Ex presidentes del grupo IDEA le pidieron al papa Francisco que se pronuncie sobre la persecución a la Iglesia católica en Nicaragua

Ex jefes de Estado y Gobierno reunidos instaron al Sumo Pontífice a que exprese “una firme postura” de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa

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Peregrinos participan en un acto
Peregrinos participan en un acto de la Virgen de Fátima en el atrio de la Catedral Metropolitana de Managua después de que la policía nicaragüense prohibiera el sábado una procesión y peregrinación católica en la capital (REUTERS/Maynor Valenzuela)

Un grupo de 25 ex jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y España emitieron este miércoles un comunicado público en el que manifestaron su preocupación por la persecución actual del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica en Nicaragua y pidieron “una firme postura” por parte del papa Francisco.

En la llamada “Declaración sobre el régimen Ortega y Murillo y la persecución agravada de la libertad de religión en Nicragua”, líderes que van desde José María Aznar hasta Vicente Fox, pasando por Sebastián Piñera y Álvaro Uribe, todos miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), señalan que la libertad religiosa es la “piedra de toque fundamental en la afirmación y conversación de la paz”.

La primera parte de la
La primera parte de la declaración del grupo Idea sobre la persecución religiosa en Nicaragua

Citando la Declaración Americana de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, aseguran que “la libertad religiosa viene dando lugar a persecuciones por parte de Estados y Gobiernos que se han separado de sus compromisos con la libertad”.

Segunda parte del comunicado del
Segunda parte del comunicado del grupo Idea sobre la persecución a la Iglesia Católica en Nicaragua

Así mismo, aseguran que observan “con preocupación agravada” lo que acontece en Nicaragua, donde “luego de perseguir y criminalizar los liderazgos políticos y sociales como de cercenar de modo radical toda libertad de expresión y de prensa, ahora avanza hacia la persecución de los líderes episcopales católicos, los sacerdotes y las religiosas, incluso expulsándolos del territorio nacional”.

Hacia el final de la misiva, por último, los líderes afirman que esperan “una firme postura de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa por S.S. Francisco, cabeza de la Iglesia Católica universal”. El silencio del Sumo Pontífice en relación a este le ha valido ya críticas y pedidos desesperados de varios sectores, dentro y fuera de Nicaragua.

Un obispo nicaragüense crítico con
Un obispo nicaragüense crítico con el régimen de Daniel Ortega seguía confinado por la policía en la curia de Matagalpa, desde donde celebró una misa transmitida por Facebook (AFP)

Por su parte, los mandatarios del grupo IDEA ya han hecho pronunciamientos en el pasado sobre los episodios ocurridos en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega ha reforzado su ataque a sectores opositores desde las manifestaciones desatadas en el año 2018.

Firman la carta publicada este miércoles Óscar Arias, José María Aznar, Nicolás Arditto Barletta, Felipe Calderón, Rafael Ángel Calderón, Laura Chinchilla, Alfredo Cristiani, Iván Duque, Vicente Fox, Federico Franco, Eduardo Frei, Lucio Gutierrez, Osvaldo Hurtado, Luis Alberto Lacalle, Mauricio Macri, Jamil Mahuad, Mireya Moscoso, Carlos Mesa, Andrés Pastrana, Sebastián Piñera, Jorge Tuto Quiroga, Miguel Ángel Rodríguez, Julio María Sanguinetti, Luis Guillermo Solís, Álvaro Uribe, Juan Carlos Wasmosy.

Las retenciones y restricciones de la Iglesia católica en Nicaragua son el más reciente capítulo de una serie de desencuentros que lleva 43 años entre esta religión cristiana y Ortega, quien es el jefe supremo de la Policía nicaragüense.

En 2022 el Gobierno de Ortega ha detenido a tres sacerdotes, cancelado ocho radioemisoras y tres canales católicos, ingresó por la fuerza y allanó a una parroquia, y expulsó de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.

Daniel Ortega (Alberto Roque/REUTERS)
Daniel Ortega (Alberto Roque/REUTERS)

El líder sandinista calificó de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscaba una salida pacífica a la crisis política y social que desde 2018 vive Nicaragua, un país donde el 58,5 % de sus 6,6 millones de habitantes se considera católico.

La situación en Nicaragua ha empeorado tras las controvertidas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.

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