El presidente Luis Lacalle Pou de Uruguay es conocido por salir a caminar por las calles de Montevideo, o de cualquier otra ciudad que visite, y siempre se saca fotos con simpatizantes, pero esta imagen es distinta. La foto sintetiza una forma de hacer política, ilustra el modelo uruguayo: la convivencia democrática.
El momento capturado por la agencia AFP muestra al mandatario sacando él mismo la selfie con el teléfono de una mujer, militante opositora. De fondo, las placas dicen: “Frente Amplio, sede central” y “Casa Liber Seregni”. El episodio ocurrió el viernes pasado, cuando Lacalle Pou fue al cuartel central opositor a entregar un proyecto de ley buscando consenso y, lejos de ser escrachado por los militantes rivales, lo arroparon con fotos y gestos de cariño.
El presidente uruguayo había ido hasta allí para entregar personalmente el anteproyecto de reforma de la seguridad social en Uruguay, el cual considera que es “un plan sostenible, gradual y más solidario”, imposible de sacar adelante sin consenso.
“Acá hay un muy buen trabajo, sobre algo que es urgente, es sostenible para las futuras generaciones y más solidario”, dijo en declaraciones a la prensa y remarcó: “Es un plan sostenible, gradual y más solidario, pero que se deberá alcanzar acuerdos políticos para su concreción”.
Insistió con que este anteproyecto de ley requiere de consensos lo más amplios posibles y que de allí la importancia de compartirlo con todos los actores políticos. “A partir de ahora, se deberán alcanzar los acuerdos políticos necesarios para que el documento se enriquezca, sin desvirtuarlo”.
La hospitalidad no fue solo de los militantes, el mandatario fue recibido por el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira; la vicepresidenta, Verónica Piñeiro, y el secretario político, Daniel Mariño.
El gesto del último viernes es recurrente en la política uruguaya, símbolo de convivencia democrática. En diciembre de 2019, por ejemplo, un video sobre la transición en Uruguay se viralizó en toda América Latina, donde los cambios de poder no son tan amenos…
En esa oportunidad el entonces mandatario frenteamplista Tabaré Vázquez invitó a su ya electo sucesor, Lacalle Pou, a la asunción de Alberto Fernández en Argentina e, incluso, compartieron un momento público lleno de sonrisas.
Vázquez estaba siendo entrevistado por el canal del Senado argentino, mientras esperaba para saludar a su homólogo Fernández tras la ceremonia de toma de mando. Allí, enviaba los mejores deseos a las nuevas autoridades cuando fue consultado sobre la actualidad política uruguaya y el período de transición, tras el triunfo rival.
“Bueno, le muestro”, respondió Vázquez, haciendo un gesto hacia Lacalle Pou, quien estaba unos metros atrás conversando con una colaboradora.
El líder del Partido Nacional reaccionó sorprendido y con una sonrisa, aclarando que la escena no estaba planificada. “Para nada”, sostuvo Vázquez.
La periodista saludó al presidente electo y le repitió la consulta, ante la cual Lacalle Pou aclaró que no era su intención “pasar por arriba” la intervención de Tabaré. “Me imagino que vamos a coincidir en estrechar relaciones. Nuestros pueblos están íntimamente vinculados, entre nosotros y nosotros con el mundo”, declaró.
Distendidos, sin chicanas, el presidente izquierdista saliente y el nuevo mandatario mostraron entonces la elogiada convivencia democrática uruguaya.
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