están sobre la mesa. Cada uno de ellos busca distintos objetivos para el eventual acuerdo constitucional que se debiera alcanzar próximamente, además de “bordes” mínimos para empezar a construir la futura Carta Fundamental.
Vale la pena no olvidar que el 4 de septiembre pasado Chile eligió con holgura rechazar la propuesta constitucional de la Convención Constitucional tras un año de trabajo. La decisión del soberano democrático se ejecutó bajo un plebiscito obligatorio en donde 13 millones de personas se dirigieron a las urnas cuya elección por el rechazo dio un duro golpe al gobierno del presidente Gabriel Boric, quien había apostado todo a la opción del apruebo.
Para la próxima semana se espera que se reinicie el diálogo político en Chile y, para ese momento, los partidos mostraran una vez más sus proyecciones, intenciones y objetivos para un acuerdo constitucional que está momentáneamente en suspenso.
Primeros acuerdos
A inicios de esta semana se comunicaron los primeros lineamientos de las conversaciones políticas para alcanzar un nuevo acuerdo constitucional en Chile. Se definió que tendría que haber una nueva Convención Constitucional 100% electa por la ciudadanía, un plebiscito de salida para que el país decida, mediante voto obligatorio, si acepta o no el futuro texto.
Entre estos primeros lineamientos también “hemos acordado de manera amplia y transversal que este proceso y este órgano debe tener paridad. La paridad, entre hombres y mujeres, la paridad de género es algo que ha venido para quedarse y sobre lo cual ningún sector político está dispuesto a retroceder”, dijo Raúl Soto, presidente de la Cámara Baja.
Además se estableció la compañía de expertos que apoyen y acompañen el proceso constitucional. La convención “va a ser acompañada y apoyada en dicha tarea por un comité de expertos, cuyas reglas de funcionamiento y diseño serán discutidas con posterioridad en esta mesa de negociación que vamos a conformar y constituir el día jueves, con un representante de cada partido político con representación parlamentaria”, dijo Soto.
Visión del gobierno
Por sobre todo, lo que se busca en Chile es que el diálogo y el proceso de creación de una eventual Carta Fundamental continúe mediante un nuevo acuerdo constitucional. Cada sector de la política chilena tiene sus propias aspiraciones, lo que incluye también a La Moneda, sede principal del gobierno chileno.
En una transmisión entre la ministra Secretaria General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, y la ministra Vocera de Gobierno, Camila Vallejo, Uriarte reflexionó sobre lo que se espera en el probable acuerdo constitucional, es decir, “página en blanco”, paridad, Pueblos Originarios, participación de independientes, etc.
“Nosotros como Gobierno ya hemos emitido opinión varias veces, hemos sido claros y categóricos respecto de cómo visualizamos este proceso. Nosotros entendemos que estamos hablando de una página en blanco, empezamos a escribir una nueva Constitución”, dijo Uriarte, quien agregó que “hay otros puntos que creo que está instalado, que es el tema de la paridad”.
Sobre los Pueblos Originarios e independientes, la ministra sostuvo que “también es importante recalcarlo, que tiene que haber un espacio de escaños reservados para los Pueblos Originarios, cuya proporción va a ser parte del debate que deben llevar adelante en esta instancia de encuentro político, pero tiene que haber una presencia de Pueblos Originarios. Y también por cierto mirar la fórmula como se incorpora la voz de tantos independientes que existen en nuestro país”.
Visión de la derecha
En el caso de la derecha nacional, la idea de empezar a escribir la eventual futura constitución chilena en una “página en blanco” no cae bien. “Yo no soy partidario de una hoja en blanco. (...) A mí me gusta la Constitución de Michelle Bachelet, que es un buen punto de inicio”, dijo el presidente del partido político Renovación Nacional (RN), Francisco Chahuán.
La constitución de Bachelet se presentó el 2018 y no avanzó porque después de ella asumió al poder por segunda vez el ex presidente Sebastián Piñera, quien no innovó con este proyecto. Este texto de Bachelet propone, entre otras cosas, la consagración del Estado social, ampliaba el mandato presidencial a seis años y se resguardaba el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos. Además, se señalaba que “la libertad de enseñanza es inherente al derecho a la educación” y se sellaba “el derecho al trabajo y a la protección”, entre otros artículos más.
Sobre el comité de expertos, desde la derecha proponen que antes que se elijan a los convencionales constituyentes, “se conforme un ‘comité político técnico’ que elabore un borrador con puntos de encuentro o ‘límites’ para quienes escribirán la nueva Constitución”, según informó El Mostrador. Al interior de la derecha habría un “acuerdo” alrededor de la conformación de este “comité político técnico” y que éste debiera constituirse a partir de la representación política del Congreso chileno “o que debería estar integrado por ex Presidentes, excabezas del Congreso, de la Contraloría, de la Corte Suprema, entre otros expersoneros”.
Además, desde este sector se ha sondeado la posibilidad que estos expertos tengan “voz y voto”. Sobre la idea que estos sean designados por el Congreso, un integrante del partido Renovación Nacional explicó que “a algunos les da vergüenza, no estamos los parlamentarios para elegir. A lo más que el Parlamento nombre a expertos con derecho a voz”.
En lo que se refiere a independientes y escaños reservados, la derecha tiene cercanía con la idea de que éstos vayan en listas de partido o de forma autónoma. Sobre los Pueblo Originarios representantes de la centroderecha chilena se inclinarían a que “sean proporcionales a sus electores inscritos”, informó El Mostrador.
Visión de la izquierda y centro
En el caso del Frente Amplio (FA), uno de los bloques políticos de mayor influencia en La Moneda, proponen que la Convención Constitucional sea 100% electa por la ciudadanía “con paridad y escaños reservados, con independientes participando del proceso y con fórmulas de participación ciudadana vinculantes para la CC, elementos que nos parecen sumamente relevante”.
Desde este bloque también propusieron participación municipal y del gobierno. Este sector presentó la idea de tener el nuevo texto durante el 2023 y que el desarrollo de la convención no debiera superar los cinco meses. “Teniendo a la vista dicho objetivo es que proponemos realizar la elección de convencionales constituyentes durante el mes de abril, dar inicio a la Convención Constitucional en mayo y realizar el plebiscito ratificatorio en diciembre del 2023″, explicaron desde esta fuerza política. Además el FA impulsó la idea de la hoja en blanco y un comité de expertos que acompañe al proceso.
Desde la Democracia Cristiana (DC) propusieron un nuevo proceso paritario “y con mayor representación de los partidos políticos nacionales”. Este bloque político presentó la idea de destinar al menos seis meses para realizar una nueva elección de 155 convencionales y que esto debiera ser con voto obligatorio. Además, esta selección de representantes debe considerar “escaños reservados pero en proporción a votación según padrón, y cupos para personas con discapacidad, como fuera en pasada elección”.
El funcionamiento del órgano redactor debiera ser, según la DC, de 6 a 12 meses. En caso que la convención “no acuerde un texto constitucional dentro del plazo que se le fije o porque sea rechazado ese texto en un plebiscito de salida”, se propone que el texto que siga imperando en el país no sea la Carta Fundamental de 1980 sino la propuesta de Bachelet.
Bordes
Por último, en Chile se habla de “bordes”, es decir, límites en los que se debiera mover la nueva discusión constitucional para no repetir los errores que llevaron a triunfar al Rechazo. Por esto, es que se busca rescatar algunos consensos del texto de la primera convención como el carácter de República democrática de Chile, los tratados internacionales firmados y ratificados, y las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas.
Desde el Partido por la Democracia (PPD), el senador Jaime Quintana propuso considerar para la próxima discusión “los tres poderes del Estado” porque “uno no puede entrar a revisar aspectos tan fundamentales no solo en la tradición, sino en el funcionamiento normal del país y de la democracia”.
Para la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, puede que haya espacio para fijar el “Estado Social y democrático de derecho”, además de “establecer los tres poderes del Estado tal como los conocemos hasta ahora. La autonomía de ciertas instituciones, como la Contraloría, el Ministerio Público o el Banco Central”.
En la derecha también hablan de “bordes”, pero a su manera: estos buscan establecer límites como condición para participar de las conversaciones políticas. Para Javier Macaya, presidente del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), entre las tareas del comité de expertos sería establecer marcos en temas como “el hecho de que Chile sea un Estado unitario; el derecho a la propiedad, que fueron polémicos en la propia Convención, como tener dos sistemas de justicia, el Poder Judicial, o borrar de un plumazo el Senado”.
Personeros de este sector también plantearon un “Consejo Constitucional” con el fin de buscar la “consagración expresa de Carabineros de Chile y fuerzas de orden en general; protección de derechos fundamentales como la vida, propiedad, libertad de culto y libre elección en materia educacional, previsional y de salud”.
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