El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, un crítico del dictador Daniel Ortega, y que cumplió este domingo 11 días retenido en un Palacio Episcopal por la Policía Nacional, pidió a los fieles católicos orar por su liberación.
“He convocado, tanto a la Diócesis de Estelí, como a la Diócesis de Matagalpa, a los fieles, a una cruzada de oración y adoración (…) Les pido que unan a sus intenciones la solución a esta situación, en la que ya llevamos 11 días reunidos y retenidos en nuestra curia episcopal de Matagalpa”, dijo Álvarez, durante una homilía transmitida en Facebook Live.
El obispo, cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos se mantienen retenidos en la curia episcopal matagalpina desde el 4 de agosto pasado acusados por la Policía del régimen sandinista de supuestamente intentar organizar “grupos violentos”.
El grupo se encuentra aislado, han comenzado a racionar el vino y las hostias durante las misas telemáticas y no han dicho para cuántos días tienen alimentos.
La retención del obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, es el más reciente capítulo de una historia de roces entre la Iglesia católica y Ortega, que data de hace 43 años.
El vicario pastoral de la Diócesis de Matagalpa, Edgard Sacasa, dedicó la misa a la liberación de Álvarez y el grupo que lo acompaña.
“Nuestro obispo nos duele, nos aflige, nos hace falta, lo amamos, lo queremos, y estamos unidos digital, espiritual, existencialmente con él. Nuestros corazones, monseñor Rolando, están con usted día y noche, a cada atardecer”, dijo Sacasa.
A la misa presidida por Sacasa estaba previsto que llegaran todos los sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa para participar en el recibimiento de una réplica de la Virgen de Fátima, pero algunos no lo lograron, afirmó el vicario.
El padre Fernando Calero, de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, municipio Rancho Grande, denunció que cuando se dirigía hacia Matagalpa la Policía le impidió el desplazamiento.
“He sido detenido por autoridades policiales (...) nos han revisado (...) como si fuésemos delincuentes (…) nos expresaron que cualquier acto religioso que se fuese a realizar, pues mejor que nos devolviésemos”, afirmó Calero en un mensaje en redes sociales.
Por su parte, el régimen mantiene retenido a otro sacerdote, profundizando aún más la persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua. Aníbal Manzanares denunció que la Policía Nacional le ha prohibido salir de su parroquia, en el municipio de Terrabona: “Creo que me están vigilando”.
En 2022 el régimen de Ortega ha llevado a prisión a dos sacerdotes, cerrado ocho radioemisoras católicas, sacado de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos, allanado una parroquia, y expulsado a las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
En un país donde el 58,5% de sus 6,5 millones de habitantes se considera católico, el dictador sandinista ha calificado de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscaba una salida pacífica a la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018.
La situación sociopolítica en Nicaragua ha empeorado tras las controvertidas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
Con información de EFE
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