Por qué está en peligro la “gallina de los huevos de litio” de Bolivia

El país está a punto de otorgar gran parte de la explotación de esas reservas a empresas rusas por pedido de Vladimir Putin

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Foto de archivo: planta de
Foto de archivo: planta de la firma estatal boliviana YLB en el Salar de Uyuni, Bolivia (Reuters)

The Wall Street Journal teme que Argentina, Bolivia y Chile terminen matando a la gallina de los huevos del oro, los yacimientos de litio que tienen en sus territorios, si avanzan los instintos socialistas en los tres países. Por el momento, el diario acierta en el caso de Bolivia, donde el litio de sus gigantescos lagos de sal es apetecido no por los socialistas, sino, peor todavía, por el sanguinario Vladimir Putin.

El proceso de licitación para la “explotación directa del litio” que había convocado el gobierno boliviano está frenado desde que el ministro de minería de Putin, su tocayo Vladimir Demidov, hizo saber en junio pasado que a Rusia le interesa controlar ese negocio en Bolivia.

Los deseos del gobierno ruso son órdenes para el gobierno boliviano, según los antecedentes que existen, y esa voz paralizó la licitación y se espera que en cualquier momento se anuncie que una empresa rusa se hará cargo del yacimiento de Uyuni, que contiene 21 millones de toneladas de litio.

Vladimir Putin está confiado en que la licitación sea para la rusa Uranium One Group. Las otras empresas que pujan en esta licitación son las chinas CATL Brunp & CMOC, Citic Guoan/CRIG, Xinjiang TBEA Group y Fusion Enertech y las estadounidenses Lilac Solutions y EnergyX.

Este yacimiento de litio, quizá el más grande del mundo, contenido en las salmueras de los gigantes salares de la cuenca cerrada del altiplano sur, fue descubierto en los años 70 por una misión francesa, pero desde entonces su explotación se ha hecho conflictiva. En los 90 estaba listo el contrato para entregar esa riqueza a la empresa Lithco Corp, pero las protestas de organizaciones cívicas del departamento de Potosí obligaron al presidente Jaime Paz a anular la negociación.

Luego llegó el gobierno del cocalero Evo Morales que decidió desarrollar la riqueza con tecnología propia, lo que llevó a una frustración muy grande y a un gasto de 930 millones de dólares, según datos difundidos por The Economist.

Y Bolivia está muy atrás en la carrera por la venta de litio. En los primeros seis meses de este año las exportaciones de carbonato de litio sumaron 35 millones de dólares, mientras que Chile tuvo ingresos de cien veces más en el mismo periodo, con inversiones menores a las de Bolivia.

El proyecto de desarrollar una tecnología propia, que sea estatal, estuvo a cargo de dos militantes del partido comunista pro-chino, que no han rendido cuentas de las inversiones. No existen en Bolivia instancias de fiscalización de esta clase de inversiones que están a cargo de funcionarios del partido del cocalero Morales.

Ahora, con los deseos rusos se abre un conflicto para el gobierno boliviano, que estaba decidido a favorecer a los chinos en este negocio. Quizá la “licitación” concluya que la explotación directa estará a cargo de un consorcio que incluya a chinos, rusos y bolivianos, todos con proyectos estatistas.

Las exigencias rusas tienen diferentes tonos. A principios de año, cuando se hacían esperar las vacunas Sputnik V ofrecidas por el dictador ruso, The Economist Intelligence Unit reveló que al día siguiente del acuerdo, una llamada desde Moscú le hizo saber al gobierno de Luis Arce el interés ruso de controlar los territorios bolivianos donde existan yacimientos de “tierras raras”.

Cuando se le pidió a Arce que informe sobre esta revelación, la respuesta fue que los acuerdos con Rusia contienen una “cláusula de confidencialidad” que cubre incluso el precio de las vacunas. Esto dejó abierta la posibilidad de que las tierras raras estén incluidas en el precio de las vacunas.

Las organizaciones cívicas de Potosí son muy desconfiadas de todas las inversiones mineras. Al fin y al cabo, el Cerro Rico de plata es explotado desde 1545 pero ocurre que el departamento figura como uno de los más pobres de Bolivia.

El dilema que tiene ahora el gobierno de Luis Arce no sólo debe lidiar con las presiones rusas o de los potosinos, sino también con la corriente socialista de la región que alienta a los tres países del cono sur a abrazar posiciones socialistas.

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