La apertura de la primera tienda del gigante sueco Ikea desató este miércoles una locura en Chile, con miles de personas ansiosas y agolpadas desde la madrugada a las puertas de un conocido centro comercial de un barrio de clase alta situado en el norte de la capital.
Cortada la cinta, los clientes y curiosos, separados en dos filas -las de los registrados, que eran prioritarios, y el resto-, avanzaron a través de un pasillo formado por decenas de personas vestidas de amarillo y azul, los colores corporativos de la empresa, globos de colores y banderas tanto de Chile como de Suecia.
Quienes lograban superar la fila, que daba la vuelta al enorme edificio, eran recibidos, igualmente, por una banda de música, una animadora que les informaba de las ofertas y personas que daban indicaciones y entregaban bolsas amarillas con regalos.
“Yo conocía Ikea desde cuando viajé en Alemania y quedé fascinada desde allá, y dijeron que iban a abrir acá y aquí estoy” explicó Ainoa, una joven embarazada, fan de la marca, que aprovechó la entrada preferente para comprar productos para su bebé y su casa.
Eduardo, por su parte, dijo conocer “la versión de Ikea en otros países” y quiso saber “cómo es la chilena”, por lo que no le importaron las casi tres horas que debió esperar para acceder a la tienda, que definió como “una bonita experiencia”.
“Por lo que he visto son los mismos productos y precios, no me acuerdo porque la última vez fue en Italia hace como dos años, pero en general creo que los productos están bastante razonables para la calidad y la variedad también, me sorprendió”, afirmó.
“La verdad es que lo trajeron todo, lo he visto a la rápida, pero creo que trajeron toda la línea de productos que tienen en otros países. Eso me sorprendió bastante”, agregó.
La tienda tiene una superficie de exposición de más de 15.300 metros cuadrados, que como en otros países, incluye zona infantil, un restaurante de comida típica sueca y un mercado con alimentos nórdicos.
Es la primera de un plan de extensión en Santiago de Chile que incluye la apertura en 2023 de un segundo centro en el municipio de Cerrillos, que tendrá 25.000 metros cuadrados y contará con más de 260 puntos para retirar las compras electrónicas.
Según los promotores del proyecto Ikea en Chile, se trata de “un hito muy importante para la compañía” y el primer paso para una expansión regional que prevé abrir tiendas similares en un futuro cercano en Colombia y Perú, con una mezcla del estilo reconocible sueco y aspectos relevantes de las culturas locales.
Para ello, la dirección en Chile incluyó el trabajo de nueve artistas y diseñadores latinos, entre los que se incluyen a cuatro chilenos: los diseñadores Trini Guzmán y Abel Cárcamo, el arquitecto Felipe Assadi y la ceramista Catalina Zahri.
El desembarco en Santiago de Chile era muy esperado desde que en octubre de 2021 salieron los primeros productos desde la ciudad española de Barcelona, uno de los centros distribuidores de los productos de Ikea.
(Con información de EFE)
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