El presidente Gabriel Boric, acompañado de su pareja, Irina Karamanos, sus padres y su hermano, emitió hoy su voto en un colegio de Punta Arenas, a escasos pasos de la casa familia, en el inicio del crucial plebiscito obligatorio en el que los chilenos decidirán si rechazan o aprueban la propuesta de nueva Constitución.
Magallanes, situada en el extremo sur de Chile, ha sido uno de los primeros territorios en abrir los centros de votación para la consulta, a la que están llamados casi 15 millones de ciudadanos y que por primera vez es obligatorio sin necesidad de inscribirse.
“Estamos construyendo un país en unidad. Independiente de cuál sea el resultado, el rol que voy a jugar como Presidente de la República es en encontrarnos como país y avanzar en justicia, igualdad, mayor crecimiento y desarrollo para todas y todos”, afirmó el mandatario, que es partidario del ”Apruebo”.
La región y en particular Punta Arenas es uno bastiones del mandatario, que comenzó su carrera política allí como senador.Durante el camino hacia el centro de votación, el hermanos del presidente dijo a la prensa que votan “esperanzados”.
“Nos están mirando en todo el mundo. Ejerzamos nuestro derecho y deber a escribir nuestra historia mediante el voto con responsabilidad, tranquilidad y mucha alegría y orgullo”, agregó.
“Puedo garantizar que nuestra voluntad y nuestra acción independiente de cual sea el resultado, será convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores, de todas las organizaciones sociales, de la sociedad civil, de los partidos políticos, queremos escuchar todas las voces para poder seguir adelante con este proceso”, subrayó.”Ya sea para implementar el texto de la nueva constitución, para lo cual ya hemos convocado a varios constitucionalistas y varias personalidades de la sociedad civil o también para darle continuidad al proceso constituyente en caso de ganar la otra opción”, afirmó. Existe “en la gran mayoría el ánimo de trabajar juntos, las divisiones no nos hacen bien y cuando nos unimos es cuando sale lo mejor de nosotros, de nuestra identidad”, agregó.
El presidente insistió en que continuará con su agenda durante los tres años y medio que le restan de mandato y no descartó la posibilidad de que haya una reestructuración de Gobierno en los próximos días o semanas al asegurar que ha aprendido, de sus predecesores “que hay que evaluar de forma continua a los equipos”.
”Tengan la certeza de que el día de hoy en la noche, el día de mañana y los tres años y medio que nos restan vamos a seguir gobernando firmes en el timón y que las prioridades de ustedes, la ciudadanía, eso no va a cambiar un ápice independiente de cual sea el resultado”, destacó.
También ha depositado ya su voto la expresidenta chilena y la ya ex Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien ha ejercido su derecho en Ginebra, Suiza.
“Cualquiera sea el resultado de este proceso (...) seamos capaces de sentarnos a conversar sin exasperaciones, con calma, a dialogar, entendiendo que tenemos diferencias”, ha apuntado. “Tenemos que tener un marco jurídico que de verdad permita igualdad para todas y todos”, ha añadido.
Cerca de 3.000 centros de votación han abierto este domingo en Chile para dar inicio a una de las votaciones más importantes de su historia reciente, en la que más de 15,1 millones chilenos decidirán si aprueban o rechazan la propuesta de nueva Constitución.
De aprobarse, el texto sustituirá a la actual Carta Magna, heredada de la dictadura (1973-1990) y vista por una parte de la sociedad como el origen de las desigualdades del país por fomentar la privatización de servicios básicos, como educación, salud o pensiones.
De rechazarse, seguirá vigente la actual Ley Fundamental, aunque el presidente chileno, ya anunció que convocará un nuevo proceso constituyente y que se cumplirá con el mandato del plebiscito de octubre de 2020, en el que casi el 80 % de los chilenos pidió un cambio constitucional.Las urnas estarán abiertas hasta las 18.00 hora local (21.00 GMT) y el resultado, que se espera muy ajustado, se conocerá un par de horas más tarde.
Los últimos sondeos revelaron que se mantiene la tendencia a rechazar el texto, pero los expertos alertan de que el escenario está abierto porque por primera vez el voto es universal y obligatorio y hay una gran bolsa de votantes que llevan años ausentes de las urnas.
El nuevo texto declara a Chile un “Estado social y democrático de derecho, plurinacional, intercultural, regional y ecológico”, consagra un catálogo de nuevos derechos sociales y establece que su democracia es “paritaria e inclusiva”.
Sus defensores dicen que ayudará a crear un Chile “más justo”, la principal demanda que los ciudadanos expresaron en la ola de protestas de 2019, mientras que sus detractores argumentan que es un texto “radical” y que “no une al país”
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