Miles de cocaleros de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) se apostaron este miércoles a las afueras de la ciudad boliviana de La Paz, después de cuatro días de marcha con el propósito de “con sus propias manos” cerrar el llamado “mercado paralelo”.
La movilización, que partió el domingo pasado desde dos puntos diferentes de la región subtropical de Los Yungas, recorrió esta jornada unos 27 kilómetros entre la localidad de La Rinconada y el ingreso de Urujara, en el límite norte de La Paz, para hacer su ingreso este jueves a la ciudad.
Los socios de la Adepcoca, una organización independiente, “no van a volver con las manos vacías, ellos están yendo a lograr el objetivo”, “quieren cerrar (el mercado paralelo) con sus propias manos”, declaró a EFE el principal dirigente de esta organización, Freddy Machicado.
Machicado señaló que los afiliados han “rebasado” a la dirigencia de Adepcoca, por lo que ya no puede “predecir” cuál será el desenlace del conflicto entre los cocaleros de esa región, que llevan enfrentados desde principios de agosto, cuando la marcha ingrese a La Paz este jueves.
El conflicto, que viene desde septiembre del año pasado, es por el llamado “mercado paralelo” de hojas de coca que administra el bloque de Arnold Alanes, quien dice ser el dirigente legal de Adepcoca, pero al que se señala de representar a un sector de cocaleros de la “zona excedentaria” de cultivos y de ser afín al oficialismo.
Sin embargo, el Gobierno, que el año pasado dio el aval al mercado de Alanes y que ha reiterado en varias ocasiones el llamado al diálogo, ha tomado distancia y ha señalado que se trata de un conflicto “privado” y que las partes en disputa, el bloque de Machicado y Alanes, deben hallar una solución para que se eviten más tensiones.
UNA COMPETENCIA DESLEAL
El funcionamiento del “mercado paralelo” y del tradicional de Adepcoca en La Paz ha provocado una “competencia desleal” porque ha provocado la disminución del costo de la hoja de coca, dijo a EFE la productora Janeth Mamani.
Antes de que el nuevo punto de venta de hojas de coca comenzara a operar en octubre del año pasado, el “taque” de hojas de coca, que es un paquete comprimido de 25 libras, llegó a costar hasta unos 431 dólares, pero ahora el precio es de unos 215, precisó.
Mamani dijo que para la producción de coca se “invierte en mucha gente” puesto que se tiene que considerar el quite de la hierba del terreno, el arado y el sembrado además de los 18 meses de espera hasta que la planta esté apta para la cosecha.
En la región de Los Yungas, en el departamento de La Paz, una parcela con plantas de coca permite tres cosechas anuales, por lo que la reducción de su precio implica un perjuicio para las familias que tienen que administrar los ingresos de una cosecha “por varios meses”, explicó.
Mamani dijo que en el “mercado paralelo” se vende coca de las “zonas excedentarias” o “zona roja” inclusive “del Perú”, mientras que en el mercado tradicional de Villa Fátima se comercializa la coca legal de Los Yungas.
CONFLICTO SIN DIÁLOGO
Los cocaleros le han pedido al Gobierno que se acerque a la marcha para que los escuchen, pero el Ejecutivo de Luis Arce ha descartado enviar a una comisión, aunque el ministro de Desarrollo Rural, Remmy Gonzales, pidió en la víspera que Adepcoca presente una “formalidad” escrita para dialogar.
Al respecto, Machicado mencionó que durante “nueve largos meses” su sector ha esperado una acción del Gobierno para cerrar el “mercado paralelo” y así “evitar esta situación” de conflicto.
En las semanas pasadas, el Gobierno intentó instalar un proceso de diálogo en unas cuatro ocasiones, sin embargo esto no prosperó debido a que el sector de Machicado se rehusó a conversar si es que también estaba presente el bloque de Alanes y debido a que las invitaciones de las autoridades no señalaron el sitio de las reuniones.
Las leyes bolivianas reconocen dos mercados legales para la venta de hojas de coca: uno en Sacaba, en el departamento de Cochabamba, y otro en Villa Fátima, en La Paz.
El conflicto de Adepcoca se arrastra desde septiembre de 2021, cuando en una asamblea un grupo eligió por aclamación a Alanes como dirigente de la organización y luego recibió el reconocimiento del Gobierno, con lo que tomó posesión del mercado tradicional de Villa Fátima con apoyo policial.
Tras varias jornadas de protestas, el bloque contrario, que asegura ser mayoritario, consiguió expulsar a Alanes y a la Policía de la sede de Adepcoca, pero unos días después este dirigente abrió un “mercado paralelo” cerca del tradicional, lo que tiene enfrentados a ambos grupos.
(Por Gabriel Romano - EFE)
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