El Índice de Calidad Institucional (ICI) que elabora anualmente la Red Liberal de América Latina (RELIAL) volvió a dejar en evidencia el deterioro que padece la mayoría de los países de la región y la regularidad de aquellos que se ubican desde hace varios años en los primeros puestos.
Las diez naciones mejor posicionadas entre las 183 que forman parte del ranking son: Nueva Zelanda, Suiza, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Noruega, Suecia, Luxemburgo, Irlanda y Canadá. En contrapartida, ninguno de los estados latinoamericanos se encuentra entre los primeros 20, con Chile (24), Uruguay (31) y Costa Rica (36) como los tres que más se acercan.
El resto se ubica en los siguientes posiciones: Panamá (63), Perú (71), República Dominicana (80), México (84), Colombia (87), El Salvador (100), Paraguay (101), Brasil (103), Guatemala (110), Argentina (116), Ecuador (121), Honduras (129), Nicaragua (148), Bolivia (149), Cuba (150), Haití (161) y Venezuela (180).
Finalmente, entre los últimos diez hay seis países africanos, tres asiáticos y uno sudamericano: Chad, Sudán, República Democrática de Congo, Libia, Sudán del Sur, Siria, Venezuela, Yemén, Eritrea y Corea del Norte.
El coronavirus como factor determinante
El listado de este año fue particularmente influenciado por la pandemia de coronavirus y las respectivas respuestas de cada país a la crisis sanitaria y económica que generó. En ese sentido, Bertha Pantoja, presidente de RELIAL, enfatizó: “El pánico que generó la enfermedad fue utilizado como herramienta por muchos gobiernos ansiosos de excusas para aumentar su control sobre la población. Latinoamérica, con su notable ausencia de Estado de derecho, fue una de las regiones donde las medidas parecieron ser más arbitrarias e injustas. No fue sorpresa ver que muchas dictaduras y regímenes autoritarios aprovecharon la situación de emergencia para afianzar su poder y mantener un control más fuerte sobre sus ciudadanos”.
“La capacidad de reconstrucción de los países después de una catástrofe está sujeta a la calidad de sus instituciones. Ahí está la resiliencia de un sistema democrático, en tener cimientos fuertes sobre los cuales volver al camino del progreso aún después de que una crisis internacional nos lo haga perder todo”, agregó.
Por su parte, Siegfried Herzog, titular de la oficina regional para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, consideró: “La crisis de COVID empeoró la situación. Los países con instituciones débiles fueron menos capaces de organizar una respuesta efectiva a la crisis en las áreas de salud pública, asistencia social o económica. Algunos usaron la crisis para darse poderes extraordinarios, con toque de quedas y otras restricciones que han sido poco eficaces, pero crearon la ilusión de una respuesta fuerte del parte del gobierno. Algunas de estas restricciones se quedaron más tiempo del necesario para la recuperación”.
La democracia
Por otro lado, en la introducción del informe también se citó al Índice de Democracia que elabora la revista The Economist, que advirtió que alrededor del 80% de la población de la región vive bajo un gobierno democrático, pero tan sólo el 1,3% bajo una democracia completa (Uruguay y Costa Rica, 9 y 8 son sus respectivas calificaciones). Según sus autores, América Latina ha sufrido la mayor caída en la calidad de la democracia desde que comenzaron a elaborar el indicador en 2006.
Los países que cayeron en todos los criterios que el indicador analiza (pluralismo electoral y existencia de procesos democráticos; funcionamiento del gobierno; participación política de los ciudadanos; cultura política del país; y respeto a las libertades civiles) son Ecuador, México y Paraguay (todos con 6), que perdieron su estatus como “democracias defectuosas” para ser “regímenes híbridos”. Haití (3) pasó de ser uno de estos últimos a la lista de “regímenes autoritarios”, junto a Cuba (3), Venezuela (2) y Nicaragua (3). Las “democracias defectuosas” incluyen además a Chile (8), Trinidad & Tobago, Jamaica, Brasil, Panamá, Surinam, Argentina, (todos con 7), Colombia, Guyana y Perú (con 6). Los “híbridos” son también El Salvador (6), Honduras, Bolivia y Guatemala (todos con 5).
Como se construye el ICI
El ICI se basa en dos subíndices, uno para las instituciones políticas y otro para las instituciones de mercado, que a su vez están compuestos por cuatro indicadores. Es decir que, en total, el ICI esta conformado por 8 aspectos.
El subíndice de calidad de las instituciones políticas de esta año se forma con el índice Rule of Law (Respeto al Derecho) del Banco Mundial; Voz y Rendición de Cuentas, de la misma agencia; Libertad de Prensa, elaborado por Reporters sans Frontieres; y Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional.
Los indicadores que formaron originalmente el subíndice de instituciones de mercado son: Índice International de Derechos de Propiedad (IPRI); Libertad Económica, de Heritage Foundation; Libertad Económica, de Fraser Institute; y Prosperity Index (Índice de Prosperidad), que elabora el Legatum Institute de Londres.
Asimismo, se ha establecido como criterio que, para que un país aparezca en el ICI, tiene que también aparecer en al menos cuatro de los ocho indicadores, y también al menos uno en cada subíndice.
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