El canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, anunció la apertura de una investigación sobre la posible detención arbitraria de un ciudadano ecuatoriano en Dubái, una ciudad emirato de los siete que conforman los Emiratos Árabes Unidos, conocida por su lujoso comercio y arquitectura ultramoderna.
El ecuatoriano detenido por la policía emiratí es Luis Enríquez, director de tecnología de Grab Holdings, una empresa con sede en Singapur que ofrece a sus clientes transporte internacional con chofer a través de su aplicación móvil.
Gallo Arellano, periodista en Univisión Noticias fue quien publicó su caso en sus redes sociales y consiguió el interés de las autoridades.
Enríquez, es un quiteño que vive en Texas con ciudadanía estadounidense que se encontraba en Abu Dabi, ciudad en la que se emplaza su aeropuerto internacional homónimo. Abu Dabi es la capital y segunda ciudad más poblada de los Emiratos Árabes Unidos. Allí el ecuatoriano se preparaba para tomar un vuelo, pero fue interrumpido por un grupo de policías que lo aprehendieron y, sin darle ninguna explicación, lo condujeron a la cárcel de Dubái a 140 kilómetros de distancia.
El ecuatoriano denunció su arresto arbitrario por parte la División de Investigación Criminal de Emiratos Árabes y la odisea que tuvo que pasar por más de 11 días en un encierro que catalogó de injusto, confuso y absurdo. Al llegar a la cárcel lo confinaron en una celda y allí un grupo de presos afganos y palestinos intentaron estrangularlo y luego asesinarlo. Incluso, otro día, intentaron agredirlo sexualmente pero un grupo de reos sirios lo salvaron del asalto.
Enríquez aseguró que nunca recibió atención médica, ni legal y que el cuerpo diplomático estadounidense en los Emiratos Árabes Unidos dijo que no había nada que pudieran hacer por él. Diez días después del encierro, un abogado pudo demostrar que la detención se trataba de una equivocación.
Sin embargo, el ecuatoriano aseguró que fue trasladado en varias ocasiones a varios centros de detención, y luego de 11 días de permanecer detenido, nuevamente sin explicación, fue trasladado al aeropuerto de Abu Dabi, donde compró un boleto de avión con rumbo a Madrid y así pudo escapar de ese infierno. Actualmente se encuentra en Texas y ha podido reunirse con su madre.
El caso coincide con el Santi Blázquez, un español que igualmente fue detenido ilegalmente y aislado en una cárcel de Dubái sin ofrecerle ninguna explicación. Blázquez es un piloto que fue a una exposición en noviembre pasado y dentro de la feria se acercó alguien que se identificó como policía de la ciudad quien le pidió acompañarle sin darle ningún motivo.
El policía, después acompañado de otros agentes, revisaron su pasaporte y teléfono móvil en una habitación donde dejaron esperando a Blázquez durante 5 horas. El joven piloto sospecha que la investigación al celular puede estar relacionada con una supuesta prohibición que existe en el país sobre fotografiar aviones y lugares que puedan ser considerados de interés estratégico para el emirato, pero eso era algo que, en ese momento, Blázquez desconocía.
Luego de 48 horas de permanecer en una celda, el piloto español fue trasladado al lugar de encierro y fue liberado en medio de la nada. Desde allí pudo llamar a sus amigos que lo buscaban en la comisaría y en la embajada española, pero en ninguno de estos lugares había constancia de su arresto.
Enríquez, el ecuatoriano igualmente detenido ilegalmente, confesó que nunca se acercó a las autoridades ecuatorianas en Dubái porque Ecuador solo tiene una oficina comercial en el emirato, y dado que ni siquiera el consulado estadounidense pudo ayudarlo, no creyó que las autoridades ecuatorianas pudieran hacer algo por él.
Respondiendo al llamado formulado por Gallo Arellano, el periodista que dio a conocer el caso, el canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín confirmó el inicio de una investigación al respecto que iniciará la viceministra de Movilidad Humana, Silvia Espíndola, actualmente embajadora del Ecuador en Catar, un país limítrofe con los Emiratos Árabes Unidos.
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