El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó el uso del lenguaje inclusivo en Argentina y cuestionó que este tipo de prácticas pudiera ayudar de alguna manera a los argentinos.
El mandatario brasileño publicó a través de su cuenta en la red social de Twitter, una serie de mensajes en los que lamentó el uso del “lenguaje neutral”.
“Lamento la oficialización del uso del “lenguaje neutral” por parte de Argentina. ¿Cómo ayuda eso a su gente?”, publicó Bolsonaro.
“El único cambio que se produce es que ahora hay escasez, pobreza y desempleo. Que Dios proteja a nuestros hermanos argentinos y los ayude a salir de esta difícil situación”, agregó el también aspirante a la reelección de la presidencia de Brasil.
Bolsonaro aprovechó la oportunidad para también atacar a su contendor en las próximas elecciones, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien además es el favorito en las encuentas.
“En Brasil, la izquierda también parece obsesionada con destruir nuestros símbolos patrios. De hecho, esta es solo otra forma de dividir el país, irrespetando su cultura y tradiciones. El respeto se gana con carácter, con trabajo, con valores, no con esas tonterías”, dijo el actual presidente en el mismo hilo de tweets.
“Buena suerte a los que creen que estas son las pautas más importantes para un pueblo. Mi compromiso es seguir reduciendo la violencia, creando un ambiente propicio para la generación de empleo, acelerando el crecimiento de nuestra economía y defendiendo los valores sagrados de nuestra patria”, sentenció en el mandatario.
Bolsonaro, lanzó su candidatura a la reelección, en un acto en Rio de Janeiro marcado por violentos ataques a la máxima corte de Justicia, críticas a su principal adversario, Lula, y un tono belicoso que pareció ignorar los consejos de su equipo de campaña.
El mantario usó el evento como plataforma para convocar a sus seguidores a “salir a las calles por última vez” el 7 de septiembre, fecha en que el año pasado hubo manifestaciones marcadas por consignas antidemocráticas.
La oficialización de Bolsonaro como candidato a las elecciones del 2 de octubre ocurrió en la convención del Partido Liberal (PL) en Rio, cuna política del presidente. Según los organizadores, 12 mil personas siguieron el discurso, aunque había huecos entre el público.
“Convoco a todos ustedes para que el 7 de septiembre vayamos a las calles por última vez”, dijo en tono encedido para atacar como hace habitualmente al Supremo Tribunal Federal (STF). “Esos pocos sordos de capa negra tienen que entender lo qué es la voz del pueblo”, dijo sobre el STF.
“¡Supremo es el pueblo!”, respondieron sus seguidores.
Por su parte, Lula afirmó que los militares de Brasil son “más responsables” que el presidente Jair Bolsonaro, y no permitirían un golpe de Estado si este pierde las elecciones. Asimismo, lanzó un contundente mensaje al jefe de Estado, quien en los últimos tiempos ha criticado el sistema electoral del país.
“¿Cómo podemos pensar en un golpe de Estado? No creo que las Fuerzas Armadas acepten esto: no creo que la sociedad brasileña lo permita. No lo creo. Este ciudadano (en alusión a Bolsonaro), si empieza a jugar con la democracia, pagará un precio muy alto”, señaló el ex presidente de Brasil y candidato a las elecciones presidenciales por el Partido de los Trabajadores (PT), en una entrevista para UOL.
Por otro lado, Lula aseguró que no tiene la intención de postularse a la reelección si finalmente saliese vencedor en los comicios presidenciales previstos para el próximo 2 de octubre, lo que rompería con la tendencia que han marcado todos los jefes de Estado desde el regreso de la democracia en Brasil a mediados de la década de los 80.
“Quiero cumplir el mejor mandato que he hecho en mi vida. Y quiero trabajar en cuatro años por 40″, manifestó el ex presidente brasileño, en referencia a los más de 80 años que tendrá en 2026, una vez concluya su hipotético mandato si finalmente se alza con la victoria en las elecciones de octubre.
En el aspecto más electoralista, defendió un cambio en la política de reajuste del salario mínimo, que pasaría a variar anualmente en base al Producto Interior Bruto y no de acuerdo a la inflación, tal y como sucede en la actualidad.
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